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Los hijos “desobedientes”

No debe ser fácil ni para los jerarcas del PRI ni para los del PAN ver a los hijos de sus dos figuras emblemáticas, inscritas en sus biografías como mártires, luchando desde la Oposición.

Por Ramón Alberto Garza

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No debe ser fácil ni para los jerarcas del PRI ni para los del PAN ver a los hijos de sus dos figuras emblemáticas, inscritas en sus biografías como mártires, luchando desde la Oposición.

Luis Donaldo Colosio Riojas y Tatiana Clouthier Carrillo, los hijos de Luis Donaldo Colosio y de Manuel “El Maquío” Clouthier, son ya en abanderados no de los partidos en los que militaron sus padres, sino de Movimiento Ciudadano y de Morena.

Difícil debió ser para el hijo de quien fuera candidato del PRI a la presidencia, asesinado en Lomas Taurinas, tomar la decisión de entrar en activo a la política. Hasta hace unos días, rechazaba toda tentación. Del PRI o de cualquiera.

Algo debió sentir el hijo de Luis Donaldo y Diana Laura, para aceptar su debut en la política, y no de la mano del partido del que fue presidente y candidato su victimado padre.

Sin duda que releyó aquel discurso del 6 de marzo de 1994, en el Monumento a la Revolución, en el que el candidato Colosio encendió a la nación y cimbró a la estructura tricolor de su tiempo.

“Yo veo un México con hambre y con sed de justicia. Un México de gente agraviada, de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla. De mujeres y hombres afligidos por abuso de las autoridades o por la arrogancia de las oficinas gubernamentales.

Veo a ciudadanos angustiados por la falta de seguridad, ciudadanos que merecen mejores servicios y gobiernos que les cumplan…”

Sin duda Luis Donaldo hijo volteó reflexionó que a 24 años de aquel discurso de su inolvidable padre, poco o nada cambió. Que los reclamos son los mismos. Que las desigualdades son mayores. Que la corrupción y la
impunidad están peor que nunca.

Que de nada valió la alternancia en el 2000. Los dos gobiernos panistas acabaron con iguales o peores prácticas que los priistas a quienes “sacaron de Los Pinos”.

Que sus “próceres del cambio”, Vicente Fox y Felipe Calderón, dilapidaron y traicionaron su lugar en la historia, renunciando a su destino manifiesto.

Una reflexión similar debió hacer Tatiana Clouthier, la hija de ese enjundioso demçocrata y luchador social que fue Maquío, el candidato presidencial que con Cuauhtémoc Cárdenas, sacudieron al sistema en la elección presidencial del 88.

Después de transitar por las filas del PAN y ser una combativa legisladora, la jerarquía foxista receló de sus reclamos por un auténtico cambio. Y Tatiana les renunció.

Sin duda al momento de su salida del PAN, recordó aquella célebre frase de su padre: “Lo importante no es cambiar de amo, sino dejar de ser perro”.

Los panistas se hicieron del poder, solo para ser “los nuevos amos”. Y la hija de El Maquío no veía que fueran a liberar a los mexicanos de ser perros.

Tatiana optó por la independencia, creando o apoyando organizaciones civiles, causas nobles y altruistas, hasta que Andrés Manuel López Obrador la convenció de que desde su trinchera, como coordinadora de su campaña,
podría honrar el legado de su padre.

Y al igual que Colosio, en distintas circunstancias, Maquío falleció en un extraño y cuestionable accidente carretero, camino de Culiacán a Mazatlán. Su legado se inmortalizó en frases como aquella de “México va a cambiar contigo, sin ti o a pesar de ti”.

Hoy los hijos “desobedientes”, los renegados de los partidos que enaltecieron sus padres –Luis Donaldo y Tatiana- prometen con sus míticos apellidos, Colosio y Clouthier, volver a hacer historia.

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