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3 de octubre 2024

17 de noviembre 2016

¡Que alguien me explique!

Pavlovich opaca al Bronco

Está claro que el gobierno de su sucesora Claudia Pavlovich, algo hizo bien en la integración de los expedientes legales para poder proceder contra su antecesor

Por Ramón Alberto Garza

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Será el sereno, pero el único de los gobernadores acusados de corrupción por sus sucesores y que está tras las rejas, es el sonorense Guillermo Padrés Elías.

No fue capturado. Se entregó para enfrentar los cargos que se le fincaban y quizás pensó que su proceso podría enfrentarlo desde algún arraigo domiciliario. No fue así.

El hombre que hace un año despachaba como el todopoderoso de Sonora -la tierra de Plutarco Elías Calles y de Álvaro Obregón- fue enviado a al Reclusorio Oriente en donde hoy viste el uniforme carcelario de rigor.

Al momento de su detención, a la par con la de su hijo Guillermo Padrés Dagnino que fue trasladado al penal del Altiplano, se le notificó que las acusaciones en su contra incluían defraudación fiscal y lavado de dinero.

El ex mandatario panista se dijo “perseguido político” y declaró que su entrega era un acto de congruencia y de principios, porque dice que a pesar de las imputaciones, nada debe.

Sea como fuere, está claro que el gobierno de su sucesora Claudia Pavlovich, algo hizo bien en la integración de los expedientes legales para poder proceder contra su antecesor.

No es suficiente presumir la existencia de 8.8 millones de dólares no explicables en una cuenta en el extranjero, como tampoco lo es el que se le detecten a tu hijo transferencias bancarias por 178 millones de pesos a sus cuentas personales.

Por eso al margen de la denuncia de “persecución política”, Padrés y su hijo están librando su batalla judicial tras las rejas. Porque existe un bien integrado expediente que permite fincar responsabilidades.

Un hecho muy distinto al que se vive, por ejemplo, en Nuevo León, en donde el ex gobernador Rodrigo Medina ya visitó los juzgados, sin que hasta el momento el expediente integrado permita comprobarle –de manera legal- los delitos que se le imputan.

Y es ahí donde está la diferencia entre dos estilos personales de gobernar: el de Claudia Pavolovich y el de Jaime “El Bronco” Rodríguez.

La gobernadora sonorense nunca hizo alarde público de que pondría a su sucesor tras las rejas. Sus posturas frente a las denuncias contra Padrés Elías fueron siempre prudentes, en el marco del derecho, esperando el turno para que la justicia evaluara y en su caso consignara.

Hoy el ex gobernador y su hijo están en la cárcel, enfrentando su proceso y esperando una sentencia.

El gobernador independiente de Nuevo León, en cambio, hizo del vestir a rayas a su antecesor su lema de campaña.

Pero a diferencia de Pavlovich, fue ruidoso, incluso estridente, para convertirse no en el denunciante, sino enel juez anticipado de su antecesor.

Medina está libre, sin que las pruebas presentadas sean suficientes para avalar lo que El Bronco y su equipo ya sentenciaron.

Pero entre Pavlovich y El Bronco existe otra enorme diferencia.

La gobernadora de Sonora está dedicada a sacar adelante a su estado, mientras que Jaime Rodríguez, sueña y procrastina.

Ya lo anunció El Bronco en su gira por Corea. Con apenas un año en la gubernatura y sin dar todavía las cuentas que prometió, se va en mayo a cabalgar en busca la candidatura presidencial para el 2018.

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