15 de enero 2020
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11 años
Yo qué voy a saber
José Ángel, el niño que mató a su maestra y luego se suicidó en un colegio de Torreón, tenía solo 11 años.
Por Carolina Hernández
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El pasado viernes 10 de enero, José Ángel llegó a la escuela y a las 8 y media pidió permiso para ir al baño. Cuando habían pasado 15 minutos, la maestra salió a buscarlo.
José Ángel se había cambiado de ropa, la maestra se topó con un niño vestido con pantalón negro, tirantes y una camisa blanca que tenía escrito a mano Natural Selection.
En las manos traía dos armas. Una pistola calibre .22 y otra calibre .40, esta es muy popular en Estados Unidos, pero en México es de uso exclusivo del Ejército debido a su potencia.
Dos armas en sus pequeñas manos de niño de 11 años.
A los pocos minutos de que se supo la noticia, el gobernador de Coahuila, Miguel Riquelme salió muy seguro de sí a decir que José Ángel había sido influenciado por un video juego. El que lleva el nombre que tenía rayado en su camisa blanca.
Su declaración, aparte de estúpida fue irresponsable.
Porque también dijeron que pudo haber sido influenciado por Eric Harris, el tirador de Columbine.
Pero José Ángel tenía 11 años. A los 11 años… pudo haber sido influenciado por quien sea, pero lo que jode en este asunto es que ese niño de 11 años tenía dos armas en sus manos.
Toda la mala influencia del video juego o de Eric no habrían sido fatales si José Ángel no hubiera tenido dos armas en sus manos de niño de 11 años.
Porque si a influencias vamos, ese niño de 11 años es parte de una generación que solo ha vivido un país violento.
Que ha normalizado las balaceras, que ha visto muertos colgados de los puentes, que ha visto a una sociedad admirar a narcos, que sabe lo que es una R-15 y un levantón y tablazos.
Por eso, es incluso entendible que ese pequeño de 11 años podría sentir odio. Podría haber estado resentido. Podía estar enojado con la vida porque su madre murió, porque su padre está ausente, porque sus compañeros lo buleaban, porque su maestra era dura con él…
José Ángel, a sus 11 años, podría haber sentido todo eso. Pero si no hubiera tenido dos armas en sus manos, la historia no hubiera terminado con sus sesos en una playera blanca rayada a mano.
Son muchos hubieras para un niño de 11 años.
No, el problema no es solo que José Ángel pudiera haber tenido en Eric un modelo equivocado a seguir. EL problema no es solo que José Ángel fuera asiduo jugador a videojuegos violentos, porque los videojuegos no vienen con un arma incluida… menos, un arma de uso exclusivo del Ejército.
El problema es que un niño de 11 años consiguió dos pistolas. Las metió a su mochila. Las llevó a su colegio. Fue al baño con ellas y, luego, supo cómo usarlas.
El problema no es solo el videojuego ni el padre ausente ni la madre muerta ni el operativo mochila.
El problema son los cabrones que permitieron que un niño de 11 años pudiera conseguir tener dos armas en las manos.