21 de abril 2022
Seguridad
La DEA pierde influencia en México
El control que ha impuesto el presidente López Obrador a la DEA en México comienza a provocar la condena de la agencia antidrogas de Estados Unidos. Al mismo tiempo, gobiernos estatales tienden puentes con otras agencias de seguridad norteamericanas
Por Bernhard Buntru
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La agencia antidrogas estadounidense (DEA) se encuentra cada vez más lejos de México. Ellos lo saben muy bien.
Este martes 19 de abril, la organización de noticias Reuters publicó información exclusiva sobre la relación bilateral de seguridad. “México clausura unidad investigadora de élite y da golpe a cooperación antinarcóticos con Estados Unidos”, dice el encabezado.
En el primer párrafo, dos fuentes anónimas aseguran que, en un gran golpe a la cooperación bilateral en materia de seguridad, México había desarticulado una “selecta unidad antinarcóticos que por un cuarto de siglo trabajó mano a mano con la DEA para combatir al crimen organizado”.
A primera instancia, el lector se queda con la impresión de que el cierre de la oficina es un hecho reciente.
Sin embargo, más adelante las dos fuentes no identificadas aclaran que la notificación del cierre se dio formalmente desde abril de 2021, previo a la firma del Nuevo Entendimiento Bicentenario en materia de seguridad.
En ese caso, ¿por qué habrían de manifestarse hoy, a un año del cierre, y no en abril de 2021 cuando sucedió? Existe la posibilidad de que en Estados Unidos, no quisieran llamar la atención a una unidad binacional de investigación infiltrada por la corrupción en el más alto nivel. Aunque hasta ahora la respuesta puntual a dicha interrogante es desconocida.
No obstante, la presión mediática en México de parte de la DEA -ya sea a través de publirrelacionistas o de fuentes anónimas- suele presentarse cuando la agencia antidrogas siente que su influencia y capacidad de operación en territorio mexicano se está viendo amenazada.
Y es que, desde la extradición a México del ex secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos, el gobierno de México ha implementado una serie de restricciones a la presencia de agentes extranjeros en suelo mexicano.
Primero, promulgó una ley que ejerce mayor control sobre los elementos DEA en México.
Segundo, exigió que, en aras de la reciprocidad, Estados Unidos permita el mismo número de funcionarios mexicanos de seguridad en suelo estadounidense, petición que hasta ahora no queda claro si ha sido o no aceptada por Washington.
En medio de este clima de tensión entre el gobierno de México y el aparato de seguridad en Estados Unidos, los efectos políticos ya se empiezan a notar.
Así como ha sucedido en Tamaulipas y Nuevo León, que han alcanzado acuerdos bilaterales a nivel estado, otra entidad gobernada por la oposición acaba de anunciar que permitirá, en su territorio, la operación de funcionarios estadounidenses del ramo de la seguridad.
Y es que el aparato de seguridad de Estados Unidos, sin importar si se encuentra bajo la directriz de un republicano o de un demócrata, difícilmente permitirá que se le margine de operar en México.
La publicación de Reuters es apenas una señal. Y seguramente vendrán más.