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28 de junio 2025

27 de junio 2025

Opinión

#LosTaconesDeMarcela | #LeyMordazaMX: El Espejo de Navalny

Los Tacones De Marcela

Si eres activista o periodista en México no necesitas una bala para estar muerto, te matan mientras escribes y documentas la verdad, tal cual, el activista ruso Alexei Navalny, principal opositor del gobierno ruso de Vladimir Putin

Por Marcela Garza Barba

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Hoy, al sentarme a escribir, me tiembla la mano.

No porque tenga temor, no porque no sepa qué decir.

Me tiembla la mano porque en México la libertad de expresión ha sido secuestrada, mientras rápidamente la está matando el gobierno cuatroteísta.  

Ayer fue la persecución de Layda Sansores, gobernadora de Campeche contra el periodista Jorge González Valdez o el acoso de la ciudadana Karla Estrella por escribir un tweet en contra del diputado federal Sergio Gutiérrez Luna y su esposa, hoy es este medio acumulando denuncias a modo de silenciar la verdad.

Pero en la mañanera tienen “otros datos” y vivimos un ejemplo de democracia.

Lo cierto es que estás con el gobierno en el poder o hacen todo lo posible por silenciarte.

La verdad está del lado del que roba, miente y corrompe.

Del poder del Estado.

Mientras los derechos humanos son pisoteados por la autocracia sin control.

Si eres activista o periodista en México no necesitas una bala para estar muerto, te matan mientras escribes y documentas la verdad.

Tal cual, el activista ruso Alexei Navalny, principal opositor del gobierno ruso de Vladimir Putin hasta que murió tras las rejas.

Hablar con la verdad resultó ser el pase directo de encarcelamiento y muerte para el principal defensor de los derechos humanos, y de la libertad de expresión.

¿Y el fascismo de Putin?

Libre de pecado y salvado con una mañanera, mientras se barajeaban varias teorías sobre la persecución y muerte de Navalny.

Después de las reformas promovidas por AMLO y la presidente Claudia Sheinbaum para controlar la información privada, el sistema de “vigilancia masiva”, las reformas judicial y electoral, la politización de la Guardia Nacional y la ley mordaza…

Podemos comenzar a vernos en el mismo espejo que… Alexei Navalny.

En 2018, Rusia tenía una fuerte oposición.

Esa oposición se concentraba en un solo hombre: Alexei Navalny.

Desde una oficina sin lujos, Navalny ponía a temblar al Kremlin con su Fundación Anti Corrupción.

En una entrevista con el medio NPR, Navalny dijo que quería vivir en Rusia, pero no bajo las condiciones inhumanas y de cero justicia que vivían diariamente en su país.

Navalny quería una nueva Rusia para sus hijos, una Rusia menos autócrata, más democrática.

El abogado de profesión aseguraba que, para tener justicia en un país como Rusia, se debía voltear al sistema por completo, y vaya que lo hizo.

Navalny escribía en contra de Putin y el Kremlin diariamente en sus redes sociales.

Destapaba cloacas de corrupción “putinesca”, que unas tantas veces terminaban cerrándose de nuevo en completa opacidad.

¿Sus seguidores?

Dos millones en Twitter, dos millones de suscriptores en YouTube.

Abogaba por los derechos humanos olvidados por un sistema fascista, mientras aseguraba que desde las plataformas de redes sociales evadía la censura de Putin.

“Sueño con una nueva Rusia”, decía.

Pero, ese sueño, pronto se convirtió en una vida tras las rejas por alzar la voz en contra del régimen y, poco tiempo después, en una muerte sospechosa presuntamente por envenenamiento en 2024.

El sistema dictatorial putinesco dejó sin padre a una niña y un niño, y sin esposo a Yulia Navalnaya, la “primera dama” de la oposición, como la llaman en Rusia.

La muerte de Navalny comenzó el día que lo silenciaron.

Los diarios que escribió desde la cárcel lo confirman.

“Desde el principio supe que me encarcelarían de por vida, hasta el final de la vida de este régimen. Pasaré el resto de mi vida en prisión. Me resigné y lo acepté”.

Muerto en vida, sin más palabras e investigaciones, aunque físicamente murió en febrero de 2024, ahí en la cárcel.

Su esposa sigue su legado, pero el fascismo con el que se mueve la Rusia de Putin está más fuerte que nunca.

Putin utiliza las leyes a su antojo para silenciar opositores.

Utiliza la Constitución como escudo y ocultamiento de la verdad.

Después de todo, están de moda los liderazgos anti constitucionales, ¿no?

En México nos podemos mirar en el mismo espejo que Navalny y la Rusia de Putin.

Hoy estamos ante un sistema que reforma para controlar.

Reforma Judicial a modo cuatroteísta.

Reforma la libertad de expresión, por aquello del qué dirán por tantos actos de corrupción.

Reforma las instituciones como el INE para su beneficio electoral.

Reforma el poder militar para amenazar, empoderar y disuadir.

Ley espía, ley mordaza, hay que llamarlas por su nombre.

¿O cómo explicar las denuncias a unos tantos medios de comunicación, incluido Código Magenta?

¿O a ciudadanas como Karla Estrella y Laisha Wilkins?

Cambios repentinos en emisoras de radio, moviendo la barra de horario estelar como el programa de “A la 1”, con Salvador García Soto.

Callar es callar, aquí, en Rusia o en China.

Desde el 2000, al menos 200 periodistas han sido asesinados.

En lo que va de 2025… cinco.

Lo cierto es que las cifras no hacen justicia a lo que realmente sucede en nuestro país.

Lo que realmente sucede es que, en las mañaneras de la presidente Sheinbaum, se ataca a la libertad de expresión y de ahí, la muerte a la libertad no sólo periodística, sino ciudadana.

Y si antes no había formalidad en el daño de la palabra mañanera, ahora las reformas a modo militar, de espía y de silencio matarán lo poco que nos queda de libertad de expresión.

Ya no temblará mi mano, sino mi voz de repudio y coraje.

Porque no quiero dejarles este México a mis hijos, a mis futuros nietos, igual que lo decía Alexei Navalny sobre Rusia.

¡México debe ser libre en todos los sentidos y no permanecer en un estado de silencio!

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