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21 de noviembre 2024

3 de julio 2024

Política

El Jefe Harfuch

Bajo la influencia de Omar García Harfuch, Claudia Sheinbaum implementó en la CDMX una política de seguridad pública diferenciada del gobierno federal. La presidenta electa insiste en que este será el modelo a seguir en su gobierno

Por Rodrigo Carbajal

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En junio de 2020, Omar García Harfuch fue víctima de un atentado en pleno Paseo de la Reforma. Sicarios contratados por el Cártel Jalisco Nueva Generación emboscaron al secretario de Seguridad Pública de la Ciudad de México con un rifle Barret calibre 50. El blindaje de grado militar le salvó la vida a García Harfuch. A partir de ese momento, el nieto del ex secretario de la Defensa, Marcelino García Barragán, y el hijo del político priista, Javier García Paniagua, consolidó su posición como el principal asesor de seguridad e inteligencia de quien ya se vislumbraba como la futura presidenta de México, Claudia Sheinbaum.

Bajo la influencia de García Harfuch, Sheinbaum implementó en la Ciudad de México una política de seguridad pública diferenciada del gobierno federal: marginó a la Guardia Nacional, mejoró las capacidades de la policía local, habilitó a los agentes para realizar tareas de investigación, se coordinó con la fiscalía capitalina, compartió inteligencia con agencias de seguridad de Estados Unidos y combatió frontalmente la entrada del Cártel Jalisco Nueva Generación. Los resultados de este experimento arrojaron resultados mixtos: bajaron los homicidios, aumentaron los decomisos, crecieron las desapariciones, pero también descendió la percepción de inseguridad.

Sheinbaum insiste en que este será el modelo a seguir en su gobierno. Y para nadie es un secreto que García Harfuch se perfila para ser nombrado como el próximo secretario de Seguridad Ciudadana. La pregunta en el aire es si será un secretario con el poder que llegó a tener Genaro García Luna en la administración de Felipe Calderón o si será un vocero civil de las Fuerzas Armadas, como lo ha sido Rosa Icela Rodríguez en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Después de todo, el presidente y el ala radical de Morena vetaron la candidatura de Omar García Harfuch para la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México. Además, López Obrador le ha pedido a Sheinbaum que se apruebe una reforma constitucional para transferir el mando de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional.

Esta semana, la presidenta electa respondió algunas dudas sobre el rol que jugará García Harfuch en el próximo gobierno. A través de una filtración al periódico El País, el equipo de transición de Sheinbaum adelantó que se creará una nueva agencia de inteligencia civil con capacidades de investigación. Esta entidad quedará bajo la esfera de influencia de García Harfuch y se encargará de coordinar el aparato de seguridad del gobierno federal. Sheinbaum le ha pedido a Arturo Zaldívar, ex ministro de la Suprema Corte de Justicia y aspirante a suceder a Alejandro Gertz Manero en la Fiscalía General de la República, que construya el andamiaje jurídico de la nueva dependencia.

En los hechos, Sheinbaum está colocando a García Harfuch en la posición más alta del gabinete de seguridad. Será el nuevo líder de lo que en los inicios del gobierno de López Obrador era conocido como el secreto mejor guardado de la 4T: el Grupo de Judicialización, una instancia informal que discutía casos políticamente sensibles y detenciones de objetivos criminales de alto perfil. Los titulares del Ejército, la Marina, la Consejería Jurídica de la Presidencia, la Suprema Corte, el Centro Nacional de Inteligencia, la Unidad de Inteligencia Financiera y la FGR se reunían en un rancho privado a las afueras de Toluca. García Harfuch no estaba invitado.

El Grupo de Judicialización eventualmente implosionó por diferencias entre sus líderes: Alejandro Gertz Manero, Audomaro Martínez, Julio Scherer, Santiago Nieto y Arturo Zaldívar. Hoy, dos de esos personajes, Scherer y Zaldívar, son parte del grupo compacto de Sheinbaum. Por otro lado, Martínez y Gertz Manero están en riesgo de ser desplazados. La nueva agencia de inteligencia civil invadiría facultades del Centro Nacional de Inteligencia y de la Fiscalía General de la República.

De acuerdo a reportes de prensa, Gertz Manero ha expresado incomodidad por la posibilidad de que García Harfuch asuma el papel de jefe del gabinete de Seguridad. Las quejas se exacerbaron luego de que le hicieron saber al fiscal General que García Harfuch pretende designar a los nuevos mandos de la Agencia de Investigación Criminal, de la Policía Federal Ministerial y del titular de la Fiscalía Especializada en Materia de Delincuencia Organizada. La animadversión llegó a tal grado que se ha señalado a Gertz Manero como el responsable de difundir la versión de que García Harfuch tuvo un papel preponderante en el encubrimiento del caso Ayotzinapa como comandante de la Policía Federal en Guerrero. Este conflicto incipiente representa un testimonio de las presiones del Equipo de Sheinbaum para cambiar al fiscal General. La gestión de Gertz Manero concluye en 2028, pero la presidenta electa ya ha posicionado a Arturo Zaldívar y a Ernestina Godoy, la futura consejera jurídica de la Presidencia, como posibles relevos naturales.

La designación de Omar García Harfuch como jefe del gabinete de seguridad significa una reestructuración completa del aparato de inteligencia construido por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. La creación de una nueva agencia de inteligencia civil es un contrasentido para la estrategia de militarización de la seguridad pública que se ha seguido en esta administración. Políticamente, le resta influencia al general Audomaro Martínez Zapata, el jefe del Centro Nacional de Inteligencia que ha establecido una alianza política con el hijo del presidente, Andrés Manuel López Beltrán. También neutraliza al Centro Militar de Inteligencia, una entidad que le reporta directamente al general secretario Luis Cresencio Sandoval y que de manera ilegal ha desplegado el software de espionaje ‘Pegasus’ para infiltrar comunicaciones de los críticos de la 4T.

La coronación de Omar García Harfuch como el jefe ‘de jure’ y ‘de facto’ del aparato de seguridad del Estado mexicano no es automática. La creación de la nueva agencia de inteligencia civil está sujeta a que la mayoría calificada de Morena en el Congreso apruebe una reforma constitucional. La ley establece que las tareas de investigación corresponden exclusivamente a las policías ministeriales.

Dentro de la 4T, García Harfuch es una figura controversial, por decir lo menos. Su ascenso podría convertirse en uno de los primeros conflictos entre Claudia Sheinbaum y Andrés Manuel López Obrador.

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