¿Por qué López Obrador viajará a Chile?

Salvador Allende, el presidente de Chile cuyo gobierno fue derrocado por el general Augusto Pinochet en 1973, representa una figura trascendental para la identidad política del presidente Andrés Manuel López Obrador.

El mandatario mexicano ha anunciado que viajará a Chile el 11 de septiembre para conmemorar el 50 aniversario del golpe de Estado, un evento que López Obrador calificó como “un asesinato”, dado que Allende “fue un defensor de los pobres”. 

El doctor Salvador Allende fue un político chileno que se desempeñó como presidente de Chile desde 1970 hasta 1973.

Tres veces intentó ser presidente y en ninguna logró la mayoría absoluta, y solo pudo ser presidente debido a que la oposición se dividió y esto permitió que el Congreso lo eligiera en 1970.

Allende fue el primer presidente marxista elegido democráticamente en América Latina. Implementó políticas de corte socialista polarizando a la sociedad chilena.

Su gobierno enfrentó resistencia y oposición tanto interna como externa, y finalmente fue derrocado en un golpe militar el 11 de septiembre de 1973, encabezado por el general Augusto Pinochet.

La noticia marcó a López Obrador. Cuando ocurrió el golpe, apenas tenía 19 años, y Allende 65.

Allende enfrentó grandes problemas durante su mandato. En el terreno económico, se disparó la inflación, escasearon los productos básicos, y la huelga de transportistas (auspiciada por un grupo de empresarios) fue la puntilla de la crisis social que antecedió al golpe.

Y es que Salvador Allende decretó la expropiación de importantes empresas de Chile, inspirado en la ideología marxista para que los trabajadores se apropiaran de los medios de producción.

La administración de Allende enfrentó un bloqueo económico y financiero promovido por los Estados Unidos. Gobernaba Richard Nixon y Henry Kissinger era el secretario de Estado.

Ante estas circunstancias, Allende viajó a Moscú a pedirle ayuda al primer ministro de la Unión Soviética, Nikita Kruschev. Sin embargo, regresó frustrado porque los soviéticos se negaron a intervenir abiertamente.

Allende creyó que iba poder seguir adelante a pesar del mar de dificultades que enfrentaba porque creía que tenía el apoyo del Ejército y de los trabajadores chilenos.

Sin embargo, se equivocó porque, el día del golpe, los trabajadores no acudieron a defenderlo a pesar de la convocatoria que les había hecho por la radio.

Por su parte, todavía en la mañana de ese 11 de septiembre, creía que tenía el apoyo de los altos mandos militares, encabezados por el comandante en jefe del Ejército chileno. Sin embargo, cayó en cuenta de la traición cuando intentó comunicarse con Pinochet y este no le contestó.

Durante su administración, Salvador Allende enfrentó varios intentos de golpe de Estado y repetidas conspiraciones organizadas por empresarios y militares con el apoyo de la CIA.

López Obrador recuerda que, el día del golpe, estaba en la Casa del Estudiante Tabasqueño, donde vivía. Fue tanta su indignación por el acontecimiento que, junto con un amigo, redactó un manifiesto de protesta, según relató en su conferencia mañanera.

Sin embargo, pese al fervor de AMLO por Allende, el tabasqueño no se afilió al PSUM, ni al Partido Comunista, ni a ninguna otra asociación de izquierda.

En cambio, fue pragmático al grado de incorporarse al PRI, partido del que llegó a ser presidente del Comité Directivo Estatal de Tabasco.