¿Cuánto falta para la elección?

2 de mayo 2024

22 de noviembre 2023

¡Que alguien me explique!

Sa-milei

Cuidado si el modelo argentino se implanta en la carrera presidencial, porque el perfil más cercano a Javier Milei es el del emecista Samuel García. Alocado, gritón, fanático, excéntrico, pero también mitómano, soberbio y egocéntrico

Por Ramón Alberto Garza

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El triunfo en Argentina del ultra derechista, Javier Milei, desató en México todo tipo de análisis y especulaciones, en torno el desenlace de la elección presidencial 2024.

La pregunta obligada es si puede un candidato de derecha desafiar a una  izquierda en decadencia, instalada en el poder y empecinada en no ceder un centímetro ni su ideología ni sus espacios, a pesar de la enorme crisis en la que tiene hundido a su país. La respuesta es sí.

Por más absurdo que parezca, el extremista de derecha Javier Milei -un fanático, alocado, egocéntrico, desafanado, gritón y excéntrico- remontó más de 30 puntos en las encuestas para derrotar al peronista Sergio Massa, ex jefe de asesores de Cristina Fernández de Kirchner y ex ministro de Economía.

Hablamos de una nación donde la inflación ya superó el 142 por ciento anual, la deuda está por encima de los 405 mil millones de dólares -un 85 por ciento del PIB- con una reserva monetaria de apenas 24 mil millones de dólares.

En su primer discurso, a 19 días de tomar posesión, Milei ya dejó en claro que va por un liberalismo a ultranza, privatizando todas las empresas del Estado, incluyendo la petrolera YPF, que en el último día de cotización en Wall Street, sus acciones se dispararon al alza en un 40 por ciento como consecuencia de los rumores de su inminente privatización.

Los argentinos no son tontos. Saben que su apuesta por el libertario Milei es muy arriesgada. Será un sacudimiento extremo en un país en que lo tienen todo para competir entre los mejores del mundo, como ya lo fue en las décadas de los 40 y 50. Pero la ideologización, el radicalismo, el populismo de izquierda, las dádivas a los descamisados del peronismo dieron al traste con su riqueza.

Hoy, sin embargo, prefieren jugársela con el alocado e incierto personaje que parece más sacado de una historieta o cómic, que repetir el fracasado modelo que los llevó -como canta el tango- cuesta abajo en su rodada.

Y frente a ese sacudimiento político, la obligación es voltear a México para saber si el populismo de la izquierda lopezobradorista puede ser derrotado por el centro-derecha de Xóchitl Gálvez o por la extrema derecha de Samuel García.

De arranque, hay una diferencia sustantiva. Las cifras macroeconómicas en México son muy distintas a las de Argentina. Acá, los indicadores principales respiran progreso, aunque como despedida, el gobierno de la Cuarta Transformación nos vaya a recetar préstamos por el equivalente al 90 por ciento de todo el ISR que recauda o el 185 por ciento del IVA que registrará en 2023. En año electoral.

Para los empresarios, México es un excelente negocio. Para los banqueros México da los mejores rendimientos del mundo. Para los inversionistas extranjeros no existe otro país como México que les pague tasas reales por encima del 8 o 9 por ciento. ¿De verdad buscan un cambio?

La encrucijada 2024 para los mexicanos es si quieren continuar con el modelo asistencialista de reparto de tarjetas, con presupuestos poco transparentes, una fuerza militar presente hasta en la sopa y un crimen organizado dominando la mayoría del territorio nacional. La crisis en México no es como en Argentina, económica, sino ideológica, social, de seguridad, sanitaria y educativa.

Cuidado si el modelo argentino se implanta en la carrera presidencial, porque el perfil más cercano a Javier Milei es el del emecista Samuel García. Alocado, gritón, fanático, excéntrico, pero también mitómano, soberbio y egocéntrico.

Nada garantiza que en Argentina el gobierno de Milei venga a sacar al Bife de la barranca. La apuesta del libertario es como una moneda al aire. Puede ser una espléndida sorpresa, como un rotundo fracaso.

Por eso, en México se tiene que tener cuidado con los extremistas como Samuel García. Porque en un descuido termina convertido en el Sa-milei que pocos imaginan y que sí les puede dar la sorpresa a Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez.

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