9 de agosto 2024
Opinión
#LosTaconesDeMarcela | Bangladesh: Que nos sirva de ejemplo
Gracias a estudiantes como Nahid Islam hoy hay un despertar democrático en Bangladesh y se está pensando en un posible gobierno interino democrático, liderado posiblemente por un civil: el premio Nobel de ese país, Muhammad Yunus
Por Marcela Garza Barba
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Quién diría que Bangladesh sería ejemplo internacional, cuando de democracia se tratara.
Más puntual, un ejemplo para países como México.
Y no, no lo digo por la violencia desatada a causa de las protestas masivas, sino por el ejemplo de los estudiantes que se atrevieron a levantar la voz con valentía ante un gobierno corrupto, autoritario y sin sentido.
Gracias a estudiantes como Nahid Islam, de 26 años, hoy hay un despertar democrático en Bangladesh y se está pensando en un posible gobierno interino democrático liderado posiblemente por un civil, el premio Nobel de ese país, Muhammad Yunus.
No a la violencia, pero sí a una justa y verdadera democracia.
Que la valentía de los estudiantes, en Bangladesh, nos sirva de ejemplo.
Lo admito.
Estoy asqueada de la situación política de nuestro país.
Cualquier vislumbro de esperanza o de despertar es anulado por un sistema cuasi autoritario que le ha perdido el respeto, descaradamente, al ciudadano.
Y sí, nos hemos dejado.
Unas tantas veces me dan ganas de cambiar página y escribir más sobre una Taylor Swift, por ejemplo, y las mil y una teorías conspirativas del posible atentado en Vienna que de la crisis política actual en México.
Pero luego pienso, y lo que me mueve es exponer esa narrativa falsa de gobierno que nos siguen vendiendo a los mexicanos y quedarme con la satisfacción que intenté, desde mi trinchera, que no abrieran los ojos demasiado tarde.
Por eso hoy hablo de Bangladesh y más adelante de los que ahora mueven a dicho país, los estudiantes.
Un país sumergido en un autoritarismo a conveniencia de familiares y amigos.
En donde Sheikh Hasina, la ahora ex primera ministra que gobernó de 1996 a 2001 y de 2009 a 2024, hasta que se vio orillada a dimitir y huir en un helicóptero militar, a causa de las protestas masivas desatadas en su contra (en un momento más les platico las causas).
Pero sigamos.
Sheikh Hasina siempre ganaba con unas supuestas elecciones “limpias” y “democráticas” en las que la oposición exigía cuentas claras por actos evidentes de corrupción… nunca se las daban.
Unas elecciones en las que además se obtenía una mayoría parlamentaria a modo.
Por ejemplo, en las últimas elecciones, en 2018, el Awami League -el partido político de Sheikh Hasina y sus aliados- obtuvo 288 de 300 asientos parlamentarios.
La compra de asientos pasó a ser lo normal.
Siempre gobernando con mayoría y con cambios a la Constitución a conveniencia.
¿Les suena un tanto familiar?
Las promesas de Sheikh Hasina quedaron en eso, en promesas, mientras que sus familiares y amigos se enriquecían con propiedades y dinero del Erario.
Sheikh Hasina atentaba en contra de la libertad de expresión.
O estabas con ella o te iba mal.
A unos tantos enemigos políticos los metió a la cárcel o los puso en arresto domiciliario.
Tal fue el caso de Khaleda Zia, su rival en las elecciones políticas.
O el de Muhammad Yunus, premio Nobel de dicho país, ahora nombrado por los estudiantes que iniciaron las protestas como el líder del gobierno interino, quien con horas de dimisión de Sheikh Hasina, fue absuelto por el Tribunal de Bangladesh.
Y es que, como bien decían los estudiantes al comenzar la protesta que luego se conviritió en un mar de incoformismo social que orilló a la renuncia y huida inevitable de Sheikh Hasina, la ex primera ministra tenía secuestrado al país junto a los suyos.
¿Pero cómo y porqué comenzaron las protestas en Bangladesh?
Un grupo de estudiantes liderado por un joven de 26 años, Nahid Islam, se pronunció pacíficamente en protesta para exigir eliminar una ley que establecía cuotas en los puestos de trabajo de la administración pública.
En un país en el que 18 millones de jóvenes buscaban trabajo, los estudiantes se dieron cuenta que este tipo de ley sólo beneficiaba a Sheikh Hasina y los suyos, no al ciudadano.
Y de ahí la “bola de nieve”, las exigencias de los estudiantes pronto se convirtieron en un eco masivo en Bangladesh.
Nahid Islam fue torturado y amenazado por la policía y aún así se levantó y siguió el camino democrático que ahora traza junto a otros tantos estudiantes y al premio Nobel de su país.
Lamentablemente, la policía les quitó la vida a 300 personas, entre ellos estudiantes.
Además de herir a otras tantas al utilizar la fuerza y pisotear los derechos humanos.
Pero Nahid Islam pidió no darse por vencidos, al mismo tiempo que pidió por sus compañeros.
Cito textual.
“Vamos a crear un Bangladesh democrático mediante nuestra promesa de una vida segura, justicia social y un panorama político nuevo. Jamás regresaremos a un gobierno fascista”.
Y es que, Bangladesh, siempre fue un país envenenado por un autoritarismo disfrazado de democracia.
Por una corrupción familiar, de amiguismo y de partido sin precedentes.
Por un populismo maquillado a conveniencia.
Un país en donde el “primero los pobres” y el “pueblo bueno y sabio” reinó hasta que los ciudadanos se dieron cuenta de la farsa que les vendieron por años.
Sheikh Mujibur Rahman, padre de la hasta esta semana primera ministra, Sheikh Hasina, lideró el país de 1971 a 1975, cuando brutalmente lo asesinaron sus propios militares como parte de un Golpe de Estado.
Otros tantos familiares también fueron asesinados, Sheikh Hasina y su hermana se salvaron, pues estaban en Alemania.
Desde entonces, Sheikh Hasina prometió meterse de lleno a la política de su país, siguiendo por supuesto la ideología de su padre, el “Mujibismo”, basada en cuatro pilares: nacionalismo, socialismo, democracia y secularismo.
Esos cuatro pilares pronto se convirtieron en uno solo: el ser autoritario.
Después de 15 años de reinado, Sheikh Hasina dimitió y huyó en un helicoptero militar.
El rumbo del país está en manos de los estudiantes, específicamente del líder estudiantil, Nahid Islam, quien aseguró en entrevista para Reuters que no aceptarán un líder de algun partido político o de las Fuerzas Armadas, sino un civil como el premio Nobel, Muhammad Yunus, quien esta semana viajará de París a Bangladesh después de años de persecusión por el gobierno de Sheikh Hasina.
Gracias a estos estudiantes se está pensando en un posible gobierno interino verdaderamente democrático.
Gracias a la valentía y la exigencia de derechos humanos para los ciudadanos.
El despertar es revolucionario, promete un nuevo mañana.
Después de todo, la democracia trabaja para todos, no para unos cuantos.
Y, tarde que temprano, el pueblo exigirá.
Es una revolución de mentes que logrará una transición política, liderada no por hombres de poder, no por empresarios, sino por la “Generación Z”.
No a la violencia, pero sí a una justa democracia.
Que nos sirva de ejemplo.