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26 de febrero 2018

Internacional

Esa base no la tiene ni Obama

¿De verdad está tan mal la presidencia de Donald Trump? Las encuestas dicen lo contrario: cuenta con un nivel de aprobación de 40 por ciento

Por Rodrigo Carbajal

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El nivel de aprobación de Donald Trump se ha mantenido estable alrededor de 40 por ciento en los últimos meses, de acuerdo al poll of polls elaborado por el sitio Five Thirty Eight.

Nada mal para una administración que se supone que está rodeada de caos en todos los frentes.

De hecho, en el mismo punto histórico de su primer término, Barack Obama tenía un nivel de aprobación de 47 por ciento, siguiendo la misma medición de Five Thirty Eight.

Este fenómeno tiene una explicación: la base electoral del presidente, aunque minoritaria, sigue siendo lo suficientemente fuerte como para impulsar una agenda radical en inmigración y política comercial. Malas noticias para México.

Los seguidores del presidente Donald Trump, particularmente los votantes blancos de mediana edad que pertenecen a la clase trabajadora de estados del Sur y del Medio Oeste, han mostrado ser receptivos a su agenda e indiferentes a sus pifias.

No les interesa que el Fiscal Especial,Robert Mueller, haya emitido acusaciones formales contra trece agentes rusos y contra Paul Mananfort, el ex director de campaña de Trump, en relación al caso del Russiagate.

Tampoco les interesa que a Donald Trump se le haya ocurrido la brillante idea de armar a los maestros como respuesta al tiroteo masivo de Parkland, Florida. De acuerdo a una encuesta que dio a conocer el think tank Vox EU en el 2013, el 90 por ciento de los estadounidenses están a favor de algún tipo de regulación en la venta de armas de fuego.

La fuerza de la base política del presidente es tal que Donald Trump asumió el control del Partido Republicano, desplazando viejos liderazgos más moderados como el de la familia Bush.

Se podría decir que, a diferencia de lo que pasó con Vicente Fox y con el PAN en México, Donald Trump ganó el gobierno sin perder el partido.

Prueba de ello es que Mitt Romney, ex candidato presidencial y  ex gobernador de Massachusetts, uno de los miembros del establishment del Partido Republicano por excelencia, le ha pedido su apoyo al presidente Trump para su candidatura al Senado.

En Estados Unidos, los analistas políticos entienden que las elecciones las ganan no quienes suman una agenda común con la mayoría de la población, sino quienes suman una agenda que reúna a un grupo lo suficientemente grande y lo suficientemente enérgico para salir a votar en masa el día de las elecciones.

La fortaleza de la base política del presidente Trump se ha hecho notar en las campañas políticas de las elecciones de medio término que renovarán el Congreso en noviembre de este año.

La mayoría de los contendientes al Senado y a la Cámara de Representantes del Partido Republicano creen que el presidente Trump es un activo político. Esto es muy importante para México porque significa que la agenda radical en materia de inmigración y libre comercio, que son los temas que más nos importan,  se ha instalado en la narrativa política de Estados Unidos de manera indefinida.

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