Sabotaje sindical

Quizás el presidente Andrés Manuel López Obrador no esté tan equivocado cuando revela que, en los últimos accidentes del Metro de la Ciudad de México, se asoma el sabotaje.

En lo que sí podría estar errado es que la provocación no vendría de sus adversarios -los “conservadores”-, sino del interior del mismo sindicato del sistema de transporte colectivo capitalino.

Y la principal sospecha podría recaer ni más ni menos que en el líder sindical de los trabajadores del Metro, Fernando Espino Arévalo, quien ostenta el nada despreciable récord de tener 42 años al frente de esa organización sindical, que tiene 14 mil trabajadores agremiados.

Las sospechas vienen creciendo desde el momento en que, desde hace semanas, se viene alimentando una campaña de desprestigio en contra del gobierno de Claudia Sheinbaum.

La campaña que se inició en mayo de 2022 incluye la colocación de pegotes en estaciones y vagones del metro en donde se advierten mensajes como este: “Nuestra preocupación es tu seguridad. Ayúdanos a concientizar al gobierno para que nos proporcione refacciones y herramientas para el mantenimiento a trenes e instalaciones que hacen posible tu traslado. Comité Ejecutivo Nacional”.

Para junio de 2022 se enviaba un nuevo mensaje a los usuarios del transporte colectivo: “Los trabajadores del Metro nos oponemos terminantemente a la externalización (outsourcing) de los mantenimientos de trenes e instalaciones fijas, que son nuestra materia de trabajo, como es el caso de la empresa española COMSA. Comité Ejecutivo Nacional”.

Y ya el pasado diciembre, días antes del accidente del 7 de enero del 2023, las calcomanías y pegotes decían: “Amigos usuarios. El Sistema de Comunicación TETRA no opera de manera adecuada, poniendo en riesgo a usuarios y trabajadores”.

En el fondo, lo que se está asomando es un juego político y  la defensa del líder sindical no solo a todas las canonjías que viene acumulando en sus cuatro décadas como patrono del Metro, sino por sus acuerdos que vienen de tiempo atrás -sobre todo con Mario Delgado- quien fuera el gestor y administrador de la controvertida Línea 12 del Metro en el sexenio de Marcelo Ebrard.

Solo para dar una probadita de la red de intereses tejidos por Fernando Espino Arévalo, están detectados al menos 20 familiares directos del líder sindical, que cobran en el Metro salarios mensuales de entre 28 mil y 43 mil pesos.

La lista incluye entre esposa, ex esposa, hijos y hasta sobrinos a Guadalupe Espino Arévalo; Fernando Espino González; Mabel Espino Suárez; María Enriqueta García Villarreal; Fernando Espino García; Maura Espino Suárez y Óscar Galicia Espino.

También están en la nómina de la prénsela sindical Claudia Julieta García Villarreal; Estela Patricia García Villarreal; María del Carmen García Villarreal; Marina Alejandra González Sánchez y Lorena Moreno Martínez.

Y completan el cuadro de favorecidos Ana María Suárez García; Erwin Iván Oliva Espino; José Ambriz Espino; José Luis Galicia Martínez; Luis Alonso Galicia Espino; Ana Karen Sánchez García y Sergio Sánchez Gutiérrez.

La nómina conjunta de estos allegados alcanza los 584 mil pesos, sin contar que existen otras 22 personas contratadas en calidad de prestanombres, que alcanzan una nómina adicional de 450 mil pesos mensuales.

Y el mismo sempiterno líder sindical, Fernando Espino Arévalo, tiene otorgadas comisiones -es decir, permisos con goce de sueldo- a unos 200 trabajadores, que representan un costo adicional de más de 4.5  millones de pesos mensuales, unos 54 millones de pesos anuales.

Estas canonjías sindicales se vienen elevando desde que se sedujo a la dirigencia sindical para guardar silencio cómplice, por los irregulares contratos de asignación directa para la construcción y el equipamiento de la controvertida y trágica Línea 12.

Pero ese tema se cuece aparte y merece todo un análisis en el próximo video de “Que Alguien Me Explique”.