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9 de septiembre 2025

9 de septiembre 2025

Política

Los muertos del huachicol

La larga ruta de sangre del huachicol fiscal, la lista de personajes vinculados al contrabando de combustible que fueron asesinados o que fallecieron en circunstancias no aclaradas, pone en tela de juicio la versión del suicidio del Capitán de la Marina, Abraham Jeremías Pérez Ramírez

Por Rodrigo Carbajal

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La muerte del Capitán de la Marina, Abraham Jeremías Pérez Ramírez, fue reportada como un suicidio. Oficialmente, las autoridades le dijeron al periódico Reforma que el Capitán fue encontrado en su oficina en la Unidad de Protección Portuaria de Altamira.

Sin embargo, la larga ruta de sangre del huachicol fiscal, la lista de personajes vinculados al contrabando de combustible que fueron asesinados o que fallecieron en circunstancias no aclaradas, pone en tela de juicio la versión del suicidio. El antecedente de Sergio Carmona, Carlos Narváez Romero, Gerardo Vázquez Barrera, Julio Almanza, Daniel Flores y Ángel Arnoldo Salinas Ramírez advierten que la trama de homicidios, conspiraciones y encubrimientos del huachicol fiscal está escalando cada vez más alto en las esferas del poder político-militar del gobierno de la Cuarta Transformación. Los operadores del negocio ya fueron señalados. Falta nombrar a los capos reales.

Un testigo protegido de la Fiscalía General de la República, el Capitán Alejandro Torres Joaquín, identificó al Capitán Pérez Ramírez como parte de un entramado de corrupción maquinado por el ‘Clan Farías’, la red de importación de buque-tanques de huachicol dirigida por los sobrinos políticos del ex secretario de la Marina en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, el Almirante Rafael Ojeda. Este esquema está detrás de la introducción ilegal de diésel del Challenge Procyon, el barco que fue objeto del primer megadecomiso de huachicol en el sexenio de Claudia Sheinbaum. El caso del Departamento de Justicia de Estados Unidos contra el empresario James Jensen y la firma Arroyo Terminals en la Corte del Distrito Sur de Texas conectan esta trama con una red de distribución del Cártel Jalisco Nueva Generación. En un sexenio, un grupo de marinos conectados al círculo de López Obrador transformaron la Secretaría de Marina. Pasó de ser la única agencia de seguridad mexicana en la que Washington tenía confianza plena para realizar operaciones especiales a estar coludida en el negocio del huachicol con el cártel más poderoso del país.

El Vicealmirante Manuel Roberto Farías Laguna, detenido el pasado 2 de septiembre, y su hermano, el Contralmirante Fernando Farías Laguna, quien se encuentra prófugo de la justicia, dirigieron una operación para desembarcar ilegalmente 31 buques con hidrocarburos clandestinos. El Capitán Torres Joaquín, testigo protegido, le dijo a la FGR que en cada operación ‘El Clan Farías’ dispersaba 1.75 millones de pesos a funcionarios aduanales y de la Secretaría de Marina. En una sola exhibición, en abril de 2024, el Capitán Pérez Ramírez recibió 100 mil pesos del Capitán de Corbeta, Miguel Ángel Solano Ruiz. La orden vino de los hermanos Farías Laguna.

Por eso, versiones internas de la Secretaría de Marina aseguran que la teoría del suicidio del Capitán Pérez Ramírez es difícil de creer. Sostienen que todavía más complicado es desligar la muerte del Capitán Pérez Ramírez de los asesinatos del Contralmirante Fernando Rubén Guerrero Alcántar y de la Auxiliar de Investigación de la Delegación de la FGR en Colima, Janet Nava Ramos. Según la FGR, estos dos homicidios están conectados por el ‘modus operandi’, la ejecución a manos de sicarios a bordo de una motocicleta, y por el uso de una pistola Águila calibre 9 milímetros Luger. Guerrero denunció la red de corrupción del ‘Clan Farías’. Nava se encargó de investigarla.

Desde los altos niveles de la estructura política y militar del gobierno de la Cuarta Transformación, alguien se está encargando de eliminar a quienes pretendan romper el silencio, el omertá, alrededor del multimillonario negocio del huachicol fiscal que, lo mismo financia campañas políticas de Morena, enriquece a una nueva élite y transfiere recursos a las células paramilitares del crimen organizado.

El Contralmirante Fernando Rubén Guerrero Alcántar, un potencial sucesor en la Dirección de Operación Aduanera de la Agencia Nacional de Aduanas, fue asesinado en Manzanillo el 8 de noviembre de 2024. El 14 de junio de ese año, escribió una carta dirigida al Almirante Rafael Ojeda, entonces secretario de Marina, para exhibir el entramado de corrupción de sus sobrinos políticos. Guerrero fue citado a una reunión por el nuevo secretario de Marina, el Almirante Raymundo Morales, un perfil que fue recomendado y cabildeado por los hermanos Farías Laguna. La denuncia no llegó a ningún lado y Guerrero solicitó licencia y vacaciones a partir del 6 de noviembre de 2024. Dos días después, fue asesinado. El Contralmirante proporcionó a sus superiores los sitios exactos de su estancia en Manzanillo y en Mazatlán.

La Fiscalía General de la República no tiene la menor duda de que este homicidio está conectado al asesinato del 21 de octubre de 2024 de Janet Nava Ramos. La oficina que dirige Alejandro Gertz Manero tampoco es ambigua sobre quiénes podrían ser los autores intelectuales del crimen: “Al mantener una relación estrecha con procesos de la SEMAR, se puede inferir que los actores materiales pudieron ser personal de esta dependencia o allegados a ellos”.

