12 de julio 2024
Opinión
#LosTaconesDeMarcela | Detrás del cuello de tortuga negro
Los Tacones De Marcela
El atuendo de Mariana Rodríguez, esposa del gobernador de Nuevo León, Samuel García, en la reciente foto en la que posan ella, Samuel y la virtual presidenta electa Claudia Sheinbaum, dice mucho
Por Marcela Garza Barba
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¿Cuello de tortuga negro en pleno verano?
El atuendo de Mariana Rodríguez, esposa del gobernador de Nuevo León, Samuel García, en la reciente foto en la que posan ella, Samuel y la virtual presidenta electa Claudia Sheinbaum, dice mucho.
Incluso, cuando el gobernador de Nuevo León asegura que “no hay nada que ocultar” después de la reunión exprés con Sheinbaum.
Y es que el cuello de tortuga negro ha sido el salvavidas de unos tantos líderes cuando se trata de pérdida de poder, asuntos legales o falta de un buen desempeño.
Ponerse un cuello de tortuga en estos tiempos es símbolo de mostrar control cuando se sabe que está perdido.
Si no, pregúntenle a Elizabeth Holmes, ex CEO de Theranos; Lori Loughlin del caso Varsity Blues; Ivanka Trump, hija del ex presidente Donald Trump; Michael Cohen, ex abogado de Trump y Emmanuel Macron, presidente de Francia.
Todos ellos usaron un cuello de tortuga negro cuando ya no había nada más que hacer y se había esfumado el presunto poder que alguna vez tuvieron.
¿Será que Mariana sabe que ella y su esposo no tienen la misma popularidad, que están frente a un juicio político al amparo del poder del inquilino de Palacio y su sucesora, y utiliza esta prenda como lenguaje no verbal de control y protección en su visita cuestionada con Claudia Sheinbaum?
Cuando vi la foto de Mariana Rodríguez y su esposo, el gobernador Samuel García, posando junto a Claudia Sheinbaum lo primero que pensé fue, “vaya descaro en su máximo esplendor”.
No doy crédito cómo un gobernador con un posible juicio político, con un estado de los más inseguros del país, con una crisis de agua que cada vez se agrava más por la falta de estrategia y reprobado en temas de transporte sea bien recibido por la futura presidenta de nuestro país, en su casa de transición.
Y de pasada se diga que se habló de temas de infraestructura, se tomen la foto y la suban a redes como si se tratara de una reunión políticamente correcta.
En cualquier otro lado, esto sería mal visto y cuestionado, pero al parecer en México, en el país adoctrinado y transformador se aplauden este tipo de encuentros.
Es absurdo pensar que en dicha reunión revisaron un plan de obras que traía Samuel.
¿Un plan de obras?
Si en el estado que gobierna, vaya que falta planificación de obras, no sólo el ir a pedir apoyo federal para acelerar las obras en Nuevo León.
Pero vayamos a otra pregunta.
¿Qué hace Mariana, su esposa, en dicha reunión vestida de cuello de tortuga negro en pleno verano?
Si los que llevan la imagen de Mariana y Samuel le recomendaron a la influencer que se pusiera un cuello de tortuga negro, porque significa poder, se quedaron en 1980.
Hoy, el cuello de tortuga negro ya no representa poder, sino se utiliza como escudo cuando se sabe que hay problemas en puerta.
Un cuello de tortuga negro en una reunión entre líderes se entiende como el uso de una armadura para ganar control y sentirse seguro según expertos en imagen.
Ya no se traduce en ese poder que tenía cuando Steve Jobs la puso de moda.
Ahí está una Elizabeth Holmes, ex CEO de Theranos, corporación privada de tecnología sanitaria, quien hoy enfrenta una condena de once años de cárcel por fraude.
Justo antes de que sus consejeros comenzaran a cuestionar el uso de los exámenes de sangre de Theranos, Elizabeth empezó a vestirse con cuello de tortuga negro.
De hecho, en una entrevista en 2015, Holmes aceptó que el cuello de tortuga negro lo usaba para mostrar más poder y seguridad, algo que a veces no encontraba y que en su armario tenía 150 cuellos de tortuga negros.
Un gran porcentaje de la percepción de poder que se tenía de Holmes antes de que se diera a conocer el mega fraude de Theranos en 2018, recaía en su vestimenta: el cuello de tortuga negro.
Vanessa Friedman, del New York Times, aseguró que después de Holmes, el cuello de tortuga negro cavó su propia tumba y que cualquier líder que se lo pusiera daba un mensaje negativo.
Lori Loughlin, reconocida actriz, quien pagó para que su hija entrara a una universidad de renombre en Estados Unidos, utilizó un cuello de tortuga negro cuando fue señalada de hacer trampa para que su hija fuera aceptada en la universidad de su preferencia.
Ivanka Trump, en una reunión en 2017 con la entonces canciller de Alemania, Angela Merkel, en el marco del G20, llamó a todo su séquito de imagen y llegaron a la conclusión de que el cuello de tortuga negro la ponía al nivel de los líderes que se encontraban en dicho evento.
A falta de contenido habría que sumarle apariencia.
Al fin y al cabo, las apariencias engañan.
¿O no?
Si dudan, vean la foto de Mariana, Samuel y Claudia de nuevo.
Ahí está la pareja, que supuestamente lleva las riendas del estado de Nuevo León, posando como si todo estuviera miel sobre hojuelas en su reinado del norte.
Cuando la inseguridad va al alza.
Ahí está el mes de junio de este año se convirtió en el segundo mes de junio más violento en la historia del estado.
De la crisis hídrica ni se diga.
Hay colonias que siguen sin agua y las que ya tienen es imposible pensar que es potable.
Sigamos con la apariencia.
El cuello de tortuga negro no es sólo para las mujeres que necesitan un escudo protector.
Sino también para los hombres que tambalean.
Ahí está un Emmanuel Macron, quien por ejemplo, ya percibía desde antes la pérdida de su referéndum.
Cambió el traje por el cuello de tortuga negro y hasta lo apodaron el “turtle power” o “poder tortuga”.
Ni eso lo salvó.
O un Michael Cohen, ex abogado de Trump, quien enfrentó un proceso criminal en una de sus últimas entrevistas en la cadena estadounidense CNN vistió cuello de tortuga negro.
El cuello de tortuga negro tampoco lo salvó.
Aquí la cosa es que detrás del cuello de tortuga negro todos tienen algo que esconder.
Juicios.
Fraudes.
Mal desempeño electoral.
Falta de estrategias reales.
Malas prácticas políticas.
Falta de liderazgo real y contenido.
Puede que Samuel haya dicho que en la reunión con Sheinbaum no había nada que esconder, pero Mariana lo delató con su vestimenta.
Por ahora, culpemos al cuello de tortuga negro.