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Mexicana y la 4T: volando muy bajo

El presidente López Obrador justifica que el gobierno gaste en esa nueva aerolínea -Mexicana- para dar servicio a las “ciudades olvidadas” por las líneas tradicionales. Otra mentira más

Por Ramón Alberto Garza

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PRIMER ACTO.- El gobierno de la Cuarta Transformación canceló en sus primeros días la construcción del aeropuerto de Texcoco, una mega obra privada, bajo la acusación de que abundaba la corrupción. La realidad, nunca debió construirse sobre un pantano.

El costo de ese rescate -que califica como un “Aeroproa”-  fueron 300 mil millones de pesos, que salieron de las arcas públicas. Los constructores privados -con Carlos Slim al frente- se lavaron las manos y su error será pagado durante años, no por ellos, sino por el pueblo “bueno y sabio”. Todo lo que hoy se paga de uso de derecho de aeropuertos en la Ciudad de México se usará para saldar esa deuda, que siempre debió ser de quienes no midieron su ambición y se equivocaron.

SEGUNDO ACTO.- Para enmendar el supuesto “manotazo”, el presidente Andrés Manuel López Obrador decide construir un aeropuerto en la vieja base militar de Santa Lucía. La inversión inicial sería de 75 mil millones de pesos, pero acabó costando 116 mil millones de pesos. O sea, que entre cancelación de Texcoco y el AIFA se fueron por lo menos 416 mil millones de pesos de nuestros impuestos.

El problema es que, a un año y medio de inaugurado, el publicitado AIFA no levanta el vuelo. Su dificultad en el acceso y los tiempos de trayecto ahuyentan a los potenciales usuarios y las líneas aéreas se resisten a volar a un aeropuerto al que todos le sacan la vuelta, porque lo sienten lejos de la Ciudad de México.

TERCER ACTO.- ¿Qué hacer, entonces, con un aeropuerto de 116 mil millones de pesos que nadie quiere utilizar?

Pues el gobierno de la Cuarta Transformación decide crear su propia aerolínea, y al igual que la construcción del aeropuerto fantasma, le da su operación a la Secretaría de la Defensa.

Y compra en 815 millones de pesos lo que queda de Mexicana de Aviación. La operación la cierra la actual Secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, y en las negociaciones interviene su padre, Arturo Alcalde Justiniani, representante laboral del sindicato.

No se compran aviones, esos ya se devolvieron. El gobierno pagó 407 millones 442 mil pesos por la marca Mexicana de Aviación; 210 millones 700 mil pesos por el Edificio CAT en la Ciudad de México; 86 millones de pesos por un edificio en Guadalajara; 28 millones 981 mil pesos por el piso Balaceras y está por definirse el monto del pago por un simulador de vuelo. Todo lo que se necesite para operar la nueva Mexicana, renta de los aviones incluida, tendrá que salir de nuestros impuestos.

El presidente López Obrador justifica que el gobierno gaste en esa nueva aerolínea para dar servicio a las “ciudades olvidadas” por las líneas tradicionales. Otra mentira más.

Se anuncian las primeras 20 rutas que iniciarán operaciones a partir de diciembre y son Cancún, Monterrey, Guadalajara, Tijuana, Mérida, Puerto Vallarta, Ixtapa, Cozumel, Los Cabos, Hermosillo, Ciudad Juárez, Huatulco, Oaxaca, Acapulco, Mazatlán, La Paz y León. De “nuevos destinos” solo Campeche y Chetumal, ambos con vuelos a la Ciudad de México.

CUARTO ACTO.- Alguien dentro del gobierno propone crear un circuito aeroportuario de la 4T para dar servicio a la nueva Mexicana y toman el control no solo del AIFA, sino del nuevo aeropuerto de Tulum, así como los de Campeche, Chetumal y Palenque. Hay un intento por asumir el Aeropuerto del Norte, en Monterrey, pero su imposibilidad para aterrizar vuelos comerciales frena temporalmente la intentona.

QUINTO ACTO.- Para garantizar el éxito de la nueva Mexicana y los aeropuertos asignados a la Secretaría de la Defensa, se ponen esta semana a la venta los primeros boletos para vuelos a partir del primer sábado de diciembre de este año.

Las tarifas son reducidas, incluso inferiores a las líneas aéreas de bajo costo. Entre a www.mexicana.gob.mx y descubrirá que el vuelo redondo de Ciudad de México a Monterrey se cotiza en mil 318 pesos. ¿Quién paga el subsidio?

Si sumamos el costo de cancelar Texcoco, la construcción del AIFA y Tulum, la adecuación de Campeche, Chetumal y Palenque, y el costo de iniciar y operar la nueva Mexicana subsidiada supera él billón de pesos. Un millón de millones de pesos.

¿Cuál es el título de esta obra escrita por el presidente López Obrador?: Cómo cumplir mis locuras, aunque al pueblo bueno y sabio le cueste un billón de pesos.

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