Y Morena calla…

En cualquier nación democrática del planeta, una denuncia como la que viene haciendo Código Magenta sobre el uso de dinero negro en las campañas políticas de Morena, obligaría a una profunda investigación con consecuencias.

Que dos personajes del Partido en el Poder admitan frente a las cámaras que ellos operaron o fueron testigos del trasiego de cientos de millones de pesos, producto del huachicol fiscal o del crimen organizado, para financiar el triunfo de Morena en Sinaloa, Tamaulipas y en casi todo el norte de México, es una denuncia mayor. Pero en México, el gobierno y las dependencias afectadas o involucradas prefieren decir no veo, no oigo, no me doy por enterado.

El presidente Andrés Manuel López Obrador, tan presto a tocar cualquier tema en su conferencia mañanera, hasta hoy no menciona una sola palabra sobre el multimillonario negocio del huachicol fiscal organizado desde el interior de su gobierno para financiar la permanencia de su partido, Morena, en el poder.

A pesar de tanta y tan contundente evidencia en audios, chats y videos, ¿han escuchado al dueño del micrófono mañanero hablar de Ricardo Peralta, de Sergio y Julio Carmona, de los gobernadores Rubén Rocha o Américo Villarreal o de las “aportaciones” de campaña de “El Chapo Isidro”? ¿Qué dice el mandatario de las menciones que uno de los operadores hace del involucramiento de su hijo ‘Andy’ López Beltrán? ¿Qué responde el micrófono mañanero cuando uno de los testigos confiesa que la operación ilícita se maneja con el conocimiento y beneplácito del mismísimo presidente?

Y la dirección de Aduanas, ¿ya emitió algún comunicado sobre el abuso de la aduana de Reynosa -entregada por Ricardo Peralta a Julio Carmona- para pasar de contrabando cientos de pipas de combustibles que no pagan impuestos y enviar esas ganancias ilícitas a las campañas de Morena? ¿Qué dice Aduanas del desembarco a cielo abierto, en un lote baldío, de dos buques tanque que mensualmente descargan 400 millones de litros de gasolinas en el puerto de Altamira? ¿Podrían exhibir los pedimentos de esas “importaciones”?

Cualquier otro director de Pemex ya habría puesto una denuncia descomunal frente a tanto contrabando de gasolinas y diésel que, sin duda, lesiona severamente los ingresos de la paraestatal. ¿Existe alguna investigación en Pemex sobre los gasolineros que cierran el círculo para colocar en sus estaciones de servicio el combustible huachicoleado desde Estados Unidos, con ganancias particulares multimillonarias?

Y Hacienda, a través del SAT, ¿por qué no se ha pronunciado sobre la monstruosa evasión fiscal en la introducción por pipas, ferrocarriles y barcos, de tanto combustible que viene desde los Estados Unidos y que, de acuerdo a las auditorías, entre lo que se reporta que se compró y lo que se reporta que pasó por aduanas, contabiliza una evasión superior a los 400 mil millones de pesos en los cinco primeros años del sexenio?

¿Qué dice la Fiscalía General de la República sobre los testimoniales de los dos personajes de Morena -Horacio García Rojas y Jocelyn Hernández Jiménez- quienes admiten frente a las cámaras, en entrevistas por separado en los Estados Unidos, todo un rosario de ilícitos que se practican para fondear las campañas de Morena? Hay datos, nombres y apellidos, ¿qué les falta?

Pedirle a Morena que fije una postura sería como exigirle peras al olmo. Uno de los principales involucrados y socios en la trama del ejecutado Sergio Carmona es Mario Delgado, el presidente nacional de Morena, quien junto con el legislador tamaulipeco Erasmo González, figuran en la lista de beneficiarios de dineros del “Rey del Huachicol”. Y, de acuerdo a las bitácoras de vuelo, utilizaban su jet privado para sus viajes entre Ciudad Victoria y la Ciudad de México. ¿Qué tipo de maletas transportaban?

Las evidencias son claras, las pruebas contundentes, pero abrir esa Caja de Pandora con las investigaciones obligadas acabaría por destituir a Mario Delgado, el jefe de la campaña de la candidata presidencial de Morena, Claudia Sheinbaum. Por eso, la consigna es “nadar de muertito” o “no hacer olas”.

Pero cuidado, porque en un descuido, esa justicia ignorada en México puede darse desde los Estados Unidos. De allá viene el combustible contrabandeado. De esas gasolinas sale el dinero ilícito para financiar las campañas políticas en estados como Sinaloa y Tamaulipas, productores o trasegadores del mortal fentanilo. ¿O allá también existen complicidades?

Por lo pronto, las bancadas del PAN y del PRI, ya salieron a exigir investigaciones sobre este escándalo criminal. Y mientras tanto, Morena calla.