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2 de noviembre 2017

¡Que alguien me explique!

Árbitros en duda

No hay duda de que el INE de Lorenzo Córdoba va de mal en peor. Lo que se está viviendo con el levantamiento de firmas de los aspirantes a candidatos independientes habla por si mismo

Por Ramón Alberto Garza

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No hay duda de que el INE de Lorenzo Córdoba va de mal en peor. Lo que se está viviendo con el levantamiento de firmas de los aspirantes a candidatos independientes habla por si mismo.

Por más ganas que le ponen Margarita Zavala, Pedro Ferriz de Con, Armando Ríos Piter, Jaime El Bronco Rodríguez, María de Jesús Patricio Martínez, Eustacio Salinas o Marco Ferrara -entre otros- el sistema no parece eficiente para cumplir en tiempo y en forma con las exigencias legales.

Simplemente la novedosa aplicación digital para uso en teléfonos móviles o para computadora tiene serias deficiencias.

Y cuando funciona, es muy lenta.

Peor aún, la queja generalizada es que no es sencillo para ciudadanos tecnológicamente analfabetas el operar una aplicación así, sobre todo para los que viven en zonas rurales en donde ni celulares ni computadoras tienen.

Por eso a la precandidata Mary Chuy Patricio, quien aspira a representar los ciudadanos de la selva chiapaneca, le autorizaron que pudiera levantar firmas en papel. ¿Y a los otros aspirantes no? ¿Y la equidad?

Pero este es solo el último episodio de una larga serie de tropiezos que exhibe la fragilidad el aparato nacional electoral y que preocupa al extremo de poner en riesgo la confiabilidad de las elecciones 2018.

Ahí está el caso de la Fiscalía Especial para Delitos Electorales (FEPADE) que cumple tres semanas sin cabeza desde que Santiago Nieto fue cesado al denunciar presiones que intentaban frenar sus investigaciones sobre sobornos de Odebrecht que presumiblemente acabaron financiando campañas políticas en 2012.

Tan frágil es la sucesión en la Fepade, que los legisladores optaron por tomarse un largo puente –de ayer miércoles a martes próximo- para enfriar el tema y dejar que se cumpla el plazo que les permita elegir al nuevo fiscal.

Otro caso sobradamente cuestionado es el de las elecciones de Coahuila, en donde a pesar de que el candidato priista ya tiene en su poder la constancia de mayoría, el desenlace todavía se ventila entre los tribunales y el INE.

Con una primera votación a favor del PRI de 6 a 5 y una segunda en contra del PRI de 5 a 6, pareciera que Coahuila se instala como rehén de negociaciones en lo oscurito.

¿Alguien buscaría canjear el triunfo o la derrota de Coahuila por los apoyos necesarios para facilitar la entrada del nuevo fiscal contra delitos electorales? Por lo que encendemos los focos rojos de alerta es porque sea el INE, el TRIFE o la FEPADE, los tres organismos que son pilares de el sistema electoral de nuestra democracia, están bajo la lupa, en el banquillo.

Pareciera que desde ahora alguien se empeña en manipularlos buscando que operen a modo, a favor de
ciertos intereses, de ciertos partidos, en la inminente elección del 2018. Y esa no es la percepción de unos cuantos opositores.

Las quejas van y vienen a lo largo y ancho del espectro político. Ninguno de los partidos, ni el PRI, están contentos con esos arbitrajes.

Y ese es un signo muy ominoso cuando estamos a solo ocho meses de que se den las elecciones presidenciales y legislativas que se darán, sin duda, en un ambiente de tensión y de confrontación, verbal y física. Por eso el lamento político de hoy es mas que claro: ¿En dónde estás, José Woldenberg?

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