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Internacional

Las venas abiertas de América Latina, edición 2021

De acuerdo a James Bosworth, fundador de la firma de análisis de riesgo geopolítico Hxagon, las protestas en Colombia son parte de la misma oleada de manifestaciones que comenzaron en Chile hace dos años. El descontento social de la región es una reacción a la corrupción y la austeridad

Por Redacción Magenta

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¿Qué pasó?

El descontento social, como reacción a la corrupción y la austeridad que prevalecen en el gobierno, han sido los principales detonantes que han convertido las protestas de Colombia en un fenómeno que podría replicarse en otros países, como ya sucedió antes en Chile.

¿Por qué importa?

  • De acuerdo a James Bosworth, fundador de la firma de análisis de riesgo geopolítico Hxagon, las protestas en Colombia son parte de la misma oleada de manifestaciones que comenzaron en Chile hace dos años.
  • En su Reporte de Riesgos para América Latina, Bosworth ya había adelantado a finales de 2019 que la escalada de manifestaciones iría en aumento, no sólo en territorio colombiano -lo que finalmente sucedió-, impulsada por el impacto negativo que representaría la pandemia de Covid-19.

El contexto:

  • El pasado 28 de abril, miles de colombianos salieron a las calles a protestar en contra de una Reforma Tributaria. Lo que inició como una manifestación pacífica se convirtió en las más graves protestas contra el gobierno de Iván Duque, desde que éste llegó al poder en 2018.
  • Ante la conmoción política, Duque se vio obligado a revirar y el domingo 2 de mayo, aceptó retirar la reforma. Las marchas tienen que ver -como sucedió en noviembre de 2019- con el desgobierno que existe en el país, causado por un mal manejo de la pandemia, desempleo y aumento en la pobreza.
  • El saldo es de al menos 24 fallecidos, más de 800 heridos y 89 desaparecidos.

Los detalles:

  • Según James Bosworth, las protestas en Colombia no influirán directamente en otros países para disparar este tipo de eventos. Sin embargo, muchas naciones cuentan con las mismas condiciones económicas base y de enojo público como los colombianos, que podrían desencadenarlas. “Significa que la chispa correcta podría encender una protesta importante”, expresó en su artículo.
  • Tal es el caso de Argentina, Guatemala, Paraguay y Chile, que dado el contexto económico actual, “son particularmente vulnerables a una nueva ola de protestas en los próximos meses”.
  • Los cuatro países tienen la combinación de condiciones económicas y factores de opinión pública que hacen probables las protestas, relata Bosworth. Sin embargo, a diferencia del resto, sólo Chile ha atacado el problema de fondo tras lo que sucedió hace dos años con el estallido social por el aumento de tarifas del metro.
  • “Chile, la única excepción, está planeando un cambio constitucional, pero las condiciones económicas y de opinión pública todavía hacen parecer que las protestas podrían escalar, si es que comienzan a suscitarse”, refirió.
  • Aunque Brasil y México no están contemplados “estadísticamente” dentro del radar, el analista de riesgos considera que el mal manejo de la pandemia y la toma de decisiones apresuradas de sus presidentes podría desencadenar una protesta.
  • Además del desafío fiscal que enfrentan los países de América Latina, entre las señales que podrían alertar de un descontento social están:
    • Recortes de gastos o subsidios como parte de una política de austeridad (particularmente explosivas durante la pandemia).
    • Aumento repentino en los impuestos (principal factor que detonó en Colombia).
    • Y la corrupción que podría presentarse en el reporte de gastos e infraestructura para atender la contingencia sanitaria por coronavirus.
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