México: caída global

Los reflectores de la atención nacional apuntan hacia todos lados. El Chapo, Duarte, Yarrington, Borge, el otro Duarte, El Bronco, Veytia y Jalisco Nueva Generación.

También a Andrés Manuel, Ochoa Reza, Anaya, Margarita, Moreno Valle, Videgaray, Osorio, Odebrecht, Lozoya, OHL, Del Mazo, Delfina y Josefina.

Con todos consumimos horas y horas de grillas, de análisis vano, pero poca o ninguna atención le damos a evaluar lo que de verdad importa a México.

Lo decimos porque amanecimos el primero de mayo con la noticia de que de acuerdo al Fondo Monetario Internacional, caímos un sitio en el ranking de las principales economías del mundo.

Ahora ya no somos la 15, sino la 16. Indonesia nos rebasó. Sí, la Indonesia que apenas en 2001 era una economía valuada en la cuarta parte de la mexicana, hoy ya es superior a la nuestra.

En el 2001 su PIB era de 175 mil millones de dólares cuando la de México era de 725 mi millones. Hoy los indonesios producen un billón 21 mil millones de dólares comparados con los 987 mil millones de los mexicanos.

Pero esa no es una historia nueva. Cuando Vicente Fox asumió la mal llamada Presidencia del Cambio, aquella que transformó al México de una nación con un presidente potencialmente corrupto a un país con 32 gobernadores potencialmente corruptos, nuestro país figuraba en el top ten de las economías mundiales.

Entre los gobiernos de Fox, Calderón y Peña Nieto, con precios del petróleo que alcanzaron los 100 dólares el barril, nos rebasaron por la izquierda y por la derecha Brasil, Rusia, India, España, Corea del Sur y Australia. Y ahora es Indonesia.

Es muy lamentable que los dos gobierno panistas fueran  nueces vanas, y una de ellas muy sangrienta, incapaces pavimentar los caminos a mejores condiciones que propiciaran el despunte económico de México.

Y aunque el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto consumara las largamente postergadas reformas estructurales, las condiciones políticas y económicas de México y las del mundo, no acaben de alinearse para dar el estirón final.

¿Cómo justificar que entre los gobiernos de Fox y Peña Nieto la economía de Indonesia haya multiplicado por seis el valor de su producción nacional y en México apenas se haya elevado un 36 por ciento?

La respuesta está en que desde el arranque de este siglo nos dedicamos a alimentar otros rankings menos dignos.

Como el de ser campeones globales en corrupción e impunidad, con una docena de políticos de primera línea sentados en el banquillo, pero ninguno purgando la sentencia que merecen.

Desde el 2001 convertimos a un capo fugado, Joaquín “El Chapo” Guzmán, en el narcotraficante mas poderoso y rico del planeta.

Y a partir del 2006, con Felipe Calderón, promovimos un baño de sangre nacional, con un récord mundial de decenas de miles de desaparecidos, todo para limpiarle el camino a ese cártel.

Y cuando en ese mismo período los precios del petróleo alcanzaron sus cotizaciones históricas, no fortalecimos a PEMEX con nuevos yacimientos o nuevos proyectos de exploración.

Por el contrario, dilapidamos esa riqueza en una borrachera de dispendio en gasto corriente que hoy tienen su mejor monumento en la llamada Estela de Luz de 100 millones de dólares. Nos volvieron a saquear.

Es mucho lo que tenemos que lamentar. Porque esa caída de un sitio en el ranking global de las economías, es la peor noticia. Pero no la asimilamos porque nos tienen  distraídos, embobados, con el Gran Teatro Nacional.