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26 de julio 2024

15 de noviembre 2023

¡Que alguien me explique!

Una resolución, dos actitudes

La resolución del ministro Laynez fue mandada por un tubo por el mandatario neoleonés y próximo candidato presidencial, y su segundo de abordo. O sea que lo que diga la Corte nos lo pasamos por el arco del triunfo

Por Ramón Alberto Garza

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Un ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación revocó las designaciones de los dos funcionarios considerados para que uno u otro fueran gobernadores de Nuevo León.

El argumento del jurisconsulto Javier Laynez fue simple: sentía que en ambos casos se descartaban para no poner en riesgo el principio de división de Poderes, que ordenan los Artículos 49 y 116 de la Constitución federal.

En pocas palabras, con las designaciones se daba la posibilidad de poner en riesgo el equilibrio entre el Ejecutivo, de donde viene Navarro, y el Judicial de donde proviene Salinas.

Digamos que se trató de una decisión salomónica desde la Corte. Ni tú, ni yo. Se repone el procedimiento que constitucionalmente recae como responsabilidad del Congreso local.

Pero la verdadera noticia se dio en las distintas actitudes que asumieron Salinas y Navarro, dos hombres respetados por sus conocimientos legales.

El gobernador interino designado por el Congreso, Salinas, aceptó de inmediato sin respingar la resolución. Como presidente que fue -y que lo volverá a ser- del sistema judicial de Nuevo León sabe que lo que dice la Corte está por encima de cualquier deseo o interpretación.

De hecho, se podría dar la posibilidad de que de los cinco ministros que votarían la resolución, tres acabarían apoyando el interinato de Salinas, pero eso llevaría tiempo y lo mejor era dejar el camino libre para una nueva designación que deberá darse desde el Congreso, a más tardar, el próximo primero de diciembre.

Pero los que de plano se le rebelaron a la decisión de la Corte fueron el gobernador con tres doctorados, Samuel García, y su secretario de Gobierno, el también docto abogado Javier Navarro. Dijeron que la designación del Secretario de Gobierno por parte de Samuel -y no del Congreso- sí era a su juicio legal y que no cederían a las presiones de la Corte.

La resolución del ministro Laynez fue mandada por un tubo por el mandatario neoleonés y próximo candidato presidencial, y su segundo de abordo. O sea que lo que diga la Corte nos lo pasamos por el arco del triunfo. Lo que importa es el Amparo que le dio a Navarro uno de los jueces de la frontera tamaulipeca.

Y en un desplante tramposo, el gobernador con tres doctorados ordenó publicar ayer martes 14 de noviembre, el Amparo de Navarro con fecha 10 de noviembre. A eso sí le puso rapidez para publicarse en el Periódico Oficial, mientras que todas las Leyes promulgadas por el Congreso en los últimos meses permanecen congeladas, esperando ser publicadas cuando el gobernador tres doctorados decida.

Ahí se van dando una idea de quiénes son los neoleoneses institucionales, respetuosos de la Ley, como Arturo Salinas, y quienes lo que no tienen empacho en burlarse de ella.

Si Samuel García confirma su carrera naranja por la Presidencia 2024, el candidato andará deambulando al estilo Donald Trump. Es decir, haciendo campaña por todo México con un Amparo bajo el brazo que lo protege a él, a su familia, a sus padres y hermanos de no sabemos todavía cuál es el temor.

Hagan lo que hagan, desde el Palacio de Cantera, Navarro solo podrá operar 30 días como encargado del despacho. Y ya investido Samuel como candidato y entrando en vigencia el interinato de seis meses, el Congreso deberá elegir a un ciudadano. Esa es la resolución de la Corte, les guste o no.

Por lo pronto, ya sabemos dónde están los que respetan la Ley y dónde los que pasan por encima de ella. O como diría el presidente Andrés Manuel López Obrador: “Que ahora no me salgan conque la Ley es la Ley”.

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