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¡Que alguien me explique!

El espejismo de AMLO

Una y otra vez, en su mañanera, el presidente López Obrador nos vende que México está espectacular en materia económica, con un crecimiento de 3.6 por ciento en el PIB… pero se trata de un gran espejismo. Una farsa engañabobos

Por Ramón Alberto Garza

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Una y otra vez, en su mañanera, el presidente Andrés Manuel López Obrador nos vende que México está espectacular en materia económica, con un crecimiento de 3.6 por ciento en el Producto Interno Bruto.

Eso es un crecimiento por encima del PIB de Estados Unidos -de 3.3 por ciento- y Canadá -de 0.5 por ciento-, pero todavía por debajo de países latinos como Panamá -con 6.1 por ciento-, Costa Rica -con 4.9 por ciento- o Paraguay -con 4.5 por ciento-.

Es cierto que, como nación, subimos en 2023 dos escalones en el ranking de las 20 economías mundiales. Éramos la 14 y ahora volvimos a ser la 12, por encima de Corea del Sur, Australia y España. Bien por la cifra, a secas.

Pero resulta que el Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (CEMLA) advirtió esta semana que el ingreso per cápita de los mexicanos descendió, al cierre de 2023, un 3.9 por ciento.

En términos prácticos, somos una nación más rica, con ciudadanos más pobres.

Baste decir que, de los 32 estados de México, en 28 se desplomó ese  ingreso per cápita y solo cuatro entidades pudieron registrar crecimiento.

De los estados más pujantes, industrial y financieramente, ninguno de los cuatro registró crecimiento al alza. En Nuevo León, el estado que Samuel García presume como “el mejor del mundo”, el ingreso per cápita por habitante cayó 7.5 por ciento, mientras que en el Estado de México decreció 5.3 por ciento; en Ciudad de México -el reino de la Sheinbaum- cayó también 2.5 por ciento, mientras que Querétaro se desplomó hasta un 15 por ciento.

En contraste, los únicos cuatro estados que pudieron mejorar el ingreso de sus ciudadanos fueron Baja California, Chihuahua y Nayarit, con crecimientos leves. Donde sí se dio el gran brinco en los ingresos de sus ciudadanos fue en Tabasco, en donde el crecimiento fue del 30.2 por ciento.

Para que se dimensione el favoritismo de la inversión derramada por el gobierno de la 4T, en el estado natal del presidente  López Obrador, baste decir que si Tabasco fuera un país sería el del segundo crecimiento más grande en todo el mundo, superando por seis tantos el crecimiento del 5 por ciento de China y cuatro veces del 7.2 por ciento de India. Todo un fenómeno para “Pejelandia”.

Lo que refleja esta cruda realidad son dos hechos.

El primero, que el gobierno de la 4T colocó la gran inversión de los últimos años en la tierra del presidente López Obrador y de Adán Augusto López, donde ubicaron no sólo el epicentro de los presupuestos de la refinería de Dos Bocas, sino segmentos de otras obras insignia como el Tren Maya. La derrama económica es, pues, descomunal. Sólo rivalizará en el mundo con el crecimiento del ingreso per cápita en Guyana, que fue superior al 60 por ciento, por sus grandes descubrimientos petroleros que la llevaron de producir mil 200 barriles diarios de petróleo a 400 mil.

El segundo hecho que refleja esta disparidad de repunte del PIB y caída del ingreso per cápita es que no son los ciudadanos de a pie, las mayorías  de los mexicanos, los que están mejorando su rajada en el pastel del crecimiento económico. Ese privilegio está destinado a los empresarios y a los financieros, a los hombres de negocios.

Sólo así puede explicarse que el crecimiento de la fortuna del principal hombre de negocios, Carlos Slim, se haya elevado en los últimos 12 meses en 27 mil millones de dólares para superar la barrera de los 100 mil millones. Es decir, el nada despreciable crecimiento de una quinta parte de su valor neto. Similar a lo de Tabasco. Está claro que Slim y Tabasco están en el corazón del inquilino de Palacio Nacional.

Lo mismo sucede con la mayoría de los grandes empresarios y los financieros, que viven una jauja con crecimientos entre 15 y 30 por ciento en el valor de sus negocios. Por eso frente al drama político están tan calladitos. Porque del lado de la Sheinbaum, se ven más bonitos.

Por eso decimos que, lo que se anuncia en La Mañanera es un gran espejismo. Una farsa engañabobos.

Y al que lo dude que les pregunte a los millones de familias mexicanas que reciben remesas cada mes y que con la apreciación del fortalecido Peso ahora cambian sus dólares un 25 por ciento más baratos. Es decir, su ingreso per cápita se desplomó una cuarta parte de lo que era antes.

Hoy, el marcador real de las finanzas nacionales es Slim más 27… familias de remesas menos 25. Lo demás es espejismo.

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