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¡Que alguien me explique!

Ya no tan Augusto

Cuando en agosto de 2021, el presidente López Obrador designó a su paisano Adán Augusto López como nuevo Secretario de Gobernación al relevo de Olga Sánchez Cordero, fue evidente que se trató de una peje-designación

Por Ramón Alberto Garza

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Cuando en agosto de 2021, el presidente Andrés Manuel López Obrador designó a su paisano Adán Augusto López como nuevo Secretario de Gobernación al relevo de Olga Sánchez Cordero, fue evidente que se trató de una peje-designación.

El inquilino de Palacio Nacional solicitó al entonces gobernador de su natal Tabasco que pidiera licencia para mudarse a Bucareli, en un acto que en el que se consumó el cierre del cerco de los tabasqueños con miras a la sucesión presidencial del 2024.

Con poca exposición nacional, taciturno y con bajo perfil, Adán Augusto López fue visto entonces como un político que venía a cumplir la función de capataz presidencial dentro de la Cuarta Transformación.

Pero para sorpresa de la enorme mayoría, poco a poco el nuevo Secretario de Gobernación fue ocupando sus nuevos espacios, evidenciando su mano izquierda y su nuevo despacho se transformó en el epicentro de las concertaciones, lo mismo con la Oposición, que con los legisladores, los gobernadores, los empresarios, las iglesias, algunos integrantes del gabinete e incluso con su partido, Morena.

Algunas de las grandes heridas que se abrían en La Mañanera con el discurso presidencial frontal eran sanadas más tarde con sesiones pragmáticas en las que Adán Augusto López dejaba a los concurrentes con un buen sabor de boca.

Conforme fue desenvolviéndose agarró más confianza y si bien fue incapaz de sacar adelante la votación de la Reforma Eléctrica, no sucedió lo mismo con la reforma para ampliar al 2028 el plazo para que los militares y la Guardia Nacional fueran un solo frente bajo la custodia de la Secretaría de la Defensa.

El Secretario de Gobernación acabó por tejer fino con el priista Alejandro “Alito” Moreno y con el perredista Miguel Mancera los votos necesarios en el Senado para que la controvertida legislación fuera aprobada. Casi convertido en un “rockstar”, Adán Augusto López se paseaba por los pasillos legislativos repartiendo saludos, abrazos y hasta besos entre los y las legisladoras a quienes buscaba convencer de las bondades de la llamada “militarización de la Guardia Nacional”.

Incluso se llegó a acusar al Secretario de Gobernación de citar en su despacho a adversarios de la Oposición para -con expediente negro en mano- persuadirlos de que era mejor cooperar antes que darles cuello.

Tan eficientes fueron sus gestiones, que el presidente López Obrador no vaciló en incluirlo en unos cuantos meses como una nueva corcholata más, como un nuevo potencial candidato de Morena para que se fajara al tú por tú con los punteros Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard. Adán Augusto López fue investido como corcholata mucho antes de que el mandatario reconociera que Ricardo Monreal, líder de la mayoría morenista en el Senado, también merecía estar en la lista.

Y fue así como las reuniones y las giras del Secretario de Gobernación se fueron convirtiendo más en actos de campaña que en acciones de gobierno. Sus giras de fin de semana a distintos estados para convivir con gobernadores se transformaron en auténticos actos de campaña presidencial. “Con Adán me siento Augusto”, rezaban las pancartas y los espectaculares que comenzaron a montarse sobre su sueño 2024.

Por eso sorprendió que el pasado lunes, Adán Augusto López abandonara su estrategia conciliatoria y saliera a pelear de frente contra gobernadores de Movimiento Ciudadano y del Partido Acción Nacional.

Y para cuestionar que esos partidos no apoyaran la ampliación del plazo de la Guardia Nacional bajo la tutela del Ejército, el Secretario de Gobernación cuestionó a los gobiernos  emecistas de Nuevo León y Jalisco, y a los panistas de Chihuahua y Guanajuato.

Contra el gobierno del neoleonés Samuel García dijo que la llamada Fuerza Civil -una exitosa policía creada en el sexenio del priista Rodrigo Medina- era utilizada para cuidar los Oxxos, en un ataque más -el enésimo- contra las tiendas de conveniencia del Grupo FEMSA, que dirige José Antonio Fernández Carbajal. Adán Augusto López dijo que, si no fuera por la Guardia Civil, Nuevo León no tendría seguridad.

Mintiendo en las cifras al decir que Fuerza Civil en Nuevo León tenía apenas mil 554 policías -cuando el registro es de 5 mil 493- el Secretario de Gobernación censuró al gobernador Samuel García al decir que el sistema judicial era un caos, porque el mandatario no logra poner a nadie porque no tiene los votos en el Congreso estatal.

Para cerrar su embestida contra los gobernadores opositores, Adán Augusto López dijo que cuando la Oposición acusa “baños de sangre”, lo primero que se le viene a la mente son los estados de Guanajuato y Jalisco.

El Secretario de Gobernación censuró a Diego Sinhue y Enrique Alfaro, calificando como “un desastre” el panorama de la seguridad en la Chihuahua que gobierna la panista Maru Campos.

Sin confrontar al Secretario de Gobernación, el gobernador Samuel García se concretó a twittear que “Nuestra Fuerza Civil es, por mucho, la mejor policía de México…”, mientras que el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, sí enfrentó las duras críticas denunciando que antes que Jalisco, existen una docena de estados gobernados por Morena que tienen peores índices de inseguridad. Y que el territorio jalisciense registra índices delictivos por debajo de la media nacional.

Y en su gira de ayer por Chiapas primero, y por Tamaulipas después, Adán Augusto López volvió a atacar a los gobiernos de Nuevo León, Jalisco, Chihuahua y Guanajuato, aunque dijo que “para que no nos digan también tenemos problemas en Zacatecas, tenemos problemas en Michoacán”, en franca alusión a dos entidades gobernadas por Morena.

Claro, Zacatecas es gobernada por David Monreal, hermano de Ricardo Monreal, recién investido por el presidente López Obrador como la cuarta corcholata, al lado de Sheinbaum, Ebrard y López.

Está claro, pues, que Tatiana Clouthier tenía razón, cuando al renunciar deslizó el comentario de que el entorno presidencial está instalado en el 2024. El Secretario de Gobernación ya no es tan Augusto. Cerró la conciliación y adelantó la sucesión.

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