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20 de junio 2017

Política

¿Quién está detrás del espionaje?

La pregunta que todos se hacen acerca del escándalo de espionaje que dio a conocer el New York Times es ¿quién compró el software Pegasus?

Por Rodrigo Carbajal

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En el escándalo de espionaje que dio a conocer el diario The New York Times, los caminos llevan a diversas agencias del gobierno mexicano

Sin embargo la pregunta que todos se hacen es :¿quién compró el software Pegasus?

Y las respuestas llevan a cuatro lugares: La secretaría de Gobernación, el CISEN, el Ejército y la PGR.

Los ojos apuntan principalmente a la dependencia comandada por Miguel Angel Osorio Chong.

Y aunque una fuente al interior de la Segob aseguró a Código Magenta que este departamento nunca compró el software especializado, los temas y los personajes espiados se relacionan con las responsabilidades de esa secretaría.

De acuerdo al reporte “Gobierno Espía” elaborado por las organizaciones R3D, Artículo 19 y Social TIC, existen indicios de que alguna de agencia del Estado mexicano gastó casi 80 millones de dólares para la compra de un software utilizado para intervenir los teléfonos móviles de periodistas y activistas de derechos humanos.

Incluso el reporte menciona datos que podrían involucrar más profundamente a la Segob, como las declaraciones de miembros de una firma que provee servicios de inteligencia informática al gobierno mexicano, conocida como Hacking Team.

En el reporte “Gobierno Espía” se muestran extractos de correos filtrados de ingenieros de Hacking Team, en el que se refieren contratos del NSO Group con las agencias de seguridad y procuración de justicia del Estado.

NSO Group es la compañía que desarrolló el software Pegasus utilizado para espiar a periodistas y activistas

La evidencia del reporte se contrapone a la versión de que la Secretaría de Gobernación es ajena a la tecnología de espionaje

Además, el perfil de los  blancos de espionaje pone en duda la versión de las autoridades mexicanas.

Carmen Aristegui, Carlos Loret de Mola, los activistas del Centro Pro DH y los periodistas que conforman Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad han trabajado en temas sensibles para la gestión de las agencias de seguridad del gobierno, sobre todo para la dependencia a cargo de Miguel Ángel Osorio Chong

Los tiempos de las intervenciones de los teléfonos coinciden con aspectos específicos que interesan al secretario de Gobernación más que a cualquier otro miembro del gabinete.

Ésta no sería la primera vez en que los servicios de inteligencia del Estado mexicano son utilizados para servir a quien despacha en Bucareli.

Todos los blancos de espionaje han desafiado la narrativa de seguridad pública que ha intentado construir Osorio Chong, el primer secretario de Gobernación que ha tenido a su cargo la seguridad interior y quien hoy es un sólido aspirante a la Presidencia de la República.

El Centro Pro DH ha promovido una agenda para esclarecer el caso de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa, el caso las presuntas ejecuciones extrajudiciales de Tlatlaya, el caso Atenco y el estado general de la crisis de Derechos Humanos del país. En todos los casos referidos se ha disputado la versión del gobierno mexicano de una manera frontal.

El acoso cibernético a los activistas del Centro Pro DH se intensificó entre abril y julio de 2016, cuando el GIEI presentó su informe sobre las irregularidades del caso Ayotzinapa

El timing de las intervenciones al teléfono móvil de Carlos Loret de Mola es más evidente: ocurrieron en dos episodios. Primero, entre agosto y septiembre de 2015, cuando el periodista cuestionó la versión pública del caso Tanhuato. De acuerdo a Loret, el 70 por ciento de quienes murieron en el enfrentamiento con la policía federal mostraban señas de haber recibido un tiro de gracia en la cabeza.

El segundo episodio ocurrió entre marzo y abril de 2016, periodo entre el cual se publicó una columna en el Universal en el que se trató el tema de una supuesta llamada entre el secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong y Enrique Peña Nieto tratando el tema de Javier Duarte

Curiosamente, Salvador Camarena, de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, comenzó a ser acosado un mes después, el mismo día que publicó una columna titulada “Javier Duarte: 645 millones por explicar”

La lista no termina ahí, pero estos ejemplos clarifican el interés que podrían tener algunas agencias del gobierno mexicano para espiar a sus críticos.

Por años, el espionaje político se volvió una normalidad de la vida pública mexicana. Ahora, el escándalo llegó hasta la portada del New York Times y las cosas podrían cambiar.

Los sospechosos están a la vista.

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