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21 de noviembre 2024

7 de marzo 2022

Seguridad

Violencia y futbol en Querétaro: teoría del caos

Fútbol

La hipótesis de la influencia del crimen organizado detrás de la violencia desatada en el Estadio Corregidora de Querétaro cobra fuerza, a la par que las autoridades de Querétaro no dan mayores explicaciones de lo sucedido

Por Magenta Staff

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¿Aficionados, pandilleros, o delincuentes? Este fin de semana, escenas de violencia descontrolada dentro del Estadio Corregidora, en Querétaro, dieron la vuelta al mundo y pusieron al futbol -y a la justicia mexicana- en el ojo del huracán.

A primera instancia, la pelea que se vivió este sábado 5 de marzo en el recinto deportivo fue una auténtica batalla campal entre dos grupos de aficionados, uno del Atlas y otro del Querétaro.

Según versiones extraoficiales, la pelea habría dejado más de una decena de muertos, pero casi 48 horas después, el gobierno estatal solo reconocía 26 heridos. Al cierre de esta edición nadie había sido detenido.

Lo que ya trasciende, sin embargo, es que detrás de la violencia en Querétaro estaría -sí- el crimen organizado. Y la teoría va cobrando fuerza.

Pasaron las horas tras el terrible suceso en el Estadio Corregidora, este sábado, y la Fiscalía General del Estado de Querétaro brillaba por su silencio. Pero la condena fue generalizada: castigo para los responsables; también para los negligentes.

En redes comenzó a circular la versión de que, al interior de las barras había miembros vinculados a grupos de la delincuencia organizada.

Horas después, el gobernador de Querétaro, Marucio Kuri, anunció que irían por todos los “criminales” involucrados en la trifulca.

Y es que, de acuerdo con testimonios recabados por el diario Reforma, la violencia en el Estadio Corregidora se habría desatado por la rivalidad de dos personajes vinculados a grupos criminales.

El primero sería “El Herón”, supuesto integrante de la Barra 51 del Atlas de Guadalajara, y ligado al Cártel Jalisco Nueva Generación.

El segundo sería “El Beto”, presunto líder huachicolero en San Juan Del Río, Querétaro. Él pertenece a la Barra “La resistencia albiazul”, que apoya al club local.

Según la fuente, “El Beto” habría llevado “a sus sicarios, a la gente que que ocupa para robar combustible y gas LP” para atacar a “El Herón”. Esa sería la razón por la que la seguridad del estadio no intervino durante los hechos violentos.

De confirmarse el testimonio, la barbarie en Querétaro arrojaría luz a la creciente influencia que mantiene el crimen organizado en el futbol mexicano. Sí, en las barras de aficionados, pero no solo ahí.

Asimismo, por sí sola, la violencia en torno en torno al futbol mexicano ya muestra reflejos de la narcocultura que impera en el territorio nacional.

Y sobre todo en aquellos lugares que viven las disputas de grupos delincuenciales, como lo es Querétaro. (ARTES)

Con un valor de mil 900 millones de dólares, la Liga MX es uno de los torneos más importantes del continente.

Y con el Mundial Estados Unidos 2026 en el horizonte, donde México fungirá un rol como anfitrión secundario, el terrible suceso de Querétaro significa un duro revés para la reputación no solo del futbol mexicano,
sino también para los intereses multimillonarios que lo rodean. Y ahora también para la ya de por sí golpeada, justicia mexicana.

¿Podrá garantizarse la no repetición del hecho? Para lograrlo el primer paso sería que se haga justicia. La gran pregunta es, ¿será eso posible?

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