Nuevo Orden y vendettas

Una ficción necesaria, sobre una realidad muy cercana. Bajo ese mantra se estrenó en México -en el arranque de la pandemia- la película Nuevo Orden, del director Michel Franco.

Premiada en la Bienal Cinematográfica de Venecia en 2020, el guion se centra en el desbordamiento de la lucha de clases en una sociedad con profundas desigualdades cómo lo es México.

Y en las primeras escenas, un ejército de vándalos irrumpe en una boda de alta sociedad y lo destruyen todo. Es la antesala de un movimiento de masas que acaba por colocar a la Ciudad de México en estado de sitio, bajo la custodia militar.

Bueno, pues como extraída de las escenas de Nuevo Orden, la vandalización se desató el pasado sábado por la noche, en Oaxaca, también en una boda: la de la maestra Elba Esther Gordillo y el abogado Luis Antonio Lagunas.

Todo estaba dispuesto en el Jardín Etnobotánico de la capital oaxaqueña para ese evento privado, cuando irrumpieron presuntos maestros de la Sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, eternos rivales del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, que durante años dirigió la novia.

Hasta minutos antes de la irrupción de los vándalos, el lugar estaba resguardado por policías estatales.

Ninguno apareció en la escena, en los momentos en que todo el set para la boda fue destruido.

Curioso cuando un día antes, el viernes, en el Restaurant Brío, a escasos pasos de la sede de la Sección 22 de la CNTE, se ofició sin conflicto alguno la ceremonia civil, a la que concurrieron como testigos, personajes tan cercanos a la novia como el ex gobernador de Coahuila, Humberto Moreira.

Para los analistas, el ataque a este evento privado no es obra de la casualidad. Se inscribe en el calendario de venganzas para ajustar cuentas con el pasado, que se vienen desplegando desde el gobierno de la Cuarta Transformación.

Cuestión de recordar que fue la maestra Elba Esther Gordillo la que, en 2006, fue factor clave para la creación del TUCOM, Todos Unidos Contra Madrazo.

En esa alianza entre el SNTE y los gobernadores priistas -comándalos por Enrique Jackson- figuraban el nuevoleonés Natividad González Parás; el mexiquense Arturo Montiel; el hidalguense Manuel Ángel Núñez; el sonorense Eduardo Bours; el tamaulipeco Eugenio Hernández -de la mano de su antecesor, Tomás Yarrington-; y el coahuilense Enrique Martínez y Martínez, entre otros.

Fueron ellos quienes boicotearon a su candidato tricolor, el también tabasqueño Roberto Madrazo, y operaron en la elección presidencial del 2006 el trasvase de votos del PRI al PAN.

Gracias a ese TUCOM se pudo concretar el triunfo, ‘haiga sido como haiga sido’, para el panista Felipe Calderón. Su rival, el entonces perredista  Andrés Manuel López Obrador, denunció el robo de aquella elección que “se ganó” por menos de medio punto porcentual.

De aquellos operadores del TUCOM, los que inclinaron el fiel de la balanza para Calderón: la Maestra, Yarrington y Hernández acabaron en la cárcel. González Parás y Bours, sin juego político alguno.

Fueron los mismos días en los que se operaron los llamados video escándalos de Carlos Ahumada, que exhibían al perredista René Bejarano recibiendo millones de pesos, presumiblemente para la campaña de López Obrador.

El eje de aquella operación televisiva fue la entonces perredista Rosario Robles, pareja sentimental del constructor Ahumada, quien este sexenio acabó en la cárcel acusada de millonarios desfalcos a través de la Estafa Maestra, operada en el sexenio de Enrique Peña Nieto.

Las dos mujeres clave para descarrilar aquellas aspiraciones presidenciales 2006 del candidato López Obrador -Robles y Gordillo- acabaron -justa o injustamente- perseguidas.

Por eso, no es extraño el boicot a la boda de la maestra Elba Esther Gordillo, cuyo pecado en este evento, tan personal como privado, fue el de elegir Oaxaca, el estado consentido, el más visitado por el presidente López Obrador. Más de 25 giras en lo que va del sexenio.

El guion del vandalismo del pasado sábado, copiado de la película Nuevo Orden, pudo boicotear con su destrucción la ceremonia religiosa que tendría lugar en los patios del Jardín Etnobotánico.

Pero para fortuna de los novios, y de sus invitados, la fiesta continuó en el Gran Salón, con las escenas de una historia de amor que pudieron escribir la Maestra de 77 años y su joven abogado de 41. El mismo quien le recuperó su libertad. La vendetta no logró superar la historia de amor.