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¡Que alguien me explique!

Seade a Economía

Jesús Seade, el representante de AMLO en el equipo mexicano que está renegociando el TLCAN, fue un factor decisivo para que se firmara un acuerdo preliminar con Estados Unidos. Por eso, la pregunta obligada es: ¿debería asumir la Secretaría de Economía?

Por Ramón Alberto Garza

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Un día después de firmar el acuerdo comercial con los Estados Unidos, Luis Videgaray, Ildefonso Guajardo y Jesús Seade fueron entrevistados en Washington en el noticiero de Carlos Loret.

Ahí explicaron las últimas horas de negociaciones con la Casa Blanca y abundaron los elogios de los negociadores peñistas hacia el lopezobradorista. Y viceversa.

El Secretario de Relaciones Exteriores fue el primero en disparar el cumplido. Videgaray dijo que lo que había destrabado el debate sobre la famosa Cláusula Sunset fue una idea de Seade.

Pero tan pronto tomó la palabra, el lopezobradorista dijo que para ser justos tenía que reconocer que la idea original había sido del actual secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, y que el lopezobradorista solo la perfeccionó.

Sea como fuere, está claro que en esta “transición de terciopelo”, el nuevo acuerdo comercial entre México y Estados Unidos también fue un ejemplo de civilidad.

Los del gobierno saliente y el del entrante conciliaron cualquier diferencia –que no debieron ser pocas- para consumar como mejor se pudo lo que urgía. Todo para dar certidumbre al nuevo gobierno,que aterrizará en Palacio Nacional ya sin ese pendiente.

Por supuesto que en el camino, los entrantes y salientes forcejearon e incluso se dieron agrios desencuentros. Nada que no fuera zanjado el fin de semana con dos o tres llamadas y las consultas tanto con Peña Nieto como con López Obrador.

Lo que sí extrañó a los analistas nacionales y extranjeros es el hecho de que el presidente electo envió a Washington a Jesús Seade y no a la futura Secretaria de Economía Graciela Márquez Colín, perfilada como sucesora de Guajardo, el ministro en funciones.

La extrañeza crece por el excelente papel que al final jugó Seade, quien pocos sabían que desde hace años tiene una estrecha relación con Robert Lightheizer, el negociador en jefe de Trump. Y eso, hay que decirlo, agilizó el cierre del acuerdo.

Desde que fue anunciada la doctora Márquez Colín para ocupar la secretaría de Economía, algunas cejas se levantaron entre las cúpulas del sector privado, que son quienes mayor relación tienen en el día a día con esa dependencia.

Y no es que vean con desconfianza a la secretaria propuesta por López Obrador. Saben que es una mujer de principios, excelente académica, con buenas cartas credenciales. Pero preocupa su escasa o nula experiencia en una posición que exige experiencia y colmillo.

Por eso cuando López Obrador envió a Seade a Washington y asomó con éxito su experiencia en las negociaciones, con el resultado que ya sabemos, la pregunta fue obligada: ¿Y por qué no se le da a Seade la secretaría de Economía?

La Secretaría de Economía será en extremo delicada, porque aunque ya se haya anunciado el acuerdo –o mejor dicho un entendimiento- todavía existe mucho bordado fin que hay que zurcir. Y eso exigirá de mucho conocimiento y paciencia. Como la que mostró exitosamente Ildefonso Guajardo a lo largo de dos años de negociaciones.

Quizás todavía sea tiempo para que el presidente electo haga los ajustes necesarios, como los hizo en su momento en Relaciones Exteriores, a donde perfilaba a Héctor Vasconcelos y al final instaló a Marcelo Ebrard.

Nada personal hacia Graciela Márquez Colín, quien por su talento bien podría ocupar otra cartera de igual importancia dentro del gabinete. Pero como dice el refrán, más vale prevenir que andarse después lamentando.

Después de todo con el nuevo gobierno nada está escrito, y nadie tiene el asiento garantizado, hasta que llegue la medianoche del 30 de noviembre. Solo entonces.

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