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29 de noviembre 2019

Política

Ministra con “M”

Es privilegio del presidente en turno el proponer al Senado una terna para la Suprema Corte que ya la integran Margarita Ríos Farjat, Ana Laura Magaloni y Diana Álvarez Maury.

Por Ramón Alberto Garza

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Nunca escuchamos en el sexenio de Felipe Calderón que el presidente fuera acusado de tejer un plan para adueñarse de la Suprema Corte.

Sin embargo durante el gobierno calderonista fueron electos seis de los 10 ministros actuales en funciones, una vacante excluida.

Y nadie denunció entonces que desde Los Pinos se trazó un maquiavélico plan para adueñarse de la Suprema Corte.

Nadie tampoco le puso un pero a que tres de los seis ministros propuestos por el entonces presidente Calderón fueran egresados de su Alma Mater, la Escuela Libre de Derecho.

Y de los cinco ministros que no fueron electos durante el sexenio calderonista, tres fueron propuestos por Enrique Peña Nieto y solo sobrevive uno propuesto en el sexenio de Vicente Fox.

Tampoco recordamos que cuando el presidente Ernesto Zedillo hizo una reforma constitucional para renovar por completo la Suprema Corte, alguien acusara recibo golpista. La renovación era indispensable.

Por eso hoy llama la atención el escándalo que le están armando al presidente Andrés Manuel López Obrador cuando propone a su tercer ministro. Le faltarían tres más para alcanzar a Calderón.

En el primer año, solo dos de los once ministros tienen el cuño de ser electos por el Senado durante el gobierno de la Cuarta Transformación.

Y el tercero, que está en camino, obedece a la renuncia del ministro Eduardo Medina Mora –quien ingresó a la Corte en el sexenio de Peña Nieto- y que salió en medio de una investigación sobre presunto lavado de dinero.

Para su reemplazo, es privilegio del presidente en turno el proponer al Senado una terna que ya la integran Margarita Ríos Farjat, Ana Laura Magaloni y Diana Álvarez Maury.

Sea Margarita, Magaloni o Maury, la próxima ministra tendrá una “M” en su nombre, aunque los momios hoy estén inclinándose entre la jefa del Servicio de Administración Tributaria (SAT) y la académica del CIDE.

Si algo necesita hoy la Suprema Corte es buscar equilibrios que le den mayor diversidad y ecumenismo en la integración de quienes debaten los asuntos más relevantes de la agenda judrídica nacional.

Si definimos el perfil de un ministro de la Corte en nuestro país, es una persona nacida en la Ciudad de México y egresada de la Facultad de Derecho de la UNAM o de la Libre de Derecho, también de la Ciudad de México.

Seis de los 11 ministros hoy –Medina Mora incluido, mientras no entre su relevo- son egresados de la UNAM y tres de la Escuela Libre de Derecho, uno más de la Universidad La Salle y otro de la Universidad Regiomontana.

Siete de los 11 ministros nacieron en la Ciudad de México. Los cuatro restantes son originarios de Querétaro, Torreón, Veracruz y Morelos. La capital aplasta.

Si Margarita Ríos Farjat es electa, sería la primera ministra de la Corte originaria de Monterrey. Si Ana Laura Magaloni o Diana Álvarez Maury son electas, cualquiera sería la octava de once ministros con origen en la Ciudad de México.

Tanto Ríos Farjat como Magaloni y Álvarez Maury son independientes del círculo judicial de la UNAM. La jefa del SAT es egresada de la Universidad Autónoma de Nuevo León. La académica del CIDE y la Subsecretaria de Gobernación son egresadas del ITAM.

Hoy los ministros de mayor edad –dos- rondan los 70 años y el más joven tiene 50. De las tres candidatas propuestas, Magaloni tiene 51 años, Rios Farjat tiene 45 años y Álvarez Maury 48. Las dos últimas se instalarían como las ministras mas jóvenes de la Corte.

Pero sea cual sea la decisión que se vote en el Senado, lo único cierto es que está claro que el presidente Andrés Manuel López Obrador está muy lejos de emular la hazaña de su antecesor Felipe Calderón.

El ex presidente panista todavía tiene un handicap a favor de dos ministros de ventaja, contra el actual inquilino de Palacio Nacional que apenas alcanzaría tres.

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