En este contexto, el “suicidio” del Capitán Abraham Jeremías Pérez Ramírez resulta conveniente para los intereses de los dueños reales del huachicol fiscal en México. Los políticos y los militares. La ruta de sangre del contrabando de combustible demuestra que los operadores, las manos derechas de los verdaderos capos, son desechables. Con la excepción de Julio Almanza, un empresario independiente que denunció la corrupción en las aduanas de Matamoros, todos los asesinatos, desapariciones o accidentes de la lista involucran a un personaje que mantenía una relación muy cercana con algún miembro de la élite del gobierno de la Cuarta Transformación.

El caso de Sergio Carmona, el llamado ‘Rey del Huachicol’ que fue asesinado en San Pedro Garza García en noviembre de 2021, inauguró este ‘modus operandi’. Su hermano, Julio Carmona, fue designado como administrador de la Aduana de Reynosa por Ricardo Peralta Saucedo. Las ganancias del huachicol fiscal, que eran blanqueadas a través de la asignación de contratos federales, sirvieron para apuntalar campañas de Morena a la gubernatura en todo el país. Sergio Carmona tejió una importante red de políticos dentro de la 4T. No obstante, sus aliados más poderosos fueron Mario Delgado, entonces dirigente nacional de Morena, y Audomaro Martínez Zapata, el ex titular del Centro Nacional de Inteligencia. El poder de Carmona llegó a tal grado que fue citado a Palacio Nacional por el ex presidente Andrés Manuel López Obrador. Esa reunión fue el principio del fin para ‘El Rey del Huachicol’.

Algo similar sucedió con Daniel Flores, el director de Grupo Industrial Proyecta, una firma que recibió más de 27 mil millones de pesos en contratos de Pemex, particularmente para el desarrollo de la Refinería de Dos Bocas. Flores se convirtió en el financiero de la ambiciosa precampaña presidencial de Adán Augusto López. Para entonces, “La Barredora” ya operaba extrayendo crudo del Puerto de Dos Bocas y vendiéndolo al Tren Maya. Cuando el presidente López Obrador decidió que la precampaña de Adán Augusto López tendría que llegar a su fin, citó a Daniel Flores en Palacio Nacional. Al salir de la reunión, el empresario tomó su aeronave privada rumbo a Veracruz, donde se encontraba Adán Augusto López. Aterrizó, sostuvo una breve conversación con el ex secretario de Gobernación, los vieron discutir, regresó a su avión, despegó y tres minutos después, cuando sobrevolaba el Golfo de México, la aeronave se desplomó en el mar. Amílcar Olán, empresario del clan de Andrés Manuel López Beltrán, asumió el control de Grupo Industrial Proyecta después del fallecimiento de Flores.

La desaparición de Gerardo Vázquez Barrera, identificado por un cable de la Embajada de Estados Unidos en México como “un operador financiero del Cártel del Noreste”, tampoco ha sido esclarecida. Vázquez Barrera, quien tenía conexiones al mundo del huachicol fiscal, fue visto por última vez después de una comida con los entonces senadores de Morena Américo Villarreal y José Narro Céspedes.

Otro caso reciente. El pasado 26 de abril, un vehículo se desbarrancó en la carretera Guadalajara-Colima. Ángel Arnoldo Ramírez Salinas, un empresario de origen tamaulipeco con nacionalidad mexicana y estadounidense, uno de los dos pasajeros, murió en el siniestro. De acuerdo a fuentes de inteligencia en México y en Estados Unidos, se trata del personaje que heredó la estructura criminal de Sergio Carmona, incluidas muchas de sus relaciones aduanales y algunas de sus amistades políticas. En el mundo criminal, su contacto más influyente era César Morfín Morfín, alias ‘El Primito’, designado por el FinCEN del Departamento del Tesoro de Estados Unidos como el arquitecto de una red de distribución de huachicol fiscal del Cártel Jalisco Nueva Generación. Su ascenso inició en la gestión de Horacio Duarte como titular de la Agencia Nacional de Aduanas, continuó durante la administración de Rafael Marín Mollinedo, pero creció de manera exponencial con la llegada del General André Foullon a la ANAM. Una persona con conocimiento del asunto asegura a Código Magenta que Ramírez Salinas tenía acceso al General a través de su hija Diana Foullon. La muerte de Ramírez Salinas no ha sido esclarecida.

Otro caso que tampoco ofrece respuestas contundentes, pero cuyas consecuencias siguen siendo relevantes: El 13 de mayo de 2024 fue asesinado en Polanco, Carlos Narváez Romero; ex alto funcionario de la Agencia Nacional de Aduanas, sobrino del entones director de Pemex, Octavio Romero, y un personaje ligado a los hijos del ex presidente Andrés Manuel López Obrador. El homicidio conmocionó a los operadores políticos de la 4T. A dos semanas de la elección presidencial, el hecho fue interpretado como un mensaje de las mafias del huachicol fiscal. Este es el asesinato que más se ha acercado a la nueva élite del gobierno de la Cuarta Transformación.

La ruta de sangre del huachicol fiscal, la lista de muertes, suma por lo menos nueve casos de alto perfil. Tres de ellos están vinculados a la causa contra el ‘Clan Farías’. La investigación apenas alcanza a tocar al Almirante Rafael Ojeda, quien, en público, ha recibido todo el apoyo del gobierno de Claudia Sheinbaum.  ¿Sucede lo mismo en privado? La respuesta es clave para entender el futuro de la cruzada federal contra el crimen organizado. En la trama del huachicol fiscal, el mayor desfalco y red de corrupción en la historia moderna de México, falta todavía que sean nombrados los verdaderos dueños. Los capos reales.

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