¿Cuánto falta para la elección?

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13 de abril 2020

¡Que alguien me explique!

Volver al sentido común

¿Por qué Andrés Manuel López Obrador, ahora como líder de la Nación, no aplica hoy en su gobierno la misma receta con la que censuraba entonces al gobierno de Felipe Calderón?

Por Ramón Alberto Garza

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Cuando Felipe Calderón se cruzó la banda presidencial venía lleno de ilusiones para transformar a México.

Dos años antes se confrontó con su antecesor, el también panista Vicente Fox, y salió del Gabinete. Sin ser el favorito, ganó a contrapelo la interna del PAN a Santiago Creel. Y -haiga sido como haiga sido- se instaló en Los Pinos.

No calentaba todavía la silla presidencial cuando desde el sitio digital Reporte Índigo le exhibimos las primeras corruptelas de su régimen. Juan Camilo Mouriño en negocios oscuros con Pemex y Genaro García Luna declarando la guerra sangrienta contra todo lo que no fuera el Cártel de Sinaloa.

El presidente Calderón, con quien me unía una amistad de años, enfureció. Y me acusó de “traidor”. Me mandó a Margarita Zavala a reclamar el por qué “había cambiado tanto”.

Mi respuesta fue simple: siempre he estado de este lado de la acera, Margarita, la del periodismo. Desde aquí se observa el quehacer del gobierno.

Y entonces le aclaré: “Cuando tú y Felipe eran oposición, ustedes solían estar de este lado, vigilando, cuestionado. Ahora ya se cruzaron al otro lado de la calle, ahora son gobierno. Nuestra responsabilidad como periodistas es continuar vigilando… a quien quiera que sea el gobierno. Ustedes dejaron de ser oposición, ahora son gobierno”.

Me vino a la mente el pasaje cuando escuché a Andrés Manuel López Obrador en su entrevista con Carlos Puig en mayo del 2009. Estábamos en plena epidemia de Influenza, jamás tan grave como ésta, pero en la que también se dio una crisis sanitaria, se utilizaron cubre bocas y se cerraron temporalmente cientos de negocios.

Con enorme elocuencia y sentido común, López Obrador censuraba –con sobrada razón- el manejo que el gobierno de Calderón hacía de la epidemia. Y entre sus muchos cuestionamientos vino el de la falta de apoyo a las empresas.

Indignado, López Obrador reclamó molesto dónde estaba el apoyo del gobierno calderonista a los pequeños y medianos empresarios, para comerciantes. Nada diferente de lo que hoy reclaman para su gremio el presidente del CCE, Carlos Salazar, y otros empresarios y comerciantes.

“Mira, de sentido común. El 80 por ciento de los empleos en el país los generan las pequeñas y medianas empresas, no las grandes empresas. Y no tienen ningún apoyo.”

“Y que está habiendo antes de la influenza, eh. Lo venimos diciendo todos los días, todos los días, mortandad de negocios.”

En su entrevista con Puig, López Obrador decía que 100 negocios diariamente estaban cerrando en el país y eso significaba desempleo. Y que el desempleo significaba inseguridad y violencia. Calificaba como lamentable lo que sucedía entonces en nuestro país.

“Ahora ya estamos hasta apestados en el extranjero. Nunca había tenido México una imagen como la que tiene actualmente. ¡Y claro que hay responsables!”

Hoy la crisis sanitaria es infinitamente superior a la de la Influenza del 2009. Por supuesto que no es su culpa, ni de la Cuarta Transformación, así le tocaron los tiempos. Como en sus días a Calderón.

Pero hoy no están cerrando cientos, sino miles de negocios, obligados por las exigencias de la cuarentena por el Coronavirus.

¿Por qué Andrés Manuel López Obrador, ahora como líder de la Nación, no aplica hoy en su gobierno la misma receta con la que censuraba entonces al gobierno de Felipe Calderón?

¿Por qué no abogar por apoyar –como él lo pedía hace once años- los pequeños y medianos empresarios?

La respuesta es la misma que en su momento le di al presidente Felipe Calderón y a su esposa Margarita Zavala: porque ahora López Obrador ya no es oposición, porque ahora ya es gobierno.

Y desde la acera de enfrente se ven “otros datos”, muy distintos a los que se ven cuando se está al frente del gobierno.

Por supuesto que López Obrador, el de la entrevista de mayo del 2009, tenía razón; como el presidente López Obrador, en abril del 2020, no la tiene, al regatear el apoyo que entonces pedía para pequeñas y medianas empresas.

Sería bueno que el inquilino de Palacio Nacional suspendiera por unos días sus Mañaneras para escuchar lo que a lo largo de 12 años, con gran tino, cuestionó con toda razón a los gobiernos a los que vigilaba, a los que se oponía.

Quizás encuentre algunas ideas que lo ayuden a recordar de dónde viene y por qué 33 millones de mexicanos lo instalaron con todas sus esperanzas en Palacio Nacional.

Quizás recupere el sentido común del que tanto habló en aquella entrevista, cuando defendió a los pequeños y medianos empresarios mexicanos que hoy tampoco tienen los apoyos que entonces reclamaba.

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