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La 4T no digital

¿Cuál es la estrategia de la 4T para posicionar al país como un líder global de la economía digital? El Oxford Internet Institute publicó un índice que mide a las naciones que hoy dominan la generación de programas, aplicaciones y contenidos digitales. México no es una de ellas.

Por Ramón Alberto Garza

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Es entendible que las prioridades del gobierno de la Cuarta Transformación se ubiquen en atender las demandas de los mexicanos más necesitados.

Y por ello que los esfuerzos presupuestales y de estrategias políticas y sociales de corto plazo se destinen a todo lo que implique bienestar social, apoyo a los mexicanos de la tercera edad y becas para abrir oportunidades para los jóvenes.

Pero existe la bien fundada sensación que en las altas esferas del nuevo gobierno, el tema digital califica entre lo fuchi y lo guácala.

Se relega porque las cuestiones de las tecnologías no son vistas como prioritarias. Más bien se califican como accesorias y por lo tanto no indispensables, aplazables o cancelables.

También se entiende que en los últimos tres sexenios, desde la Enciclomedia promovida por Fox pasando por la Plataforma México de Calderón o las renovaciones masivas de equipos de cómputo y espionaje en el sexenio de Peña Nieto, las inversiones tecnológicas se convirtieron en nidos de una corrupción rapaz.

Pero una cosa es atacar de fondo esa corrupción, decisión muy aplaudible, y otra muy distinta es desdeñar a la tecnología como herramienta no solo de eficiencia y mejora, sino como instrumento para dar empleo a decenas de miles de jóvenes sin futuro en el horizonte.

Para muestra consulten el último reporte del Online Labour Index, que es un indicador generado por el Oxford Internet Institute y que mide qué naciones son las que dominan hoy la generación de programas, aplicaciones y contenidos en la economía digital.

Para sorpresa de todos, los Estados Unidos ya no son el principal país en donde los jóvenes hacen trabajos de freelance para satisfacer las crecientes demandas digitales.

Los jóvenes de la India llevan la delantera y ya acaparan el 24 por ciento de la generación de desarrollo de software y tecnologías periféricas en el mundo.

El segundo lugar global es para Bangladesh, una nación en extrema pobreza en donde la economía digital ya incorporó a 4.4 millones de sus 44 millones de jóvenes que no tenían empleo fijo.

Si la India domina la creación de software y desarrollo tecnológico, Bangladesh ya domina la economía digital a distancia en ventas y mercadotecnia.

El beneficio se extiende por igual a hombres y mujeres, pues las tareas de freelancing las ejecutan desde sus casas.

Y para sorpresa de muchos, Bangladesh ya controla el 16 por ciento de los empleos digitales, cuatro puntos arriba de los Estados Unidos, que registran el 12 por ciento.

La evaluación del Oxford Internet Institute advierte que el salto tecnológico de Bangladesh se logró gracias a que el gobierno diseñó programas de capacitación en tecnologías de la información para jóvenes sin oportunidades universitarias, pero también también a la promoción intensive de parques tecnológicos.

Pero los casos de India o de Bangladesh no son los de garbanzos de a libra. En la lista de naciones en vías de desarrollo que ya tomaron asiento en la carrera de la economía digital, el Online Labour Report incluye como jugadores en ascenso a Pakistán, Filipinas, Ucrania, Egipto, Kenia, Nigeria y Sri Lanka. ¿Y México? Ni figura.

¿Por qué naciones menos favorecidas, sin una intensiva interacción con socios como Estados Unidos y Canadá, pueden dar el salto cuantitativo en el mundo digital y en México, que tiene todo para sacar ventaja, se desdeña ese potencial de la economía digital global?

Alguien dentro del gobierno de la Cuarta Transformación tendría que abrirle los ojos al presidente Andrés Manuel López Obrador, poniendo sobre la mesa una sola pregunta.

¿Qué le va a dar mejores dividendos a México en el corto plazo? ¿Una refinería o un tren –dos inversiones de la era industrial que llevará años concluir- o destinar recursos para que nuestro país tome de inmediato un lugar en la era de la información con una promoción creciente y bien remunerada economía digital?

Cerremos las llaves de la inaudita corrupción de los sexenios pasados, pero abramos la puerta para ganarnos un sitio en donde otros países, menos desarrollados, ya se nos adelantaron.

Dejemos de hacerle el fuchi y el guácala a las tecnologías de la información. La 4T las necesita.

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