1 de marzo 2016
Internacional
Súper martes: ¿Nos va a cargar el payaso?
Las campañas presidenciales de Estados Unidos llegan a una de sus fechas más importantes marcadas por un discurso abiertamente anti-inmigrante, proteccionista e incluso anti-mexicano
Por Rodrigo Carbajal
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Desde que se firmó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), México dejó de ser una prioridad en el mapa político estadounidense. La administración del Presidente Barack Obama no ha logrado consolidar el nombramiento de un embajador en México desde la salida de Anthony Wayne a finales de junio.
Las elecciones de 2016 han cambiado esta perspectiva, probablemente para mal. Tal como hace veinte años, México ha vuelto a ser el centro de atención para la opinión pública de Estados Unidos. Entonces, el presidente Carlos Salinas vendió una idea de que México era un país moderno que podía impulsar a América del Norte como la región más competitiva del mundo.
Ahora, el país es visto como la raíz de todos los problemas estadounidenses: migración, violencia, pérdida de empleos, etc. Al menos esa es la percepción de los candidatos presidenciales, tanto en el lado republicano como en el lado demócrata.
Los resultados de las dos primeras elecciones primarias, Iowa y New Hampshire, han dado una muestra de quiénes podrían ser los contendientes finales para la elección presidencial de noviembre de 2016.