Empeora crisis México-EU

La relación México-Estados Unidos está en su peor momento, al abrirse nuevos y peligrosos frentes que encendieron todavía más las alertas rojas en Washington.

Dos sucesos, en los últimos días, elevaron las tensiones al confirmarse nuevos acercamientos con Rusia y la posibilidad de diferendos serios en el sector alimenticio que obliguen a Estados Unidos a cerrar su comercio con México.

El acuerdo con Rusia

La última escaramuza geopolítica de México tiene que ver con la revelación de que la Secretaría de Relaciones Exteriores firmó un acuerdo con Rusia.

Por lo pactado, los rusos tendrían el derecho de usar -supuestamente con fines pacíficos- el espacio aéreo mexicano para facilitar la operación del sistema satelital Glonass.

“Es un acuerdo que se firmó el año pasado, en septiembre, antes de la guerra de Rusia y Ucrania. (…) Se firman con todos los países y no tienen el propósito de espiar a nadie ni de afectar la soberanía de ninguna nación”, expresó AMLO en su conferencia matutina de este lunes.

A pesar de las explicaciones, el acuerdo fue una sorpresa. Y ante el extrañamiento del gobierno norteamericano, Marcelo Ebrard dijo que el acuerdo aún no ha sido ratificado por el Senado. Pero el nuevo y espinoso frente ya está abierto.

El frente con la izquierda

Ese acuerdo con Rusia se suma a las posiciones que México viene adoptando al aliarse con los países que militan en la extrema izquierda internacional.

La alianza -que distanció a nuestro país de Estados Unidos en la última Cumbre de las Américas- incluye alianzas de todo tipo con Cuba, Venezuela, Nicaragua, Colombia y Perú.

Ello sin contar la propuesta calificada de pro-soviética de un plan de paz para Ucrania, y el extrañamiento con olor a protesta del presidente López Obrador sobre la propuesta del presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky para el Premio Nobel de la Paz. Claramente, estamos jugando en la cancha contraria a nuestro principal socio comercial y energético.

La relajación sanitaria

Sin duda, el tema que más alarma causó en los días recientes fue la firma del acuerdo contra la inflación que el gobierno de la Cuarta Transformación pactó con una veintena de productores de maíz, frijol, trigo, carne, atún y otros básicos.

Ese acuerdo incluye el exentar las importaciones de alimentos de cualquier arancel, pero también -y ahí se encienden los focos rojos- agilizar su importación eliminando trámites fitosanitarios, lo que abriría la puerta a la compra internacional de alimentos contaminados.

Por supuesto que, al conocer de la relajación de los controles sanitarios, los norteamericanos lanzaron la advertencia: si México no mantiene su estricta vigilancia sobre sus importaciones de granos, frutas, verduras y cárnicos, Estados Unidos se verá obligado a suspender la compra de alimentos mexicanos ante el temor de que vengan contaminados. Y ese golpe sería mortal para millones de productores agropecuarios en nuestro país.

Y esa fue, sin duda, una de las últimas gotas que derramó el vaso de las diferencias que alentó la renuncia de Tatiana Clouthier a la Secretaría de Economía.

Tatiana y el T-MEC

Para los Estados Unidos, la súbita renuncia de la secretaria de Economía es un signo de alarma.

Los norteamericanos sabían que Tatiana Clouthier es un personaje conciliador, en favor de la legalidad. Y lo que se disputa en el T-MEC, en materia de las inversiones en energía, es indefendible en los tribunales de arbitraje.

Hay contratos firmados y, en el mejor de los casos, si México pierde -como se da por hecho- tendrá que pagar indemnizaciones multimillonarias a quienes les frenaron o inutilizaron sus inversiones en energía.

La ex secretaria de Economía se cansó de nadar a contracorriente y al gobierno norteamericano ya le preocupa la mano dura de Raquel Buenrostro, instalada hoy como secretaria de Economía.

Guacamaya Leaks

El hackeo de los archivos de la Secretaría de la Defensa no solo vino a exhibir la vulnerabilidad de los centros de inteligencia en México, sino algunos acuerdos inconfesables entre militares y cárteles del crimen organizado.

El presidente López Obrador festinó el heroísmo de Julian Assange, quien en 2014 penetró los archivos del Pentágono y otras instancias de la inteligencia norteamericana. Lo calificó como un pilar mundial de la libertad de expresión por la revelación de los famosos Wikileaks.

Con los Guacamaya Leaks se crea la versión mexicana con Carlos Loret y Latinus. Pero para el inquilino de Palacio Nacional, aquí no hay heroísmo, sino condena y degeneración. ¿Dos varas para medir un mismo rasero?

Hay alarma en la CIA, el FBI y la DEA por las revelaciones del presunto involucramiento del Ejército Mexicano en actividades de criminales.

La disputa con la DEA

Hace algunos meses, la agencia de antidrogas de los Estados Unidos solicitó  a la Fiscalía General de México una ampliación de 15 nuevos agentes mexicanos que se sumarían a igual número de norteamericanos para detectar y destruir laboratorios de fentanilo.

La petición no solo fue negada. Una gran parte de las visas de agentes de la DEA, que ya operaban en México, fueron cancelada. Hoy operan casi en la clandestinidad.

Por eso sorprendió que el gobernador de Zacatecas, David Monreal, acabó sosteniendo acuerdos directos de cooperación en seguridad con el gobierno norteamericano, impulsados por el embajador Ken Salazar y reprobados como ilegales por el presidente López Obrador.

Tamaulipas, un peligro

Por el más importante estado fronterizo pasan el 70 por ciento de las mercancías del Tratado México, Estados Unidos y Canadá.

Y las confirmaciones de que las pasadas elecciones a gobernador fueron financiadas por alguno de los cárteles podrían desatar conflictos que pongan en peligro las cadenas de producción.

Y Estados Unidos no puede darse el lujo de suspender el traslado de millones de partes que son imprescindibles en la fabricación de automóviles, aviones, tecnología aeroespacial, televisores, además de sus importaciones de cárnicos, frutas y vegetales.

Marcelo Ebrard, Luis Cresencio Sandoval y Rosa Icela Rodríguez están emplazados para una Reunión de Alto Nivel en Washington.

No duden que estos, y otros temas estratégicos, serán puestos sobre la mesa. Y el ultimátum a México para la acción y la rectificación será definitivo.