#YoQuéVoyASaber | Andrés Manuel, la víctima

“Soy el presidente más atacado en 100 años”: Andrés Manuel López Obrador.

Qué curioso que sea el presidente más atacado en el sexenio en el que los periodistas también han sido los más atacados… solo que ellos están muertos.

Durante el sexenio de Vicente Fox se registró el asesinato de 22 periodistas. Uno de ellos fue Roberto Mora, el 19 de marzo del 2004.

Era director del periódico El Mañana, de Nuevo Laredo, en donde yo trabajaba.

La última llamada que tuve con él fue esa misma madrugada.

Me preguntó si había llegado bien a casa.

En el sexenio de Felipe Calderón, Artículo 19 documentó 48 asesinatos contra periodistas.

Uno de ellos fue Pedro Argüello.

“Levantado” en Reynosa en marzo de 2010.

Yo cubría deportes y él la policiaca.

La última vez que lo vi, me hizo un chiste sobre los Pumas.

Durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, la organización reportó 47 asesinatos de periodistas.

Uno de ellos era Javier Valdez.

Lo mataron en Culiacán, a plena luz del día, el 15 de mayo del 2017.

Un mes antes, el 14 de abril había cumplido 50 años, yo lo felicité un día después y me dijo: cállate cabrona, fue ayer, a ver si el próximo año le atinas.

Ya no tuvimos un próximo año.

Lo que quiero decir es que sí, en todos los sexenios han matado periodistas en este país.

Pero en ninguno recuerdo al presidente, salir cada mañana, a minimizar esas muertes y echarle la culpa a la herencia del otro.

No somos iguales, dice Andrés Manuel.

Pero México sigue siendo uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo.

Y, aun así, cada mañana, el mandatario dedica gran parte de su energía, de su tiempo y del dinero del erario para demeritar la crisis de inseguridad que viven los periodistas y lanzar consignas en contra de todo aquel que le cuestione.

Sin embargo, por supuesto, el presidente tiene otros datos.

“Nunca he utilizado un lenguaje que estigmatice a los periodistas”.

¿No?

Aunque Artículo 19 reconoce 29 periodistas asesinados en lo que va de este sexenio, la propia Secretaría de Gobernación registra 52.

Cualquiera que sea el dato correcto, las cifras encaminan a este gobierno a convertirse en el que más periodistas han sido asesinados.

Pero para Andrés Manuel, lo más importante de esas muertes, es que sus adversarios las usan para hacerlo quedar mal.

Cuando mataron a Marcos Islas, quien hasta el año pasado dirigía el portal Notiredesmex, el presidente no pudo dar un pésame sin lanzar un ataque.

Lo mismo pasó cuando asesinaron a Lourdes Maldonado y desde su púlpito en la mañanera lanzó esta oportuna frase.

“Son muy pocos los periodistas que están cumpliendo con el noble oficio de informar”.

Dos días después, Roberto Toledo, abogado y colaborador del portal Monitor Michoacán, fue acribillado afuera de su casa.

Sus familiares aún no enterraban su cuerpo, cuando el presidente consideró más importante usar la mañanera para lanzar una lista de adjetivos en contra de Loret por el reportaje sobre su hijo José Ramón y la mansión en Houston.

“Es un periodista golpeador, corrupto, mercenario, sin principios y sin ideales”.

Sí, en todos los sexenios han matado periodistas, pero salir todas las mañanas a enviar mensajes violentos contra cualquiera que cuestione al gobierno es algo nuevo.

No somos iguales, dice Andrés Manuel.

Y tiene razón, porque ningún otro había sido capaz de lograr, en solo tres años, lo que él: Llevar el “cómo hacer que una tragedia se trate de mi” a otro nivel.