El jersey y el Bad Hombre

Lo único que nos faltaba. Regalarle combustible a Donald Trump para que confirme que los mexicanos somos ladrones, escoria, criminales y bad hombres.

 El affaire del jersey robado a Tom Brady, el ya mítico mariscal de campo de los Patriotas de Nueva Inglaterra y encontrado en la casa de un periodista mexicano, viene a darle renovados bríos al discurso antimexicano del nuevo inquilino de la Casa Blanca.

El caso no es menor. De hecho hay que dimensionarlo como un suceso que impactará seriamente en el inconciente colectivo, no solo de los Estados Unidos, sino del mundo entero.

Porque es una historia muy digerible, fácil de entender y por ende fácil de vender a las masas. Porque existe un héroe victimizado –Tom Brady- y un villano sin escrúpulos, de origen mexicano –el director del diario La Prensa–.

Sin olvidar que el objeto de la discordia es el jersey del campeonato con el que se establece el récord de triunfos de todos los tiempos, lo que lo convierte en un santo grial del deporte  más venerado en los Estados Unidos, que es el futbol americano.