[hurrytimer id="116852"]
18 de junio 2025

18 de junio 2025

¡Que alguien me explique!

San Pedro S.A. de C.V.

Desde que volvió Mauricio Fernández Garza Sada, por cuarta ocasión a la alcaldía de San Pedro Garza García, la función pública que es patrimonio de los ciudadanos se maneja como un corporativo personal y familiar

Por Ramón Alberto Garza

COMPARTE ESTA HISTORIA

Desde que volvió Mauricio Fernández Garza Sada, por cuarta ocasión a la alcaldía de San Pedro Garza García, la función pública que es patrimonio de los ciudadanos se maneja como un corporativo personal y familiar.

La última rabieta del caprichoso y autócrata munícipe fue que se divorció del programa “Alcalde, ¿Cómo Vamos?”, una iniciativa independiente que evalúa el quehacer de los alcaldes en Nuevo León. Simplemente, al político aristócrata no le pareció que le exigieran cuentas, que le pidieran datos, y dijo ‘Me voy, yo así no juego’. Pucheros de niño rico, acostumbrado a hacer lo que le plazca. ‘Mira mamá, la maestra me quiere reprobar. Regáñala’.

Desde que regresó a la alcaldía después de su derrota en las elecciones de 2018, Mauricio sólo tiene una obsesión en mente: perseguir -y si puede encarcelar- a su antecesor Miguel Treviño, quien lo venció en las urnas hace seis años. Un “plebeyo” que humilló con esa victoria a uno de la realeza sampetrina. Todo lo que hizo el alcalde independiente hoy está mal. Y Mauricio jura que le buscará hasta que le encuentre.

Mientras tanto -y con la sombra de una enfermedad terminal a cuestas- el alcalde de San Pedro Garza García está transformando ese municipio en una Sociedad Anónima de Capital Variable que no le rinde cuentas ni a su Cabildo, como se lo marca la ley. Faltaba más, si él siempre ha sido patrón, jamás empleado. Pedir opinión, buscar el permiso, eso es herejía para un privilegiado de abolengo.

Ya en los primeros ocho meses de su actual gobierno se enfrascó en acciones públicas que califican como abierto conflicto de interés y que son tipificables como corrupción con fondos públicos. Por eso no quiere que “Alcalde, ¿Cómo Vamos?” le audite nada. Porque como el mismo Mauricio ya lo dijo, eso sería como tener que rendirle cuentas a alguien, es ser empleado, y por su sangre azul sólo corren tintes de dueño. Él no le rinde cuentas a nadie.

No lo hizo cuando entronizó a un foráneo importado desde la Ciudad de México como Secretario de Seguridad del municipio más rico de América Latina. No le gustó a Mauricio que le exhibieran a José Luis Kuri como el presunto jefe de una banda de policías acusados de cobrar piso, que fue denunciado por Julio César Luna. El mismo dueño de Tacos del Julio que fue asesinado cuatro días después de darse a conocer en Código Magenta esa denuncia que exhibía la Sociedad Anónima en la que está convertida una fracción de la policía sampetrina. No todos. Pero Mauricio no está dispuesto a rendir cuentas a “Alcalde, ¿Cómo Vamos?” sobre la opacidad en la delicada situación de la seguridad.

Vino después otra decisión personal de Mauricio, en abierto conflicto de interés, para destinar 1,200 millones de pesos a comprarle a su familia y a sus socios del Grupo Alfa, un terreno que tenía años sin poderse vender, quesque para hacer un gran parque que no se necesita y que, además, no está en ninguna de las zonas urbanas sampetrinas.

Sin pasar por la aprobación del Cabildo -como lo marca la Ley- Mauricio aceleró el pago a sus socios, sin estudios ambientales y de viabilidad de por medio. Los 1,200 millones de pesos salieron del fondo de 3,000 millones de pesos que, responsable y generosamente, le heredó su odiado antecesor. Y ahora el caprichoso alcalde se gastará otros 800 millones para las adecuaciones viales en Roberto Garza Sada y Gómez Morín, y en la relocalización de la plaza de Los Tubos, además de la inversión de 700 millones que dijo requerirá el nuevo parque. Un abierto y absoluto despilfarro en un capricho que distrae los fondos públicos de otras obras y apoyos más apremiantes. Y todo sin pedirle permiso a su Cabildo.

De no ser por mujeres sampetrinas bien plantadas y responsables, como Vivianne Clariond, Érika Monter, Nora Andrade y Valeria Villarreal, el atraco de la familia Garza Sada sobre el Erario sampetrino habría pasado inadvertido. Pero Mauricio no acepta que los regidores de su Cabildo le cuestionen este negocio personal, mucho menos “Alcalde, ¿Cómo Vamos?”.

Y como secuela de todo lo anterior, en los terrenos que ocupa el corporativo del desaparecido Grupo Alfa, acabará por autorizarse un nuevo desarrollo al estilo de Arboleda -un complejo comercial, de oficinas y de vivienda- que sin duda los dueños de Alfa edificarán con los 1,200 millones que les dieron por su terreno, de los impuestos públicos. Ahí sí, las densidades que tanto le cuestionó a su antecesor Miguel Treviño en las Calzadas -Del Valle y San Pedro- no estarán a discusión. Después de todo serán sus densidades, para su negocio y la utilidad de él, de su familia y socios. Nada de informarle de eso a “Alcalde, ¿Cómo Vamos?”.  ‘Yo decido, yo me compro, yo me autorizo, yo dispongo de vidas y haciendas’. Por eso su reciente sacudimiento en el área de Desarrollo Urbano que se vio obligado a reestructurar. Para que todo se haga como Mauricio lo pide.

Por eso, la orden desde el despacho del alcalde de San Pedro de cerrarle las puertas al organismo ciudadano. No quiere que lo exhiban, cree que nadie está atento a sus fechorías, por eso manda al diablo a “Alcalde, ¿Cómo Vamos?”.

¿Y qué dicen de todo eso los liderazgos de los prohombres de San Pedro? Nada. Absolutamente nada. Callados en un silencio cómplice que huele más a blindaje de castas que llamado a cuentas. Y así quieren esos personajes cambiar el destino del Nuevo León de Samuel García. Y así quieren revolucionar el México autócrata heredado por Andrés Manuel López Obrador a Claudia Sheinbaum. Si son incapaces de poner en orden a su alcalde, lo demás sale sobrando. A la pregunta de “Alcalde, ¿Cómo Vamos?” la respuesta es clara. San Pedro Sociedad Anónima de Capital Variable va excelente. Las decisiones se toman en un corporativo, no en el Cabildo.

Publicidad
Publicidad
Publicidad