¿Cuánto falta para la elección?

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11 de marzo 2021

¡Que alguien me explique!

Elecciones entre redes

Lo que veremos en las campañas para gobernadores, alcaldes y diputados locales y federales, será una verdadera revolución electoral, que viene aparejada con un cambio radical en las reglas del juego

Por Ramón Alberto Garza

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El candidato a cualquier puesto de elección popular que compita el próximo 6 de junio y que crea que lo que algún día fue volverá a ser, está políticamente equivocado.

Lo que veremos en las campañas para gobernadores, alcaldes y diputados locales y federales, será una verdadera revolución electoral, que viene aparejada con un cambio radical en las reglas del juego.

La pandemia del Covid-19 obligó a iniciar un juego político cero. Nadie es experto, aunque lo presuma y lo cobre. Hoy se juega a prueba y error.

Por lo menos en esta próxima elección se acabaron los mítines multitudinarios, las concentraciones en grandes parques o estadios. Es imposible cualquier acto masivo.

La crisis sanitaria pintó su raya y distanció físicamente a los políticos de sus potenciales electores. El nuevo mitin masivo será teléfono móvil en mano. Y los estadios en los que se jugará serán las redes sociales.

Será en los pastos digitales de Facebook, Instagram, WhatsApp, YouTube, Twitter o TikTok, donde forzados por la pandemia, se libren las nuevas y fieras batallas políticas.

Pocas serán de conceptos, de propuestas, de iniciativas o de diálogo con los ciudadanos. La cancha digital todavía no da espacio suficiente para esas jugadas que reclaman atención prolongada.

Las más, serán de guerras virtuales, con artillería de fake news, con bots, con ejércitos en call centers desde donde se dispersarán las ofensivas y desde donde se contestarán los ataques.

El riesgo que se corre -y muy alto- es que quienes ganen en las urnas no sean los más capaces, los más experimentados o incluso los más carismáticos.

La victoria será para quienes mejor se manejen esas redes sociales, quienes tengan la capacidad económica para pagar los robots -tanto los ofensivos como los defensivos- y aquellos que logren reclutar influencers para acercarse a todos los niveles socio económicos.

Un acierto o un resbalón en las redes se viraliza a tal velocidad, que puede encumbrar o destruir a un candidato en días e incluso en horas.

Pregúntenle al senador Samuel García, quien aprendió en cabeza propia que no es suficiente videograbar la ocurrencia del día para conquistar adeptos. La imagen, que cuesta años construir, se hace pedazos con dos o tres resbalones digitales.

El candidato de Movimiento Ciudadano a la gubernatura de Nuevo León superó el descalabro pagando un elevado precio. Veremos con sus nuevas estrategias digitales si aprendió la lección.

Pero casos como los del senador nuevoleonés serán el pan de cada día, en una contienda electoral que obligará a echar a volar la imaginación de sus estrategas.

Diez semanas de campaña son demasiadas en un entorno beligerante, radicalizado y en el que la virtualidad todo lo evapora de un día para otro.

El patíbulo estará instalado en cada uno de los teclados de los mexicanos, que con teléfonos inteligentes enviarán, recibirán y sobre todo, reenviarán millones de mensajes todos los días.

Y al que lo dude, que le pregunte a Félix Salgado Macedonio si de algo le sirvió que el presidente Andrés Manuel López Obrador le defendiera a contracorriente su candidatura morenista, frente a la ola de presuntas acusaciones por violación a mujeres.

Por supuesto que, gracias a la terquedad del inquilino de Palacio Nacional, Salgado Macedonio podrá aparecer en la boleta. Pero las semanas que faltan para el día de la verdad serán para el cuestionado candidato todo un calvario, en el que será crucificado a diario en las redes sociales.

Pero el papel crucial de este nuevo juego estará, sin duda, en el árbitro. ¿Dónde estarán los límites del nuevo juego y en qué momento el INE o los institutos estatales electorales le sacarán la tarjeta amarilla o la roja a los candidatos por juego sucio?

Por ejemplo, era correcto o no que la candidata morenista, Clara Luz Flores, litigara judicialmente un sketch cómico en el que se sentía violentada personal y familiarmente. Sin duda. Pero, aunque legalmente le asistió la razón, en las redes sociales se promulgó el otro juicio, con muy distinta sentencia.

Por eso decimos que lo que veremos de aquí al 6 de junio, en que vayamos a cruzar las boletas será un juego inédito, un territorio desconocido, en el que el reto de cualquier candidato será evitar desaparecer en las movedizas arenas del mundo virtual.

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