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6 de marzo 2019

Política

El neoliberalismo y sus ONG

Cuando el presidente de la República cuestiona a las ONG, lo que está haciendo es cuestionar de fondo a un sistema que a todas luces no funcionó

Por Eder Guevara

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El 5 de octubre de 2014 el comité de los derechos de las personas con discapacidad de la ONU recomienda al gobierno mexicano no apoyar a Fundación Teletón al tiempo que lo conminó “a establecer una distinción clara entre el carácter privado de las campañas Teletón y las obligaciones que el Estado debe acometer para la rehabilitación de las personas con discapacidad”.

El gobierno de Enrique Peña Nieto hizo caso omiso, y es que esta concepción promovida por la ONU se opone al gran paradigma dogmático de los neoliberales fue el constante ataque al Estado, para ellos el gobierno debería ser cada vez más pequeño e intervenir en la vida cotidiana de la gente lo menos posible; el gobierno es corrupto, ineficaz e ineficiente decían los neoliberales para justificar la privatización de servicios y derechos básicos de la ciudadanía. De esta forma se impuso una lógica individualista de la vida pública y como táctica fundamental para su implementación no hubo rincón ni institución que no fuera trastocada por la corrupción.

Para completar esta postura ideológica y pragmática, la oligarquía, a través de su eterno aliado: el PRI, modernizaron su catálogo de sectores corporativizados, así como en la época liberal el viejo PRI fue capaz de cooptar, controlar y fortalecer a los sectores organizados del campesinado, la clase obrera e incluso el sector intelectual, en el neoliberalismo incluyeron a las Organizaciones No Gubernamentales como parte fundamental para cumplir con tareas que en realidad eran obligaciones del Estado.

Organizaciones y fundaciones como Antorcha Campesina, Fundación Teletón, Fundación Azteca y miles más, se volvieron en negocios muy lucrativos con los que ciertos grupos a través de la presión y el tráfico de influencias obtenían enormes presupuestos de los gobiernos neoliberales. Baste recordar el desvío de 900 millones que el gobierno de Peña Nieto otorgó a la fundación Juntos Podemos de Josefina Vázquez Mota o la denuncia hecha por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador del desfalco multimillonario que diversas organizaciones no gubernamentales hicieron en los sexenios de Calderón y Peña a través del programa de Estancias Infantiles.

Muchas organizaciones especialistas en pobreza, en la atención al campesinado o el combate a la violencia de género, por poner algunos ejemplos, jamás buscaron resolver de fondo los problemas enunciados en la razón social de sus actas constitutivas; de ahí la frase “agarra tu pobre y vive de él”.

Otro elemento muy nocivo es que estas ONG invadieron la esfera pública autoproclamadose, y por lo tanto suplantando, a la Sociedad Civil que en realidad somos todas aquellas personas que conocemos y ejercemos nuestros derechos como mexicanos.

Por eso cuando el presidente de la República cuestiona a esas organizaciones y decide ya no triangular recursos a través de ellas lo que está haciendo es un cuestionamiento de fondo a un sistema que a todas luces no funcionó, baste reconocer que durante los más de treinta años de la larga noche neoliberal, se produjeron en México más de 60 millones de personas en algún nivel de pobreza, se cometían 9 feminicidios al día y somos el país con mayor violencia contra las personas de la diversidad sexual.

Pero ojo, que el paradigma de la 4T sea la ruptura de fondo con el dogma neoliberal lo obliga a implementar medidas e instituciones eficientes y eficaces para garantizar el respeto a los DDHH y la satisfacción de los servicios básicos para la población, además, para evitar la tentación del clientelismo político, el Estado deberá garantizar la universalidad de los programas sociales, tal cual lo hizo Andrés Manuel López Obrador como Jefe de Gobierno de la Ciudad de México con la pensión a los adultos mayores.

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