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17 de julio 2017

¡Que alguien me explique!

Constructoras favoritas y socavones al Erario

La inclusión de constructoras extranjeras para adjudicarles obras públicas multimillonarias parece ser un deporte de moda. Pasó con la Torre Administrativa en NL y ha pasado con decenas de ejemplos más

Por Ramón Alberto Garza

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Contemos una historia, a propósito del socavón del Paso Exprés de Cuernavaca y la constructora Aldesa.

Corría el año del 2007 y al infausto gobernador de Nuevo León, Natividad González Parás, se le ocurrió la idea de “ahorrarse las rentas” de las oficinas estatales que no despachaban dentro de Palacio de Gobierno.

Y se le ocurrió construir una torre de babel para concentrarlas. Y la bautizó como la Torre Administrativa.

Pero como las constructoras favoritas de González Parás ya estaban muy vigiladas, sobre todo la de su familia política, los Maiz Mier, ideó un complejo esquema de ordeña al Erario nuevoleonés.

Disque convocó a una licitación para construir el inmueble, con un presupuesto inicial de mil millones de pesos y la promesa de liquidar el resto con rentas obligadas por 25 años que alcanzarían dos mil 700 millones de pesos más.

La obra fue adjudicada al consorcio la Constructora Andrade Gutiérrrez S.A. de C.V. Pero fue una fachada para ocultar a los verdaderos constructores y beneficiarios.

Con el tiempo se descubrió que se crearon dos empresas más, Torre Cívica S.A. y Consorcio en Innovación y Construcción.

En el último consorcio se inscribía como socio con el 42.5 por ciento de las acciones a José Maiz García, cuñado del gobernador.

Fueron los familiares del gobernador, asociados con otras constructora favorecidas, los que de verdad hicieron negocio con la torre. Los brasileños fueron la fachada.

Tan seria era aquella constructora brasileña, que su presidente, Otavio Márquez Azevedo,  acabó encarcelado en 2015 acusado de lavado de dinero, asociación delictuosa y desvío de fondos contra Petrobrás.

Viene todo a colación, porque mas allá de los gobiernos estatales, sobre todo en el federal, parece ser un deporte la inclusión de constructoras extranjeras para adjudicarles obras públicas multimillonarias.

Por eso los peores escándalos de presunta corrupción del gobierno pasan por constructoras como Odebrecht , OHL y Aldesa.

El esquema ya tiene visos de ser un patrón operativo para acabar entregando a terceros la obra que en la realidad hará alguien más. Como la Torre Administrativa.

Descubiertas y “vetadas” las constructoras favoritas, como Higa o Gutsa, el esquema que presuntamente mas se acomoda, es la de puentear para que las obras acaben en manos de prestanombres extranjeros.

En el  Paso Exprés de Cuernavaca lo que emerge es que quien de verdad construyó es Epcor, una constructora que recogió los restos de Gutsa, de Juan Diego Gutiérrez.

Es la misma Gutsa que ya no podía presentarse a licitar por las denuncias sobre obras controvertidas como la Autopista del Sol y ese multimillonario dispendio calderonista llamado la Estela de Luz.

¿No será tiempo de crear una comisión independiente de legisladores y ciudadanos para conocer quienes son de verdad -no de fachada- las constructoras que se quedan con los contratos del gobierno federal?

A lo mejor descubrimos, que detrás de la Torre de Control del nuevo aeropuerto de la ciudad de México podría estar alguien más apadrinando a la española Aldesa.

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