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El juego político con García Luna

Sea como fuere, los testimonios de Héctor Javier Villarreal poco pesaron en el ánimo del juez Brian Cogan, el mismo que lleva el juicio a Joaquín “El Chapo” Guzmán, presunto protegido de García Luna

Por Ramón Alberto Garza

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Héctor Javier Villarreal, quien fuera secretario de Finanzas en el gobierno de Coahuila, busca a cualquier precio el asilo político en los Estados Unidos.

Busca, con ello, evadir a la justicia mexicana que lo acusa por delitos de lavado de dinero, desvío de recursos públicos y falsificación de documentos.

Fue extraditado en 2014 a los Estados Unidos, donde le detectaron millonarias cuentas y propiedades en dólares, lo que lo tiene al borde de tener que enfrentar una sentencia de 20 años de cárcel y una multa de 66 millones de pesos.

Su salida fácil es la de inculpar de todo lo que le descubrieron en bancos norteamericanos al ex gobernador Humberto Moreira.

Y en una intentona más por quedar bien -sobre todo, con las autoridades mexicanas- está dispuesto a poner sobre la mesa del juicio de Genaro García Luna, documentos y declaraciones que nada tienen que ver con las indagatorias y que incluso ya fueron cuestionados y desechados por el juez que lleva el caso en las cortes de Nueva York.

Pero Héctor Javier Villarreal quiere continuar como testigo protegido, gozando de su libertad en San Antonio, Texas, donde atiende un restaurante de su propiedad, mientras colabora con las autoridades de ambos países en distintos casos de corrupción y lavado de dinero.

Por lo pronto, en su comparecencia del pasado fin de semana, el ex secretario de Finanzas de Coahuila cometió serios errores en sus testimonios. Cuatro, para ser precisos.

El primero se dio cuando declaró que, en 2008, el entonces gobernador Humberto Moreira se reunió con el inculpado Genaro García Luna en el súper búnker de la Policía Federal. Pero resulta que en esas fechas el mega cuartel de García Luna apenas estaba en construcción. Se terminó casi un año después, en noviembre de 2009.

La segunda pifia la cometió Héctor Javier Villarreal cuando dijo que, en esa visita y reunión, García Luna le ofreció al gobernador Moreira el sistema de “Pegasus”.  No podía hacerse esa oferta, puesto que la compañía NSO Group, la que le vendió “Pegasus” a García Luna no fue fundada, sino hasta el año 2010.

El tercer cuestionamiento pasó por la declaración del ex secretario de Finanzas de Coahuila, quien citó a su jefe, el gobernador Moreira, como intermediario en la híspida relación entre García Luna y el empresario periodístico Juan Francisco Ealy Ortiz, dueño del diario El Universal.

Y el testimonial advierte que se habría pactado un pago mensual a esa casa editorial, por parte de García Luna, de 25 millones de pesos mensuales, cantidad que en alguna ocasión -al no ser cubierta por el funcionario federal- se habría saldado con recursos del Erario de Coahuila.

El señalamiento es cuestionable, porque el gobernador Moreira tenía una mala relación con Genaro García Luna, quien por su elevada investidura y creciente poder no solo podía acceder -sin intermediarios- a cualquier medio de comunicación, sino destinar sus propios presupuestos, que eran muy abundantes, para pagar su propia publicidad.

La factura exhibida por Héctor Javier Villarreal es real, pero fue para cubrir una campaña en El Universal con el fin de promocionar el turismo en Coahuila. Está fechada el 24 de junio de 2009, pagada con cheque electrónico. Su folio es el 158927 y el número de factura es el 3084072. No existe ningún “dinero bajo la mesa” en favor de García Luna.

Lo curioso es que las declaraciones del ex secretario de Finanzas, en el juicio de García Luna, acaban por golpear dos piezas políticas clave y, en este momento, adversarias de la Cuarta Transformación.

La primera de esas figuras es Humberto Moreira, a quien se le atribuye el padrinazgo político del priista Manolo Jiménez, el popular candidato de la Alianza Va por México, que contiende contra el morenista Armando Guadiana y el petista  Ricardo Mejía por la gubernatura de Coahuila, uno de los tres estados todavía en poder del PRI.

El otro personaje es Juan Francisco Ealy Ortiz y su periódico, El Universal, que es -junto con el Grupo Reforma y con Proceso- el villano de papel favorito del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Con los testimoniales del testigo protegido en libertad se buscaría bajarle popularidad al PRI en Coahuila, donde aventaja a Morena, y de paso deslegitimar todo lo que publique en sus páginas El Universal, que es cliente asiduo de las críticas mañaneras a los medios de comunicación “conservadores”.

Sea como fuere, los testimonios de Héctor Javier Villarreal poco pesaron en el ánimo del juez Brian Cogan, el mismo que lleva el juicio a Joaquín “El Chapo” Guzmán, presunto protegido de García Luna.

Después de todo, el ex secretario de Finanzas tiene pendientes las sentencias definitivas por la danza de los millones que dirigió a través de la banca norteamericana, mientras que el gobernador Humberto Moreira no tiene casos abiertos e incluso ya fue exonerado en sus expedientes, no solo de México, sino de España.

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