17 de febrero 2025
Comunidad
“Nuevo León no está respirando, Claudia”
Los activistas medioambientales en Nuevo León no se equivocan, ni exageran, cuando argumentan que las altas concentraciones de partículas tóxicas en el aire “nos están matando”
Por Redacción Magenta
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En Nuevo León, más de 1,700 personas mueren prematuramente cada año por enfermedades cardiorrespiratorias asociadas a la contaminación, de acuerdo al Observatorio Ciudadano de la Calidad del Aire de Monterrey. Los activistas medioambientales no se equivocan, ni exageran, cuando argumentan que las altas concentraciones de partículas tóxicas en el aire “nos están matando”.
El área metropolitana de Monterrey es, bajo estándares que miden la presencia de partículas pm 10 y pm 2.5, una de las ciudadanas más contaminadas de América Latina. El sábado, la plataforma IQ Air mostró que los municipios de Monterrey, San Nicolas y San Pedro lideraron el índice nacional de concentración de partículas contaminantes. Los picos de pm 10 en la ciudad fueron de 229 microgramos por metro cúbico cuando el límite permitido para un periodo de 24 horas es de 60 microgramos.
A pesar de ello, la Secretaría de Medio Ambiente no declaró una alerta ambiental. La cifra de mortalidad vinculada a este fenómeno es equiparable al número de homicidios dolosos del quinto estado más peligroso del país. Es justo decir que la ciudad vive una crisis de salud pública. Paradójicamente, el área metropolitana de Monterrey tiene más de once meses sin que se declare una alerta por aire sucio.
A dos días de que la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, visite Nuevo León, los ciudadanos del estado han organizado una protesta virtual para generar acción y conciencia sobre la mala calidad del aire. “Nuevo León no puede respirar, Claudia”, es el mantra bajo el cual se están organizando movilizaciones para presionar al gobierno federal a tomar medidas contundentes para atender la situación.
En el área metropolitana de Monterrey confluyen por los menos tres factores que, aunado a una regulación deficiente de las autoridades en los tres niveles de gobierno, agravan el problema de la calidad del aire: la presencia de una refinería petrolera con una supervisión laxa de sus emisiones, un alto parque vehicular que utiliza gasolina con emisiones tóxicas por encima del promedio nacional y una dinámica actividad industrial.
Un estudio elaborado por el Observatorio Ciudadano de la Calidad del Aire de Monterrey encontró que “la presión de vapor permitida en la gasolina de Monterrey es la más alta del país. Resulta en 83.5 por ciento más compuestos volátiles que la gasolina que se usa en la Ciudad de México”. Esto deriva en 48 muertes anuales atribuibles a la exposición crónica al ozono. La intervención regulatoria del gobierno federal podría ayudar a mitigar el problema mediante la homologación de la calidad de la gasolina con la de la zona metropolitana del Valle de México y con la implementación de pruebas de control de presión de vapor en toda la cadena de suministro.
No obstante, no existe una acción eficiente a nivel federal para evitar este riesgo ambiental. La falta regulación en la cadena de suministro de gasolinas se suma a la negativa de la administración de Claudia Sheinbaum a imponer estándares verificables de las emisiones de la refinería de Pemex en Cadereyta.
Selene Martínez, directora del Observatorio Ciudadano de la Calidad del Aire de Monterrey, le dijo a Código Magenta que hay esperanza de que pueda haber una reacción positiva de parte de la presidenta: “Estoy segura que ella entiende perfecto el tema, porque es científica, formó parte del IPCC y también quiero pensar que hay una buena disposición de cambiar las cosas, eso es lo que queremos”.