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¡Que alguien me explique!

Una tiburón en Morena

Era el año de 1999 cuando el entonces presidente, Ernesto Zedillo, le llamó a la financiera Patricia Armendáriz con un mensaje que la sacudió: “Te van a acusar del Fobaproa…”

Por Ramón Alberto Garza

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Era el año de 1999 cuando el entonces presidente, Ernesto Zedillo, le llamó a la financiera Patricia Armendáriz con un mensaje que la sacudió.

Reclutada en los 90 como asesora del entonces secretario de Hacienda, Pedro Aspe, y en el momento de aquella llamada colaboradora del secretario de Hacienda zedillista, Guillermo Ortiz, Patricia Armendáriz fue la dupla que con Eduardo Fernández concretaron la firma del Fobaproa, desde la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.

Aquel rescate bancario fue tan cuestionado, que la misma Patricia Armendáriz reveló en abril del 2019, a la periodista Patricia Ortega, del periódico El Economista, los detalles del controvertido consejo que le dio el presidente Zedillo, en funciones.

“Te van a acusar del Fobaproa porque tú fuiste quien intervino bancos, la que cerraste bancos, vete de México…”, le habría dicho el entonces inquilino de Los Pinos.

Patricia Armendáriz recuerda que “en ese momento se perfilaba el cambio de gobierno al panismo y los zedillistas no eran bienvenidos. Yo solo hice mi chamba, que era recomponer el sistema bancario”.

Eran los días del cambio de gobierno. Vicente Fox entraría a la presidencia y todo lo que oliera a Fobaproa y a los arreglos entre el gobierno y los banqueros era mal visto.

Patricia Armendáriz hizo caso al consejo del presidente Zedillo y logró la posición de directora asociada del Banco de Pagos Internacionales, en Basilea, Suiza.

Reconocida por su capacidad como financiera y analista, volvió en octubre del 2001 a México para ser asesora de la dirección de Banorte, uno de los bancos rescatados por el Fobaproa.

Pero, a pesar de su capacidad, su posición se volvió muy frágil cuando dos años después -en el 2003- la Auditoría Superior de la Federación anunció que presentaría denuncias penales y administrativas contra quienes integraron el comité técnico del Fobaproa.

La investigación se centraba en los rescates de Bancomer, Banamex, Bital y Banorte, el banco en el que justamente operaba como directiva Patricia Armendáriz.

La lista de los acusados de provocar el posible quebranto incluía, entre otros, a Guillermo Ortiz -quien más tarde se convertiría también en director de Banorte- a José Ángel Gurría, a Martín Werner, a Eduardo Fernández, a Javier Arrigunaga y a la misma Patricia Armendáriz.

Se les acusaba de haber actuado sin reglas y políticas de operación que le permitieran dar trasparencia e imparcialidad a las decisiones.

Gracias a las gestiones de algunos banqueros con el gobierno de Vicente Fox -usando como intermediaria a Marta Sahagún- esas acusaciones se fueron diluyendo hasta ser sepultadas.

Patricia Armendáriz continuó como Concejera de Banorte -hasta el día de hoy- y decidió en 2006 emprender el lanzamiento de Financiera Sustentable, una sociedad financiera popular, que otorga créditos a microempresarios.

Su figura alcanzó relieve público cuando fue incluida junto con personajes como Arturo Elías Ayub y Carlos Bremer, en la pecera del programa televisivo Shark Tank, en el que supuestos tiburones de los negocios escuchan propuestas de inversión de mexicanos emprendedores, que buscan crecer sus negocios y apuestan -o no- por sus proyectos.

Desde el arranque del gobierno de la Cuarta Transformación, Patricia Armendáriz comenzó a aparecer en actos protocolarios, convocada por el presidente Andrés Manuel López Obrador.

El más sobresaliente fue el de la invitación que recibió la financiera para acudir como miembro de la comitiva empresarial a la cena en Washington, que el entonces presidente Donald Trump le ofrecía a su colega mexicano.

El nombre de Patricia Armendáriz resonó cuando violentó el protocolo de filtrar informaciones y fotografías de una reunión, que se presumía a puerta cerrada.

Viene toda esta historia a colación, porque Patricia Armendáriz volvió a ser noticia la semana pasada, cuando anunció que acudiría por voluntad propia a registrarse para buscar una diputación por Morena.

No es cualquier diputación. La financiera dice que busca un asiento plurinominal que le garantice un asiento en San Lázaro, desde donde buscaría legislar en favor del Estado de Bienestar.

Curiosa contradicción, que uno de los traumas políticos más severos que recuerda una y otra vez el presidente López Obrador, sea el del rescate bancario del Fobaproa.

Y que sea precisamente uno de los coautores de ese controvertido proceso -Patricia Armendáriz-, quien busque perfilarse para abanderar las causas de Morena y del inquilino de Palacio Nacional.

Nada de que asustarse. Solo baste recordar -de acuerdo a la experiencia- que de los arrepentidos se vale el reino de la Cuarta Transformación.

Ni hablar, una tiburón quiere invertir en Morena.

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