¿Cuánto falta para la elección?

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24 de octubre 2017

¡Que alguien me explique!

Odebrecht financia campañas

En México vivimos la vergüenza de ser el único país que no tiene inculpados en la cárcel por el caso de la constructora brasileña, Odebrecht

Por Ramón Alberto Garza

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Fernando Migliaccio da Silva, alto ejecutivo de Odebrecht, confesó ante un juez que sabía exactamente que la constructora brasileña pagó con sus sobornos elecciones.

Y puntualizó que “el trabajo de las elecciones” se operó con fondos de Odebrecht, en los países donde tenía intereses comerciales la empresa.

El ejecutivo fue muy claro en su confesión judicial: «Yo sabía exactamente que nosotros pagamos elecciones, pagamos el trabajo de las elecciones, muy bien hecho”.

En Brasil unos 100 políticos entre presidentes, gobernadores, secretarios de Estado y legisladores, son investigados en la red de sobornos de Odebrecht.

El común denominador es que la mayoría de esas investigaciones están relacionadas con apoyos superiores a los 300 millones de dólares que la corporación les dio a todos para financiar sus campañas políticas.

Marcelo Odebrecht, el dueño de la constructora del escándalo global, confesó que solo a un candidato a
gobernador de una provincia menor le entregaron 630 mil dólares para que llegara al poder.

La investigación en Brasil incluye a cinco ex presidentes y por lo menos ocho ministros del actual gobierno del presidente Michel Temer.

En Perú, el director de Odebrecht, Jorge Barata, confesó que en el 2011 la constructora brasileña le entregó 3 millones de dólares para la campaña de Ollanta Humala, candidato del Partido Nacionalista Peruano.

La presunta operadora directa de ese soborno fue la esposa del candidato, Nadine Heredia. Hoy, el ex presidente y la ex primera dama están en prisión, sujetos a que concluya la investigación.

En Colombia el ex legislador Otto Bula, fue a la cárcel por aceptar un soborno de 4.6 millones de dólares de Odebrecht.

De esos, el político confesó que un millón fue a parar en 2014 a la campaña del actual presidente Juan Manuel Santos.

En Panamá, la detención del asesor de imagen Joao Santana puso al descubierto una enorme red de corrupción política y empresarial. El fue el encargado de la campaña de José Domingo Arias, candidato del entonces partido gobernante Cambio Democrático.

También se investigan denuncias que implican al propio presidente Juan Carlos Varela con las donaciones panameñas de Odebrecht.

Si en todos estos países, el destino favorito de los sobornos de la constructora fueron las campañas políticas de presidentes, gobernadores y legisladores ¿por qué México tendría que ser la excepción?

Sin duda por eso vivimos hoy el escándalo de un sistema de justicia colapsado por la vergüenza no solo de ser el único país del Clan Odebrecht que no tiene inculpados en la cárcel.

Tenemos el único sistema judicial que es puesto a disposición del presuntamente inculpado en los sobornos, Emilio Lozoya Austin.

Por eso hoy amanecemos con la novedad de que el ex director de Pemex ya tiene un Amparo definitivo para que no se judicialice su investigación, no se le cite a declarar y tampoco se conozca el contenido de su caso. ¿Lo que sigue será pedirle perdón?

Mientras que en la otra esquina, el procurador de delitos electorales, Santiago Nieto, es cesado y amenazado con aplicarle de tres a nueve años de prisión, multa de hasta 500 días de salario e inhabilitación de tres a nueve años, por presuntamente violentar el debido proceso.

¿Alguien piensa que después de esta secuencia de tapaderas judiciales a un caso tan visible como global, la imagen de México y de su gobierno se verán mejor ante el mundo?

Ni lo sueñen.

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