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21 de noviembre 2024

26 de junio 2020

Política

#QueAlguienMeExplique: Una alerta diplomática

¿Terminará la declaración del embajador Christopher Landau en la agenda de Washington para México? Ni lo duden.

Por Ramón Alberto Garza

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¡Vaya que se pone interesante el anunciado cónclave en Washington entre los presidentes Donald Trump y Andrés Manuel López Obrador!

Y es que a menos que se trate de un desliz o de una ingenuidad –que no lo parece- el embajador de los Estados Unidos en México lanzó una muy fuerte declaración que sacudió los cimientos del gobierno de la Cuarta Transformación.

Christopher Landau dijo que el gobierno mexicano está dando señales preocupantes y desalentadoras para la inversión extranjera, sobre todo en el sector energético.

La declaración del diplomático no se dio en una reunión a puerta cerrada o en petit comité. Fue en una videoconferencia con empresarios y directivos de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin).

Ante ellos, los calificados como neoliberales por el presidente López Obrador, el embajador Landau dijo….

“Tampoco les puedo mentir (a mis connacionales) tampoco les puedo decir que es un momento oportuno para invertir en México, si se ven cosas muy desalentadoras para la inversión extranjera. En varios sectores obviamente hemos visto cosas preocupantes”

Reconoció que cualquier país tiene el derecho de establecer o cambiar sus políticas económicas o sociales domésticas, pero advirtió que esos cambios pueden tener efectos muy negativos en cuanto a inversión.

“No se puede decir a la vez queremos atraer inversión y capital de otras partes del mundo y también decir vamos a cambiar las reglas…o un país tiene una política de atraer inversión o un país tiene una política de espantar inversión”.

Para ser sinceros, los pronunciamientos del embajador Landau para nada le vienen como anillo al dedo al presidente Andrés Manuel López Obrador.

De hecho en el contexto de los recientes cambios en la política energética, tanto petrolera como eléctrica, de las confrontaciones con los generadores de energías limpias y de la suspensión de la cervecera Constellation Brands, lo dicho es un cuestionamiento respetuoso, pero muy frontal.

Más aún cuando viene del embajador de los Estados Unidos, en la antesala de los preparativos para el encuentro entre el presidente López Obrador con el presidente Donald Trump en Washington.

¿Significa esto un atento recordatorio al gobierno de la Cuarta Transformación de que el respeto a los acuerdos pactados y el respeto al Estado de Derecho, serán temas que tendrán que abordarse en los próximos días en la cumbre de la Casa Blanca?

El mensaje es de fondo y también lo dejó en claro el embajador Landau.

“Como amigo de México no quiero ver un enfrentamiento entre el gobierno federal y el sector privado, porque me parece que la prosperidad de un país depende de una buena relación entre sus sectores.

Para algunos analistas este posicionamiento de reconciliación está relacionado con la presunción de viajes que algunos prominentes empresarios, académicos e intelectuales han hecho en las últimas semanas a Washington.

Son operaciones de cabildeo con personajes cercanos al círculo Trump, como Jared Kushner, Mike Pompeo y Rick Perry, entre otros.

Y en esos encuentros se hace sonar fuerte y claro la alarma de que México y su gobierno se están encaminando a un socialismo radical, al estilo de Nicolás Maduro en Venezuela o el que detentaba Evo Morales en Bolivia.

Pero a quien lo quiere escuchar se les ha dicho que “México is too big to fail”, es decir que su economía es tan grande que no puede fallar, so pena de contagiar no solo a la región sino al mundo entero. Cuestión de recordar los estragos que hizo el famoso Efecto Tequila en 1995.

Pero México también es “Too close to fail”, es decir, demasiado cercano a los Estados Unidos para fallar y en su caída arrastrar la industria manufacturera ligada al T-MEC y sus efectos en la migración ilegal de cientos de miles de compatriotas más allá del Río Bravo.

La reacción a las declaraciones del embajador Landau no se hicieron esperar. Y fueron tan fuertes que el diplomático se vio obligado a emitir un comunicado advirtieron que no dijo lo que en la grabación se interpreta que sí dijo.

Estamos sin duda ante una situación delicada. No porque el embajador Landau no tenga razón en lo que dice, sino porque la sombra de esa declaración acabará por instalarse en la agenda presidencial de Washington. Ni lo duden.

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