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¡Que alguien me explique!

Televisa, Megacable, Univisión

Televisa y Emilio Azcárraga han entendido que el negocio de la televisión tiene sus limitaciones. En un momento en el que se especula una fusión o venta con Univisión, se abre una ventana de oportunidad para la concentración de Cablevisión y Megacable en una sola compañía.

Por Ramón Alberto Garza

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Televisa, el conglomerado mediático más grande e influyente en el mundo de habla hispana, está inmerso en un enorme proceso de reingeniería.

El juego mediático global se modificó radicalmente en el mundo de las telenovelas y de los noticieros, para abrir paso al enjambre multimedia de las llamadas redes sociales y la televisión-cinema como Netflix.

Y como sucedió con su popular Big Brother, las reglas cambiaron. Y lo que se asoma en la televisora son nuevas reglas, nuevas estructuras, nuevos acomodos.

Por eso llamó la atención el tour familiar a Israel que

en los días cercanos a la Semana Santa, hizo Emilio Azcárraga Jean, el presidente de Televisa, relevado de sus actividades directivas, ahora en poder de Alfonso de Angoitia y de Bernardo Gómez.

Desde hace algunos meses se viene especulando que existen negociaciones entre Televisa y Univisión para una fusión, alianza o compra total del uno al otro.

Para la televisora de Chapultepec y San Ángel sería una salida decorosa, porque sin dejar de asumir una participación en un negocio mayor, se concentraría en lo que de verdad deja utilidades en el mercado mexicano.

Quizás por ello se afinan los últimos detalles para anunciar que Megacable, la corporación de la familia Bours y de Enrique Yamuni, intentará en los próximos meses fusionarse con Cablevisión, para elevar el poder de Televisa en la televisión de paga.

El negocio de las telecomunicaciones, con video, voz, datos y redes, viene en ascenso,y si sortea bien a la Comisión de Competencia y al Instituto Federal de Telecomunicaciones, Televisa está en una posición inmejorable para aprovecharlo.

No así en la producción de contenidos, en donde el modelo de telenovelas y noticierosse volvió obsoleto, y hasta ahora no se le encuentra la cuadratura al círculo. Hacen falta mucho dinero y talento para jugar a prueba y error hasta encontrar la nueva receta.

Pero en Estados Unidos, donde en noviembre se viene la renovación del Congreso, los jugadores mediáticos están buscando fortalecer sus posiciones para conservar el control legislativo necesario para apuntalar a Donald Trump en la Casa Blanca.

Bajo esa óptica, Haim Sabban solo, o con su socio Rupert Murdoch, estarían explorando una mega inversión para asumir de ser posible el control de Televisa desde Univisión.

Y si no es posible por legislaturas tortuosas o por leyes anti- monopolio inesquivables,tomar una posición dominante al menos en contenidos, con participación minoritaria de los mexicanos.

Los hispanos en los Estados Unidos jugarán un papel clave en la crucial y definitoria elección de noviembre. Y los magnates mediáticos que encumbraron a Trump–Murdoch, Adelson y Netanjahu- están dispuestos a jugar a que hablan y dominan el español.

Quizás bajo esa óptica deba analizarse el tour de Azcárraga a principios de abril por Tierra Santa, donde podría haberse concretado encuentros cruciales de muy alto nivel, que podrían alterar el destino de Televisa.

Y sin duda bajo esa misma visión podrían entenderse las peregrinaciones de los directivos de Televisa y de Univisión,  entre la casa de Jared Kushner, el yerno de Trump, y la residencia oficial de Los Pinos.

No falta mucho para saberlo. De existir una operación así, tendría que concretarse antes de julio, previo al cambio de poderes en México.

Y por supuesto, antes de noviembre, cuando en el debilitado Clan Trump defenderá con todo su hoy amenazado control del Capitolio.

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