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24 de abril 2025

3 de abril 2025

Internacional

La fórmula de la mentira

El cálculo de los aranceles recíprocos del gobierno de Trump pone en tela de duda si realmente existe una estrategia de fondo en la política comercial

Por Redacción Magenta

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La reciente implementación de aranceles “recíprocos” por parte de la administración Trump, calculados a partir de una fórmula basada en los déficits comerciales, ha generado fuertes críticas por parte de economistas y analistas del mercado. Este enfoque es visto como una simplificación excesiva de la complejidad del comercio internacional, lo cual podría afectar seriamente la credibilidad de la política comercial del gobierno.

Un cálculo polémico
La fórmula utilizada por la administración consiste en dividir el déficit comercial de bienes de Estados Unidos con un país entre el valor total de las importaciones desde ese país, y luego dividir ese resultado por dos. Esto ha producido disparidades significativas en los aranceles aplicados: por ejemplo, a Vietnam se le impuso un 46 por ciento y al Reino Unido un 10 por ciento.

Economistas han calificado esta fórmula como fundamentalmente defectuosa, ya que ignora factores clave que influyen en los saldos comerciales, como los niveles de ahorro nacional, el valor de las divisas, y las diferencias estructurales entre economías. Al centrarse únicamente en el déficit comercial, la fórmula deja de lado el contexto más amplio de las relaciones comerciales internacionales.

Una perspectiva “económicamente analfabeta”
Numerosos expertos han calificado esta metodología como “económicamente analfabeta” y “errónea”. A su juicio, los déficits comerciales no son, por sí mismos, prueba de prácticas injustas, y establecer aranceles con base en ellos resulta contraproducente. También advierten que este tipo de medidas podría perjudicar al consumidor estadounidense, al elevar los precios, y provocar represalias por parte de los países afectados, intensificando las tensiones comerciales.

El analista James Surowiecki, autor de The Wisdom of Crowds, calificó la fórmula de los aranceles como “una locura”, subrayando la falta de lógica económica detrás del cálculo. Estas críticas reflejan la desconexión entre el enfoque de la administración y los principios económicos ampliamente aceptados.

El uso de una fórmula tan simplista para determinar políticas comerciales complejas ha generado dudas sobre la seriedad y coherencia de la administración en materia comercial. Al aplicar aranceles que parecen arbitrarios y carentes de sustento técnico, se erosiona la confianza tanto de los socios internacionales como de actores económicos domésticos.

Además, esta estrategia podría debilitar la posición negociadora de Estados Unidos en futuras conversaciones comerciales, ya que sus socios podrían percibir al país como impredecible o poco profesional en su formulación de políticas.

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