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¡Que alguien me explique!

AMLO, Loret y Televisa

En su desesperación por distraer la atención del caso de la Casa Gris en Houston e incluso asomando una clara sed de venganza, el presidente López Obrador cometió una aberrante ilegalidad en contra de un comunicador: Loret de Mola

Por Ramón Alberto Garza

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En su desesperación por distraer la atención del caso de la Casa Gris en Houston, que involucra a su hijo José Ramón y a su nuera Carolyn Adams, e incluso asomando una clara sed de venganza, el presidente Andrés Manuel López Obrador cometió una aberrante ilegalidad en contra de un comunicador (Loret de Mola).

Y sin mediar solicitud fundamentada alguna, ordenó al SAT que le entregara la declaración fiscal de Carlos Loret. El detalle de sus ingresos como profesionista.

El periodista fue quien en su portal Latinus, y de la mano de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, dio la primicia del posible conflicto de interés entre la familia presidencial y la corporación Baker Hughes, contratista de Pemex, cuyo directivo arrendó o prestó durante más de un año el inmueble a José Ramón y Carolyn.

Y en La Mañanera del viernes, el inquilino de Palacio Nacional mostró públicamente lo que por derecho es una información privada, reservada solo para el escrutinio de las autoridades hacendarias.

Y sin recato alguno dio los pormenores de los ingresos de Carlos Loret.

¿Con qué derecho el presidente o cualquier funcionario extrae un documento privado y de uso reservado de un particular para exhibirlo ante toda la Nación?

Peor aún, ¿con qué derecho, el mandatario dice públicamente que recriminará a Televisa el haberle pagado a Loret 11.8 millones de pesos, cuando la empresa de comunicación -dice López Obrador- ya le había dicho que el periodista ya no trabajaba para ellos?

Por el tono presidencial, el reclamo a Televisa luce como si se tratara de una gran traición, cuando la televisora tiene todo el derecho de pagarle la cantidad que sea a cualquier profesional que le preste sus servicios. Podría ser, incluso, la exhibición de una liquidación.

Peor aún, por el tono del reclamo, pareciera que el mandatario le habría pedido a Televisa que no tuviera relación con Loret, lo que de ser cierto sería una franca y abierta intromisión presidencial a la libertad de expresión y de trabajo de un comunicador y de la empresa.

Pero lo más grave es que aquellos que le calientan la cabeza y le alimentan sus odios al inquilino de Palacio Nacional olvidaron en su supina ignorancia que llevaron al presidente a la comisión de un delito.

Ello, cuando sus radicales asesores no le recordaron a su jefe, que la difusión de información que sale del SAT viola el artículo 69 del Código Fiscal de la Federación, que a la letra deja muy en claro:

“El personal oficial que intervenga en los diversos trámites relativos a la aplicación de las disposiciones tributarias estará obligado a guardar absoluta reserva en lo concerniente a las declaraciones y datos suministrados por los contribuyentes o por terceros con ellos relacionados, así como los obtenidos en el ejercicio de las facultades de comprobación”.

Y aunque existen algunas excepciones al principio de reserva, lo que hizo el presidente López Obrador al mostrar esa información de Carlos Loret no es aplicable a este caso.

El periodista fue expuesto, innecesariamente, y al poner a disposición pública sus ingresos se colocó en riesgo su integridad y la de su familia.

Carlos Loret estaría en todo el derecho de demandar al presidente López Obrador por mostrar abuso de autoridad de semejante magnitud en su contra.

En igualdad de circunstancias, vale la pena preguntar, ¿si podría el mandatario exhibir de igual manera, en La Mañanera del lunes, los detalles fiscales tanto en México como de los Estados Unidos, de su hijo José Ramón y de su nuera Carolyn?

¿Podríamos ver si en esas declaraciones se exhibe, a detalle, el pago del arrendamiento de la Casa Gris, incluido el monto del pago mensual? Eso amortiguaría en algo las dudas sobre si fue o no un favor.

El presidente López Obrador tiene todo el derecho de reclamar sobre la veracidad de lo que se reveló sobre su hijo y su nuera, pero jamás tendrá el derecho de colocar al periodista en una posición de peligro, que lo vulnere frente a grupos radicales o delincuenciales.

Pregunta curiosa: ¿consultaría el presidente con su Consejera Jurídica los alcances de desnudar, públicamente, los detalles fiscales del ciudadano contribuyente Carlos Loret?

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