23 de junio 2016
¡Que alguien me explique!
Masacre tras masacre
Si se quiere medir la ineficiencia de un gobierno para mantener una nación en paz, basta con enlistar sus episodios de represión y violencia hacia los civiles
Por Ramón Alberto Garza
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Desde la masacre de Tlalteloco, en la que no se define si fueron 30 o 300 los estudiantes victimados, pasando por el Jueves de Corpus con cerca de 100 muertos y Acteal con 45 cadáveres, no teníamos un sexenio tan rojo.
Descontamos por supuesto la mas sanguinaria de todas las administraciones, la del panista Felipe Calderón, quien en su vano intento por limpiarle el territorio a Joaquín “El Chapo” Guzmán, acabó victimando y desapareciendo a decenas de miles de mexicanos.
Pero ahora el sexenio del presidente Enrique Peña Nieto va por su cuarta masacre al hilo.
Primero fue Tanhuato, con 42 muertos. Vino después Tlatoaya, con 22 victimados. En Ayotzinapa, aunque todavía se cuentan como desaparecidos, algún día encontrarán muertos a los 43. Y el mas reciente caso, el de Nochixtlán, con ocho muertos.
En total suman 125 muertos, que son cercanos a la estimación media de Tlaltelolco, una veintena mas que los del Jueves de Corpuso o casi tres veces Acteal.
Por mas que en los discursos oficiales se pretendan minimizar estos violentos hechos o por mas que se intente justificar el por qué de las represiones, el sexenio está marcado por esa sangre de cuatro sucesos que todavía no tienen una clara explicación.
Ni desde la secretaría de Gobernación, desde donde se opera la Policía Federal, ni desde la secretaría de la Defensa, común denominador de algunas de esas masacres, se dan explicaciones convincentes para la ciudadanía.
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