Macron a Trump: “El nacionalismo es la traición al patriotismo”

“El patriotismo es lo opuesto al nacionalismo: el nacionalismo es la traición al patriotismo”. Ésta es la frase que resume lo que el diario Le Monde describe como “el divorcio entre Europa y Estados Unidos”, una división cuyo origen está en la política de aislacionismo y unilateralismo del Presidente Donald Trump.

En el marco de la conmemoración de los cien años del armisticio de la Primera Guerra Mundial, el Presidente de Francia, Emmanuel Macron, le ha enviado un mensaje claro a quién se supone que es el líder del mundo libre: “Si ponemos nuestros intereses primero, sin consideración por los demás, estaríamos traicionando lo que las naciones más valoran, y aquello que las mantiene vivas: sus valores morales”.

El Presidente francés hizo una atribución casi explícita de la visión de mundo de Donald Trump, aquella que puede resumirse en la marca “América Primero”. El discurso de Macron, presenciado por el propio Presidente de Estados Unidos y otros ochenta jefes de Estado en una ceremonia en París, es la representación verbal de una Europa que se encuentra cada vez más marginada por Estados Unidos. Es también la muestra de que el orden multilateral de Occidente se ha vuelto  vulnerable frente a la creciente influencia de China y la siempre latente amenaza del régimen ruso de Vladimir Putin.

El llamado de Macron de “rechazar el egoísmo de las naciones que sólo ven por sus propios intereses” es la más reciente defensa que ha hecho el Presidente de Francia del sistema de cooperación internacional que ha regido el orden global después de la Segunda Guerra Mundial.

Sin embargo, este discurso es también una advertencia de que el tiempo se agota. La semana pasada, Macron dijo en una entrevista radiofónica en su país que Europa debería considerar de construir un sistema de defensa militar europeo para defenderse de las amenazas de Rusia, China e incluso Estados Unidos.

El mensaje caló hondo en la Casa Blanca. Trump respondió con la crítica usual de que los miembros de la OTAN no pagan lo que les corresponde y que el déficit comercial de Estados Unidos es la prueba de que sus socios están utilizando políticas comerciales predatorias. Éstas son las principales banderas del discurso unilateral de esta administración estadounidense: el desmantelamiento del sistema comercial global, pilar de la cooperación internacional; y la reforma de la OTAN, el mayor símbolo de cooperación militar de los aliados de Occidente.

Se acaba el tiempo

Macron advirtió que las ideologías de nacionalismo, identidad y división que parecían desterradas del centro de la toma de decisiones políticas han regresado. Él lo sabe mejor que nadie. Este mes, por primera vez desde que Macron fue elegido Presidente, fue superado en una encuesta de preferencias  por Marine Le Pen, la dirigente del Frente Nacional, un partido de extrema derecha.

Esta medición se vuelve una alerta roja en el contexto de un Reino Unido pasmado por la ejecución del Brexit y de una Alemania que ya no contará con Angela Merkel. Recientemente, la canciller, la más valiosa aliada de Macron en la defensa del orden multilateral, anunció su retiro de la política.

Mientras el nacionalismo gana espacios, la paz internacional se siente amenazada. Éste fue otro de los principales mensajes del discurso de Macron, quién fue fotografiado junto con Merkel en una icónica imagen que deja ver la consolidación de la unidad franco-germánica. “¿Será este el símbolo de paz entre naciones? ¿O, por el contrario, es la fotografía de un momento final de unidad antes de que el mundo descienda hacia un nuevo desorden”, declaró Macron.

Sin Trump, líderes globales marchan por la paz

Antes del evento, Macron caminó codo a codo con decenas de jefes de Estado por los caminos de Champs Elysees para conmemorar el armisticio de la Primera Guerra Mundial.  Marcharon bajo la lluvia y con el sonido de fondo de las campanadas de Notre Dame de París, que repicaron a las once de la mañana del día once del mes once.

Los grandes ausentes de esta solemne gesto de unidad internacional fueron el Presidente Donald Trump, el Presidente Vladimir Putin y el Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu.

Mientras Macron, Merkel y Trudeau caminaban bajo la lluvia del otoño parisino, Trump se trasladaba al evento en su limusina. El contraste fue más que simbólico.