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20 de enero 2022

Política

Fuego amigo para Ebrard

Marcelo Ebrard está en problemas. Y es que, pese a las repetidas manifestaciones de lealtad al presidente, el canciller y aspirante presidencial para 2024 está siendo objeto de fuego amigo

Por Magenta Staff

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Marcelo Ebrard está en problemas. Y es que, pese a las repetidas manifestaciones de lealtad al presidente, el aspirante presidencial para 2024 está siendo objeto de fuego amigo.

Considerado a inicios de sexenio como el secretario de mayor perfil político en el Gabinete de la 4T, la carrera del canciller de México hacia la candidatura presidencial de Morena para 2024, enfrenta serios obstáculos.

Hace apenas unos días, en medio de celebraciones por su nominación a la Persona del Año dada su labor en pro del control de armas de fuego, Marcelo Ebrard recibió un fuerte mensaje de Palacio Nacional.

Al ser cuestionado sobre la ausencia diplomática de México en la toma de protesta del dictador nicaragüense, Daniel Ortega, el presidente Andrés Manuel López Obrador lanzó un regaño al Servicio Exterior mexicano encabezado por Ebrard.

El mensaje presidencial tuvo como consecuencia, intencional o no, la erosión del perfil político del ex jefe de Gobierno capitalino

Y es que, desde un inicio, Andrés Manuel López Obrador ha sabido aprovechar el capital político de Marcelo Ebrard, sin tenerlo demasiado cerca.

A pesar de haber sonado fuerte para el puesto, el mandatario federal no le confió la poderosa secretaría de Gobernación y prefirió entregársela, primero, a un personaje sin aspiraciones presidenciales, Olga Sánchez Cordero, y segundo, a un paisano de lealtad aparentemente inquebrantable.

Ahora, con un 2024 cada vez más cercano, la influencia del canciller dentro de su propia secretaría, disminuye día con día.

El presidente López Obrador ha utilizado el servicio exterior como un instrumento para premiar la lealtad de figuras opositoras, sobre todo del PRI. Y las decisiones de los nuevos nombramientos, todo parece indicar, han venido de Palacio Nacional.

De acuerdo con versiones periodísticas, el 75 por ciento de las designaciones hechas a personas sin vínculos con el servicio exterior tienen relación con Claudia Sheinbaum, Beatriz Gutiérrez Müller o ambas,

como es el caso del historiador Pedro Salmerón, quien acaba de ser nombrado embajador en Panamá a pesar de arrastrar numerosas acusaciones de acoso sexual, entre otras polémicas las cuales -hoy- debilitan al canciller mexicano más que a nadie.
Por el contrario, se señala, solo cuatro de las 16 personas recién nombradas son cercanas a Marcelo Ebrard.

Esto, sumado al hecho de que, a pesar de ser uno de los personajes políticos con mejores relaciones en Estados Unidos, y particularmente con el establishment del Partido Demócrata, en la política exterior de México se ha impuesto una visión latinoamericanista más afín al presidente López Obrador y a la facción más radical de su coalición.

¿Qué futuro le depara a un aspirante presidencial que a principio de sexenio era visto como alguien con posibilidades reales de ganar y cuyo camino ahora está siendo minado desde dentro?

De aquí a 2024, nada puede ser descartado. Algunos ya lo instalan como participante en otra sucesión: la del secretario general de la Organización de Estados Americanos.

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