¿Cuánto falta para la elección?

4 de mayo 2024

12 de julio 2021

¡Que alguien me explique!

Ildefonso

Ildefonso Guajardo saldrá librado de esos “pecados de omisión”. Pero el mayor pecado será tratar de dañar un prestigio, que en su momento, el mismo presidente López Obrador elogió cuando se firmó el T-MEC. ¿O existe algo más?

Por Ramón Alberto Garza

COMPARTE ESTA HISTORIA

Ildefonso Guajardo fue, sin duda, el mejor de los secretarios en el Gabinete del sexenio del presidente Enrique Peña Nieto.

Como Secretario de Economía llevó a muy buen puerto las complejas negociaciones en la renovación del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos y Canadá, hoy conocido como el T-MEC.

Y en otros terrenos, el expediente de Guajardo se mantuvo limpio, lejos de cualquier escándalo en una administración que se caracterizó por dejar una larga estela de corrupción.

Por eso, extrañó doblemente la acusación que desde la Fiscalía General de la República se lanzó sobre el ahora diputado electo por Nuevo León.

Hijo de la cultura del esfuerzo, y ejemplo claro de una movilidad social que hace años perdimos, Ildefonso Guajardo creció en la colonia Linda Vista, una de las zonas de clase media en el Monterrey de los 60.

Su educación básica la cursó en escuelas públicas -la Santiago Roel- y tras graduarse de Economía en la Universidad de Nuevo León logró con esfuerzo dos posgrados, uno en Arizona y otro Pennsylvania.

Incursionó desde los 80 en la política local, y en el sexenio del gobernador Natividad González Parás, su trabajo comenzó a rendirle frutos para incursionar en la política nacional.

Discípulo y colaborador de José Ángel Gurría y de Herminio Blanco, tanto en Relaciones Exteriores como en Comercio, su instalación como Secretario de Economía -en tiempos de grandes reflectores internacionales- coronó su carrera. Aquella foto sellando el final del nuevo pacto comercial con Donald Trump, en la Oficina Oval, lo define.

Hace apenas cuatro meses, Ildefonso Guajardo figuró entre los finalistas -con Adrián de la Garza y César Garza- para ser el candidato del PRI a la gubernatura de Nuevo León.

Adrián de la Garza fue el agraciado e Ildefonso se colocó como uno de sus asesores principales para hacerle frente a la ola guinda de Morena y a la ola naranja de Movimiento Ciudadano.

Pero en medio del proceso electoral, y desde su púlpito mañanero, el presidente Andrés Manuel López Obrador censuró durante días al candidato del PRI.

Y el abanderado tricolor, escoltado por Ildefonso Guajardo, quien por su trayectoria internacional cuenta con amplios vínculos en Washington, fue hasta la OEA a denunciar la intromisión presidencial.

Algunos ubican en ese ríspido episodio la aceleración de la inconclusa indagatoria de errores por omisión -que no de acción- en las presuntas lagunas de las últimas declaraciones de impuestos del ex titular de Economía.

Que si no fue claro para decir el origen de 300 mil dólares, producto de la herencia de su madre. Que si no declaró en su momento -aunque lo hiciera después- una obra de arte. Que si vendió dos autos y no especificó, aunque sí declaró esos ingresos.

Nada de eso tiene relación con la vinculación a cuentas o transferencias de origen desconocido, que presumirían en su caso algún acto de corrupción con fondos públicos. Pero no lo son. Se trata de omisiones.

No hay duda que si se trata de buscar en el sexenio peñista, existen docenas de funcionarios de altísimo nivel –Luis Videgaray dixit– que se ganaron a pulso mayores méritos para ser investigados por grandes casos de presunta corrupción. Pero se fueron por uno, Ildefonso Guajardo, que exhibe pecados de omisión, no de acción.

En el expediente del ex Secretario de Economía no existen ni una Casa Blanca ni una residencia en Malinalco.

Otros, empero, dicen que se trata de una maniobra para apaciguar el nuevo escándalo del video del segundo hermano presidencial, Martín Jesús López Obrador, quien es exhibido recibiendo efectivo de David León, quien le entregó otras tantas cantidades de efectivo a Pío, el hermano mayor del inquilino de Palacio Nacional.

Existe una tercera alternativa para acelerar el proceso de judicialización contra Ildefonso Guajardo y tendría que ver con la no remota ni imposible probabilidad de que se anule la elección de Nuevo León.

Hay que recordar que la judicialización de tres expedientes de Samuel García continúa su curso en el Instituto Nacional Electoral.

Si ese fuera el caso, lo que se buscaría es que Ildefonso Guajardo, tocado por la presunción de corrupción y enfrentando proceso judicial en curso, se viera impedido para ser el nuevo candidato del PRI o de cualquier otro partido que lo acogiera.

¿Descabellado? Entonces, que alguien responda ¿por qué a más de un mes de la elección, Clara Luz Flores no vuelve a reinstalarse para concluir su periodo como alcaldesa de Escobedo?

¿Será que a la candidata de Morena estará esperando un poco, un poquito más, para conocer el desenlace final de las investigaciones del INE, que podrían obligar a repetir la elección nuevoleonesa?

Por lo pronto, Santiago Nieto, el implacable director de la Unidad de Inteligencia Financiera, envió el fin de semana en su cuenta de Twitter un significativo mensaje.

Nieto subió a sus redes la declaración que hizo en una entrevista a El Heraldo de México: “Influencers, empresas fantasma y lavado de dinero en la mira del INE y la UIF”. ¿Alguna relación con Nuevo León?

Ildefonso Guajardo saldrá librado de esos “pecados de omisión”. Pero el mayor pecado será tratar de dañar un prestigio, que en su momento, el mismo presidente López Obrador elogió cuando se firmó el T-MEC. ¿O existe algo más?

Publicidad
Publicidad
Publicidad