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3 de enero 2019

Política

Zaldívar pone orden en la corte

El nuevo Ministro Presidente de la Suprema Corte de Justicia, Arturo Zaldívar, es amigo de AMLO. Eso no significa que el Poder Judicial perderá su independencia, sino todo lo contrario. Éste es el último contrapeso frente a un gobierno que podría plantearse tener una nueva Constitución

Por Rodrigo Carbajal

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Sí, Arturo Zaldívar es amigo personal de Andrés Manuel López Obrador.

Sí, el progresismo del nuevo Presidente de la Corte se alinea con la agenda social de la Cuarta Transformación.

Sí, Zaldívar fue el candidato de Julio Scherer Ibarra, el Consejero Jurídico de la Presidencia de la República .

Pero nada de esto significa que el Poder Judicial ha perdido su autonomía, sino todo lo contrario.

La agenda del nuevo Ministro Presidente es muy clara: combatir la corrupción, erradicar el nepotismo, transparentar la judicatura y sobre todo, cuidar la independencia judicial.

Así es. Arturo Zaldívar se ha caracterizado por ser un Ministro incómodo para el Poder Ejecutivo, sin importar quién está en el poder.

Se dice que Felipe Calderón se refiere al nombramiento de Zaldívar como el mayor error de su sexenio. Y es obvio por qué:

El ahora Ministro Presidente desafió a Calderón, el Jefe de Estado que lo llevó a la Suprema Corte, cuando promovió un proyecto de sentencia para investigar el caso de la Guardería ABC hasta sus últimas consecuencias.

Zaldívar también fue el autor del famoso proyecto del “efecto corruptor” que derivó en la liberación de Florence Cassez, sellando una de las más humillantes derrotas del Presidente panista.

Por eso, para muchos, Arturo Zaldívar es el perfil ideal para asumir la Presidencia de la Suprema Corte en un momento en el que la tensión del Poder Judicial y el Poder Ejecutivo incluso se ha traducido en protestas violentas.

La Suprema Corte es vista como el contrapeso más importante al poderoso gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

En algún punto de este sexenio, el Presidente tendrá que responder dos preguntas:

La primera: ¿Se debe cambiar a los jueces de la Suprema Corte mediante una reforma judicial como la de Ernesto Zedillo?

La segunda: ¿Se debe elaborar una nueva constitución como lo han sugerido miembros cercanos al Presidente?

La respuesta a ambas cuestiones va a depender en gran medida del papel que juegue Arturo Zaldívar como Presidente de la Suprema Corte.

Hay que recordar que en 1995, Ernesto Zedillo cambió la constitución para deshacerse de los 26 jueces del máximo tribunal; la mayoría nombrados por Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari.

El Presidente sólo conservó a dos ministros, por lo que la opinión pública calificó su reforma como un golpe de estado.

En este proceso estuvieron involucrados dos personajes que ahora son parte  del gabinete de López Obrador: Olga Sánchez Cordero, una de las jueces designadas por Zedillo; y Esteban Moctezuma, quién operó la reforma en calidad de Secretario de Gobernación.

También hay que recordar que la idea de una nueva constitución ha sido un tema recurrente con personajes muy cercanos al gobierno de López Obrador.

Hace unos años, Cuauhtémoc Cárdenas y Alejandro Encinas, ahora subsecretario de gobernación, promovieron el movimiento “Por México Hoy” para hacer un llamado a una nueva Asamblea Constituyente.

Asimismo, Diego Valadés, ex Procurador de la República con Zedillo, ex Ministro de la Corte y asesor habitual de Marcelo Ebrard, ha cabildeado a favor de una nueva constitución. Él mismo ha escrito un nuevo borrador constitucional.

El Doctor Valadés fue también uno de los principales promotores de Juan Luis González Alcántara, el primer ministro de la Corte designado por AMLO.

México se prepara para una de las mayores transformaciones institucionales en la historia.

Y Arturo Zaldívar, el ministro más progresista de la Corte, será el último contrapeso.

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