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17 de febrero 2025

31 de enero 2025

Política

#LosTaconesDeMarcela | Rocha Moya

En Sinaloa reina el miedo: Negocios cerrados, escuelas sin maestros ni alumnos; hay toque de queda implícito de noche. No hay distinción entre gobernantes y delincuentes… Ya no se sabe quién gobierna a quién, empezando por Rubén Rocha Moya

Por Marcela Garza Barba

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No es la pirotecnia, es su gobierno el que sofoca la libertad y la paz de los ciudadanos en Sinaloa.

Y no es sólo usted, el que sofoca esa libertad y paz, señor gobernador Rocha Moya, sino Morena con su filosofía de tapadera y nepotismo de la cual usted, presuntamente, se beneficia.

La nueva generación Rocha Ruiz y López Beltrán son la apuesta de usted y el ex presidente en funciones, Andrés Manuel López Obrador, para que sigan con su legado en los próximos años.

Su hija, Eneyda Rocha Ruiz como gobernadora en Sinaloa, en 2027.

Andy López Beltrán como presidente de México, en 2030.

Eso en el mundo de las maravillas morenistas, porque como dicen, las cosas caen por su propio peso y la 4T trae el peso de la violencia al alza (en 2024, 70 asesinatos al día; en lo que va de 2025, 66), presunta “pax narca” y, por si fuera poco, nepotismo descarado.

El pueblo ya lo quitó, señor gobernador, pero usted voltea hacia otro lado, se sabe protegido y por eso minimiza las recientes marchas en Sinaloa y los gritos de “Fuera Rocha Moya” en el estadio de los Tomateros.

El pueblo también ya se quitó la venda de los ojos y, poco a poco, ve que las dádivas de Morena no son más que una fachada para silenciar a una sociedad con un hartazgo de violencia desmedida.

¡Fuera, el mal gobierno!

Hoy, el tema que inunda las redes sociales y los medios, es la sentencia de 17 años del dizque influencer “Fofo” Márquez.

Como sociedad nos debe de importar el tema, porque se refiere a una tentativa de feminicidio, pero la oleada de comentarios entre los mexicanos se centra en todo, menos en eso.

¿Por qué abro mi editorial con esto?

Porque en cuestión de segundos, un tema como el de “Fofo” se vuelve un distractor perfecto en un México inundado de violencia en el que se exige la renuncia de un gobernador y no cualquier gobernador, sino el gobernador de la cuna de los cárteles, el gobernador Rubén Rocha Moya, de Sinaloa.

Las imágenes lo dicen todo.

Miles de personas marchando “Fuera Rocha Moya”.

No una vez, sino dos.

El estadio de los Tomateros haciendo eco “Fuera Rocha Moya”.

Manifestaciones que llegan al Congreso local de Sinaloa, “Fuera Rocha Moya”.

¿La gota que derramó el vaso?

El asesinato de los niños Gael y Alexander, y el de su padre.

Víctimas inocentes.

Un futuro eliminado por la violencia que inunda las calles, no sólo de Culiacán, sino del estado de Sinaloa por el enfrentamiento constante entre cárteles.

La infancia sofocada, como bien lo dijo Rocha Moya en su video navideño, pero no por la pirotecnia, sino por las balas y la violencia sin fin, en un estado que es tierra de nadie.

En un México en donde la presidente exige más una explicación por la detención del “Mayo” Zambada que por tener a un gobernador que solapa la violencia.

Digo, no es nada nuevo que la presidente Sheinbaum solape a este tipo de gobernadores.

Ahí está, lo expuesto en la mañanera de este pasado jueves por la reportera Reyna Haydee Ramírez, sobre el gobernador de Sonora, Alfonso Durazo.

O cuando la presidente Sheinbaum defiende lo indefendible de un Félix Salgado Macedonio.

La perpetuidad en el poder huele mal y pudre al sistema.

Nepotismo violento.

Según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad pública, entre septiembre y diciembre, ocurrieron el 61 por ciento de los homicidios dolosos registrados en 2024 en Sinaloa.

La pregunta del millón.

¿Por qué Rocha Moya sigue de gobernador si hay miles de personas pidiendo su renuncia?

Tan sólo en el estadio de los Tomateros eran aproximadamente 30 mil y en las marchas de Culiacán otras miles más.

El pueblo sí que lo está intentando quitar.

Pero mientras que el ciudadano levanta la voz, porque vive con miedo día y noche, la presidente Claudia Sheinbaum la baja.

Defiende al gobernador Rocha Moya, a capa y espada.

Es parte de su narrativa mañanera del país de las maravillas.

Hay muchas suposiciones sobre el cobijo de la presidente hacia el gobernador de Sinaloa, pero hay una contundente, la relación de los hijos de Rocha Moya con Amílcar Olán, principal beneficiario de los contratos millonarios morenistas, regalo de los hijos de López Obrador.

Hay foto como evidencia, el periodista Carlos Loret de Mola la publicó hace meses en su editorial.

La foto que es la salvación de Rocha Moya.

Y es que los hijos del Bienestar, los Rocha Ruiz y López Beltrán, incluido -claro- el hijo postizo Amílcar Olán, al parecer han hilado negocios a beneficio de unos cuantos (o sea, ellos) no de “primero los pobres”.

Herederos de las fechorías cuatroteístas de sus padres, los hijos de los nuevos dinosaurios morenistas se han convertido en las cartas en la mesa que se juegan para el intercambio de poder perpetuo.

Ahí está el ejemplo de Félix Salgado Macedonio.

Por más que se le acusó de ser un presunto acosador y abusador sexual, puso en la silla a su hija Evelyn.

Los Macedonio llevan 12 años en el poder, en Guerrero, y la violencia de ese estado, al alza.

La novedad ahora es que Salgado Macedonio quiere regresar a la silla de gobernador, en la próxima elección.

¡Como si gobernaran con resultados!

Y bajo la filosofía cuatroteísta de “aquí no hay nepotismo”.

Hoy, Guerrero se posiciona como el sexto de los estados en México que tuvieron mayor incidencia de homicidios dolosos en 2024.

Eneyda Rocha Ruiz, con la bendición de su padre Rubén Rocha Moya, quiere ser la próxima gobernadora, al estilo Evelyn Salgado, claro, con familiares despachando en Palacio de Gobierno también.

Pero ¿en qué mundo viven? ¡Ah sí, en el de Morena!

Porque en Sinaloa reina el miedo.

Negocios cerrados, escuelas sin maestros ni alumnos.

Hay toque de queda implícito de día y de noche.

No hay distinción entre gobernantes y delincuentes.

Las desapariciones ya son normalizadas, desaparece igual un ciudadano que un político, que un sacerdote.

Los asesinatos, también.

Ya no se sabe quién gobierna a quién.

Pero aquí, tarde que temprano, alguien jalará la cuerda y caerán uno por uno en efecto dominó.

Está claro que, desde el gobierno de Claudia Sheinbaum, esa cuerda seguirá floja al menos que alguien del exterior la estire y salga todo el mugrero.

Llegará el momento en que las fotos de gobernadores, de hijos de gobernadores, de amigos de hijos de gobernadores no serán amparos del actual gobierno, sino pruebas contundentes para demostrar las fechorías cometidas.

Se respetará la voz del ciudadano que grita “Fuera Rocha Moya”, “Fuera el Mal Gobierno”, porque lo que está podrido desde la raíz no tiene la suficiente fuerza para sostenerse, ni con cuerdas a modo.

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